Voluntarios cacereños de DYA y Cruz Roja colaboran en los Sanfermines

Los voluntarios extremeños de DYA y Cruz Roja colaboran con los equipos de Navarra en los dispositivos sanitarios que despliegan con motivo de las fiestas. Desde estas organizaciones atienden a cualquier tipo de urgencia, tanto asistencia domiciliaría, avisos por intoxicación etílica en fiestas o accidentes de tráfico.

El trabajo de los extremeños depende de su puesto de trabajo. En el caso de DYA, los dos primeros intervinientes se sitúan en la caseta de Diputación y los cuatro técnicos de emergencias sanitarios y el enfermero se encuentran en las ambulancias de guardia, cubriendo todas las urgencias.

Las dos primeras intervinientes de Cruz Roja se encargan de actuar como primera respuesta ante cualquier demanda de atención. Asisten a los afectados hasta la incorporación de recursos sanitarios más avanzados

Estos servicios acuden a cualquier emergencia que ocurra en Pamplona o en los pueblos de alrededor. También están presentes en los dispositivos sanitarios de los encierros cada mañana. Están ubicados en distintos puntos distintos de la capital navarra. Durante el día atienden en los puestos sanitarios, y a lo largo de la noche socorren en las fiestas, conciertos y demás eventos que se celebran.

DYA Extremadura lleva acudiendo a esta cita desde el año 2014 y tras el parón por la covid este año no querían faltar. En el caso de Cruz Roja, la colaboración con San Fermín se realiza desde hace más de 10 años, e incluso la experiencia allí de los voluntarios ha permitido mejorar dispositivos aquí, como el que se despliega en la fiesta de Sanjuanes en Coria.

Al trabajar en grupo con los equipos de Navarra ninguna de las dos asociaciones lleva material, porque con los recursos que tienen allí son suficientes.

Según el responsable de emergencias de Cruz Roja, Victor Domínguez, sí es habitual que recursos de Extremadura se desplacen fuera para reforzar las capacidades de la zona, aunque este año no haya sido necesario. Los voluntarios que acuden a este encuentro saben que, a pesar de la gran carga de trabajo que supone y los esfuerzos que tienen que hacer durante todos los días que dura la fiesta, se trata de una experiencia muy enriquecedora. Carlos Lancho, voluntario de DYA Extremadura, hace el siguiente análisis: «Está siendo una experiencia muy bonita, tanto por compartir momentos con el resto de voluntarios de España como por poder ayudar a todas las personas que lo necesiten».

Durante el transcurso de las fiestas los voluntarios se enfrentan a una gran carga de trabajo. Deben atender a muchas personas a lo largo del día y viven situaciones difíciles. En estas jornadas trabajan bajo presión y con pocas horas de sueño, pues la mayoría de ellos tienen que asistir también toda la noche.

Sin embargo, Carlos Lancho se queda con la parte positiva. «Es emocionante poder vivir estas fiestas, aunque sea desde el otro lado, ayudando de una manera muy especial y viendo a la gente disfrutar después de dos largos años», relata.

Estos profesionales responden a las necesidades de los asistentes las 24 horas. Lancho cuenta que solo el primer día recibió 10 avisos con diferentes patologías. Las más comunes son las intoxicaciones etílicas, traumatismos y agresiones. Los Sanfermines suponen una convocatoria exigente para estos colectivos, pero gracias a su labor estas fiestas pueden celebrarse cada año.