Imagen de archivo del botellón del Carnaval en la plaza de San Atón.

Badajoz permitirá beber en la calle y sacar barras durante el Carnaval

La fiesta enfila un programa que, pese a seguir conviviendo con la pandemia, tiene mucho de vieja normalidad

Miriam F. Rua

Badajoz

Miércoles, 9 de febrero 2022

El Ayuntamiento de Badajoz permitirá el botellón y que los bares saquen las barras a la calle durante los cinco días de Carnaval. Así lo anunció ayer el concejal de Ferias y Fiestas, Francisco Javier Gutiérrez, tras la reunión con la concejala delegada de Policía Local, María José Solana, para coordinar el dispositivo de seguridad de cara a la fiesta, que arranca el próximo día 25.

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Gutiérrez evitó pronunciar la palabra botellón porque cree que, luciendo el título de Fiesta de Interés Turístico Internacional, hay que desterrarla del vocabulario carnavalero, pero reconoce al mismo tiempo que en la fiesta de febrero «siempre se ha bebido en la calle».

La autorización para sacar las barras y hacer botellón implica que el Ayuntamiento tendrá que levantar el veto a beber alcohol en la calle, una práctica que se prohibió en marzo de 2020, nada más declararse la pandemia del coronavirus.

La medida, no obstante, será provisional; es decir, solo regirá para los cinco días de Carnaval. A partir del Miércoles de Ceniza volverá a estar prohibido el botellón, incluso en el recinto ferial que ha sido, hasta que llegó la covid, el único sitio en el que estaba permitido.

La decisión será ratificada en el bando municipal que recoge las normas que rigen la fiesta y que firmará el alcalde de Badajoz, Ignacio Gragera, en los próximos días.

Con esta decisión, el Carnaval de Badajoz enfila un programa que, pese a seguir conviviendo con la covid, tiene mucho de la vieja normalidad. Precisamente, este es el principal motivo que ha llevado a Gutiérrez, con el beneplácito del alcalde, a llevar la propuesta de botellón y barras a la reunión con el superintendente de la Policía Local, Rubén Muñoz.

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«Estamos intentando que podamos vivir el Carnaval con la mayor normalidad posible», dice el responsable de la fiesta. Añade, además, que detrás también hay un motivo sanitario, teniendo en cuenta el carácter multitudinario del Carnaval que, en su última edición, reunió a 250.000 personas: «Es más seguro que la gente esté en la calle que dentro de los bares, donde hay más riesgo de contagio».

También hay un tercer factor de peso y es echarle un cable a la hostelería con la fiesta que más dinero deja en la ciudad, permitiendo que puedan servir comida y bebida fuera de los locales. Aunque los que más se benefician de esta autorización son los bares del Casco Antiguo, el centro y San Roque durante el Entierro de la Sardina, la media se aplica a todos los negocios de restauración y ocio.

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Lo que no se permitirá es que los bares puedan sacar altavoces para poner música en la calle y ambientar sus barras. Esta propuesta ni siquiera ha estado encima de la mesa en la reunión con la Policía Local. El motivo es evitar que se reavive el conflicto con los vecinos del Casco Antiguo a cuentas del ruido, después de que las restricciones de la pandemia y el prolongado cierre del ocio nocturno hayan calmado los ánimos de los residentes.

Los artefactos, sin cortapisas

Además del botellón y las barras, la reunión con la Policía Local también ha servido para acordar las calles y plazas que se cerrarán al tráfico durante la fiesta. En este sentido, Gutiérrez ha avanzado que la circulación será similar a la de 2020, esto es, se creará un eje peatonal de conexión entre las principales plazas que concentran a la gente.

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«Estarán cerradas al tráfico las plazas, el acceso a San Atón por el lateral del teatro López de Ayala a partir del final de la avenida de Europa, la calle del Correos, Juan Carlos I hasta el cruce con Menacho y la calle Obispo. También estará vetado Saavedra Palmeiro por las concentraciones en Santa María de la Cabeza», detalla Gutiérrez.

Los únicos que sí podrán circular libremente por el circuito peatonal del Carnaval serán los artefactos (lo que incluye también las furgonetas de las murgas que tengan el permiso del Ayuntamiento) que, confirma el edil de Fiestas, «podrán moverse y estacionar libremente». Eso permitirá que a falta de música en San Francisco y la plaza de España, los carromatos de los artefactos y las murgas podrán ambientar la fiesta.

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