Antonio Vadillo, presidente de la comparsa Cambalada

«En Cambalada hemos ido a la Tamborada pura y dura, con mucha percusión»

El grueso de la música procedía de las baterías, que han acompañado con congas, mientras que las melodías llegaron con 'steal drum', también conocidos como ollas y que son las responsables del sonido metálico, y los tubos.

La música se llevó el premio, pero la escenografía no se quedó atrás. Ataviados como samurais del antiguo Japón, los 22 músicos se vendaron los ojos en la última parte de su actuación mientras seguían tocando.

Los aires japoneses, con tintes mangas y de otaku estuvieron muy presentes en el escenario, donde representaron la leyenda de Los Tres Corazones. Esta dice que todo hombre tiene uno que muestra al mundo, otro que guarda para las personas más cercanas y un tercero en el que esconde su pasión. Y para esta agrupación esa locura se enciende en febrero, esa pasión es el Carnaval de Badajoz.

Esta será parte de la temática que la comparsa luzca en el gran desfile del domingo, aunque entonces harán coreografías cargadas de luz en las que escenificarán el Camino de Akihabara y el tránsito de la figura del samurai desde la antigüedad hasta la actualidad. Aunque irán más acompañados. De la veintena de anoche pasarán a los 307 carnavaleros.

En Cambalada están muy orgulloso de haber ganado la Tamborada, que es el primer premio que logran desde que el festival se desvinculó de las Candelas. La comparsa había rozado el triunfo en los últimos años, pero se quedaron en segunda o cuarta posición. Hasta que anoche sumaron más puntos que el resto de agrupaciones.

No hay recetas mágicas. El secreto es la coordinación y la constancia, dado que empezaron a ensayar en octubre y, desde entonces, han pasado todo el invierno tocando todos los martes y jueves para intensificarlo a diario en el último mes.

Antonio Vadillo explica cómo ha evolucionado la cita de la Tamborada y cómo ha mejorado su organización en los últimos años. Anoche se acercaron cientos de pacenses hasta Ifeba, donde valoraron la agilidad con la que se desarrolló.

Vadillo señala que esa agilidad ha sido posible porque la organización ha colocado este año una rampa en el escenario. Así, los grupos han podido subir y bajar los carros con los instrumentos con más rapidez y seguridad. Hasta el año pasado debían sortear palés, algo que retrasaba los cambios entre agrupaciones.

Además, la Falcap decidió adelantar el inicio para evitar que la exhibición se alargara toda la madrugada. Los organizadores controlaron mejor los tiempos, que marcan un máximo de cinco minutos por agrupación y, sobre todo, acortaron el intervalo entre una y otra comparsa gracias a la rampa. No era tarea fácil, dada la cantidad de personas (un máximo de 25) que pueden subir al escenario y los numerosos y pesados instrumentos que llevan. Pero esta madrugada consiguieron celebrar un festival más ágil que en anteriores ediciones.

A las ocho de la tarde estaba marcado el comienzo, a las nueve subió la cuarta agrupación y las diez y media ya sólo quedaban cuatro de doce comparsas. A la una de la madrugada se conocieron los resultados y Cambalada supo que sus sonidos japoneses le habían valido el primer premio.