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Moracantana, como Davy Jones, de rodillas sobre los charcos.

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Moracantana, como Davy Jones, de rodillas sobre los charcos. J. V. ARNELAS
Desfile de comparsas del Carnaval de Badajoz 2025

Los carnavaleros de Badajoz tiran de coraje para bailar bajo el diluvio

En el desfile más duro que se recuerda, la mayor parte de los grupos tuvieron que desfilar bajo una intensa lluvia, pero sin parar de sonreír

Domingo, 2 de marzo 2025, 22:52

Los carnavaleros pacenses descubrieron este domingo lo difícil que es aplaudir mientras sujetas un paraguas. Pero el público se esforzaba por ovacionar a las comparsas, por estar a su altura porque ellas sí que hacían algo casi imposible, bailar bajo un diluvio sin perder la sonrisa en el Carnaval de Badajoz.

Es un enorme tópico, pero las 55 comparsas junto con los artefactos y los grupos menores que ayer desfilaron merecen un premio porque la mayoría tuvieron que hacerlo en muy malas condiciones. A pesar de todo bailaron. Se pusieron de rodillas aunque fuese sobre los charcos, caminaron en chanclas, lanzaron su ropa al suelo y volvieron a colocársela empapada, se sacudieron el agua de los zapatos para seguir marchando y lo hicieron sonriendo.

Comenzó a llover pasadas las doce de la mañana, justo cuando iba a arrancar el desfile, pero durante dos horas fue suave. Sobre las dos las precipitaciones dieron un descanso y se vivieron los mejores momentos del día.

A las cinco de la tarde, sin embargo, tal y como indicaba la previsión de la Aemet (Agencia Estatal de Meteorología) la lluvia comenzó a caer con intensidad y ya no paró. A las ocho de la tarde, según los datos de esta agencia, ya se habían acumulado casi 20 litros por metro cuadrado en Badajoz.

Una parte del público se marchó, pero la mayoría resistió bajo paraguas y refugiados en los soportales. A la lluvia, además, se sumó un intenso frío. Hubo rumores entre los espectadores de que el pasacalles iba a parar, sobre todo cuando comenzaron a formarse charcos y ríos de agua. No fue así. Las comparsas siguieron adelante.

Impresionó mucho la transformación de Moracantana. Como otras se cambiaron de disfraz, en su caso para pasar de ser un pirata normal al temible Davy Jones con su maldición (las barbas de tentáculos y la mano de pinza). Para cambiar se quitan la chaqueta, le dan la vuelta y la lanzan al suelo. No lo dudaron y lo hicieron para luego levantarla y ponérsela empapada.

Los jurados, que habitualmente ven el desfile en pasarelas para apreciar los bailes desde arriba, tuvieron que bajarse para protegerse bajo paraguas.

La parte positiva es que el público se volcó en animar a las comparsas con gritos de campeona, ánimo o bravo.

Descontrol en las sillas

El día también arrancó con complicaciones, en concreto, con broncas por los asientos reservados con chaquetas. Hubo personas robando las sillas para personas con discapacidad y muchas quejas. El pasacalles arrancó con polémica por el descontrol en las sillas.

El Ayuntamiento de Badajoz colocó 3.000 sillas gratuitas pero no había supervisiones ni personal municipal, tampoco Policía Local, en la pista, por lo que se dieron numerosos abusos.

Hay personas que incluso arrancaron precinto policial para reservar una decena de asientos. Otros llevaban desde las nueve de la mañana en sus asientos y fueron increpados por los que llegaban después y no encontraban hueco.

La zona reservada para personas con discapacidad fue expoliada, se llevaron las sillas sin que nadie de la organización interviniese.

A pesar de la lluvia que caía desde primera hora, los aficionados no tuvieron más remedio que pasar horas mojándose para poder contar con un asiento en el recorrido. A las nueve de la mañana estaba terminando la instalación de las 3.000 sillas gratuitas y ya se estaban sentando los primeros interesados, muchos llegados de otras localidades de Extremadura.

Los aficionados pasaron más de tres horas bajo los chubascos antes de ver a la primera comparsa, pero es el único método que existe para poder tener un asiento en el pasacalles. El año pasado el Ayuntamiento de Badajoz prometió que crearía un nuevo sistema para asignar los asientos, que volverían a ser de pago y que se podrían reservar a través de una página web.

El concurso para gestionar este servicio se publicó en la web municipal hace unas semanas. Solo una empresa se presentó. Además de crear una página web debía colocar 7.000 asientos, lo que incrementaría notablemente la oferta. Sin embargo, antes de firmar el contrato, la única empresa interesada se retiró, por lo que no ha sido posible llevar a cabo la reserva de entradas.

A pesar de todas las dificultades, de la lluvia, de los problemas de organización o del frío, una vez más los carnavaleros demostraron lo grande que es el Carnaval de Badajoz en su día más grande.

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