La murga A Contragolpe tuvo que rehacer su disfraz una semana antes del concurso

A Contragolpe salió anoche al escenario a presentar a su galán irresistible con unos pantalones verde (su color fetiche), una camisa plagadas de besos, una chaqueta amarilla, que desafía la superstición, un tanga de encaje rojo en el bolsillo y unos labios en la espalda con el número de teléfono de la murga.

En definitiva, un tipo perfectamente carnavalero, que no desentonaba con su coplas. Pero detrás de este disfraz está la historia de un contratiempo que casi les deja fuera del concurso. Una semana antes de pisar el López de Ayala, A Contragolpe se quedó sin disfraz.

Como es habitual, la murga encargó su disfraz a una modista. Era la primera vez que trabajaba con ella y cuando fueron a recoger los trajes se encontraron con la desagradable sorpresa de que no tenían disfraz o lo tenían pero era tal el desaguisado que con él no podían subir al teatro. Un trabajo impropio de alguien, no ya que fuera modista, sino que supiera coser, cuenta Nando Macías, integrante de A Contragolpe.

Era el lunes 6 de febrero, justo una semana antes de su puesta de largo en el López de Ayala.

Ese día no queríamos salir al teatro, fue muy duro para todos, en realidad ha sido una semana muy dura, reconoce. Se repusieron, se lanzaron a buscar soluciones, hicieron piña y en una semana han logrado reinventar su tipo.

Nos ha costado horrores pero al final nos ha gustado mucho el resultado. Para sacar adelante el disfraz en una semana, A Contragolpe reconoce que ha tenido que implicarse toda la familia.

El cambio del disfraz les ha obligado también a suprimir una escena que tenían preparada en su actuación. De hecho, la chaqueta que idearon originalmente era reversible y con ella jugaban en su repertorio.

Sin embargo, todo esto les ha servido de revulsivo y les ha hecho más fuertes. En una murga no es siempre salir, beber, el rollo de siempre, este año sí que hemos salido a contragolpe.

Del disfraz original solo queda la tela que lucen en las solapas y las coderas de su chaqueta.