NATALIA REIGADAS
Viernes, 17 de febrero 2017, 21:17
Tras 22 años, uno de los elementos más emblemáticos del concurso de murgas de Badajoz se jubila. Se trata del semáforo que marcaba el tiempo que le quedaba a las murgas para terminar su actuación. Un cambio en las bases este año ha provocado que deje de funcionar y, por el momento, no está previsto su regreso.
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El semáforo está situado en el anfiteatro para que las murgas puedan verlo desde el escenario. Tradicionalmente se encendía en verde al inicio de la actuación, que debe durar 22 minutos. Cuando faltaban 2 minutos para el final, se ponía en ámbar y rojo al concluir el tiempo. Si una agrupación continuaba cantando en rojo, estaba descalificada. Sin embargo, el jurado no recuerda un problema como ese en los últimos años.
En esta edición, la comisión de murgas ha decidido introducir una novedad en las bases. A los 22 minutos para cantar el repertorio, se suman otros 3 para que los componentes de la murga hablen entre ellos o interactúen con el público. En la práctica el objetivo es ser más flexibles con las agrupaciones que suelen hacer chistes o que responden cuando los aficionados les dicen algo desde el patio de butacas. Eso sí, este sistema no es compatible con el semáforo, al menos con su funcionamiento normal.
Según explican desde la comisión de murgas, finalmente se decidió colocar el semáforo por ser un elemento emblemático, pero no funciona. Sería complicado marcar si queda tiempo para cantar o para hablar. Es complejo. Los murgueros evaluaron la posibilidad de utilizar un programa que señala, también con el semáforo, si resta tiempo de canto o no con un parpadeo, pero este año no era viable por motivos técnicos y falta de tiempo.
En el futuro no se sabe si volverá el semáforo. Por el momento no ha habido conflictos. Las murgas están acostumbradas a montar sus actuaciones en 22 minutos, y aunque no haya un chivato que les marque el tiempo, no se extienden más allá del límite.
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Ojo que sí hay sanción
Eso sí, que no haya semáforo no significa que las murgas no puedan ser penalizadas si superan los 22 minutos cantando, aunque tengan otros tres, porque estos últimos solo son para hablar o moverse en el escenario, siempre sin música.
El tiempo sigue estando controlado por Luis Merchán, el responsable del cronómetro que hasta el año pasado también se ocupaba del semáforo. Actualmente maneja dos dispositivos para marcar el avance de los 22 minutos para cantar y los 3 para las otras interacciones. Si una murga se pasa será penalizada aunque el semáforo ya no funcione.
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Está en el anfiteatro a modo de recuerdo, pero sus luces ya no se encenderán.
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