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Tres placas unidas por una historia de Carnaval de Badajoz
Paseo de la fama ·
Vendaval, Ad Libitum y San Pancracio ya tienen su reconocimiento en Minayo tras un pregón en el que se relevó el origen común que tienenVer 14 fotos
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Vendaval, Ad Libitum y San Pancracio ya tienen su reconocimiento en Minayo tras un pregón en el que se relevó el origen común que tienen1981 cientos de pacenses se lanzaron a la calle disfrazados. No había concurso de murgas, ni desfile de comparsas y ni se concebía un certamen de disfraces para mascotas, pero en ese grupo algo alocado estaba el origen del Carnaval de Badajoz. También en ese grupo estaba el germen de una historia carnavalera que este jueves culminó con tres placas en el Paseo del Carnaval y un pregón que reveló qué las une.
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Vendaval, Ad Libitum y San Pancracio ya tienen su reconocimiento entre Minayo y el Paseo de San Francisco. Tras descubrir las placas en el suelo, todos los carnavaleros entraron en el teatro López de Ayala donde Eduardo Fernández dio su pregón de exaltación y emocionó a los presentes.
Fernández contó que en 1981 parte de los que se lanzaron a la calle disfrazados fueron los miembros de la Asociación de Coros y Danzas, agrupación de la que él formó parte después y trabajó duro por ella durante años. En el 82, como les había gustado la experiencia, salieron de 101 Dálmatas y se juntaron más de cien personas iguales y en el 83 se disfrazaron de brasileños que llegaban al Mundial (Movida carioca). Ese año fue fundamental porque se hizo ya un comienzo de desfile. En el mismo bailaron usando la música de equipos estéreo que llevaban con ellos y algunos de sus miembros se lanzaron a cantar algunas letras graciosas.
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En 1984 los bailarines formaron una comparsa (que luego se llamaría Vendaval y que lleva 45 años activa), los que cantaban eran los fundadores de Ad Libitum, una murga emblemática, la única que ha participado 35 años de forma ininterrumpida en los Carnavales.
También en ese grupo estaba Andrés Lope, de la Asociación de Coros y Danzas, que dos años después no tenía disfraz para salir unos días antes de la fiesta y vio una figura de San Pancracio. Se enamoró, se colocó unos trapos, cogió un libro de contabilidad, perejil y lo más importante, se hizo una mascara blanca con papel de estraza. Así nació un San Pancracio que lleva 40 años en Badajoz con el dedo apuntando alto.
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Las tres historias con un origen común, la Asociación de Coros y Danzas, volvieron a reunirse este jueves ante sus placas de homenaje.
Numerosos amigos de los homenajeados acudieron a rodear las placas. Además de que San Pancracio no falló con su traje tradicional, los Ad Libitum llevaron distintos atuendos del concurso de murgas como de piratas y Vendaval también lucieron disfraces de su comparsa, como del año de gato con botas.
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Para Eduardo Fernández fue un día muy especial, ya que además de desvelar la placa para Vendaval tuvo que impartir el pregón. Lo hizo emocionado aunque, como él mismo reveló, no quería cuando se lo propusieron. Recordó con cariño el origen de la fiesta. «No era como tocan ahora, en el 83 íbamos con estéreos bailando por la calle ¡Ay mamá Inés! y éramos muy pocos».
Fernández destacó también que en la actualidad el desfile de comparsas de Badajoz «es el mejor de Europa. Nadie tiene ese colorido ni esa vibración ni ese contenido en ocho horas». Eso sí, este carnavalero echa de menos que se vea más a las comparsas en las calles, por ejemplo, la noche del sábado. También reivindicó en su pregón a la cantera, por ejemplo al grupos Los Minifolk que también salió de la Asociación de coros y danzas.
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Ad Libitum también celebró su placa con entusiasmo. «Estamos muy agradecidos. Nosotros siempre decimos que Badajoz no nos debe nada, que somos nosotros lo que le debemos todo a Badajoz porque lo hemos pasado muy bien», decía este jueves Manuel González Lena, más conocido como Manolón.
Los miembros de Ad Libitum comieron juntos antes de la inauguración de su placa junto con sus familias, luego ensayaron las letras que lanzaron este jueves y se colocaron disfraces de distintos años. Fue una jornada para revivir lo que hicieron durante 35 años y dejaron en 2018. González Lena dice que sigue saliendo en Carnaval y viendo las murgas y resalta el nivel, especialmente de las callejeras, que le encantan por su carácter reivindicativo, como siempre ha sido Ad Libitum.
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San Pancracio, por su parte, no quiso dar declaraciones por su reconocimiento. Volvió a hacer gala de su discreción tras su máscara blanca y solo comentó que agradecía el gesto, pero que no le gustan esas cosas, que prefiere la calle, estar con los carnavaleros, para él lo mejor de estos 40 años con el dedo en alto.
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