Centro Integral de Olivenza | Daniel Jiménez y Jaime Olivera
Centro Integral de Olivenza | Daniel Jiménez y Jaime Olivera
Irene Toribio
Jueves, 2 de mayo 2024
El edificio emerge y se convierte en un punto de referencia, tanto local como urbano, entre horizontes distantes marcados por la simplificación agrícola de la vegetación y las plantaciones. El CIT de hormigón visto se erige como un atlante que da un paso firme hacia adelante y pretende constituir el centro social local, ofreciendo en su planta baja, estacionamiento, jardines, aula y sala de reuniones como un espacio esencialmente público para el barrio.
Publicidad
El proyecto busca el fomento de las nuevas tecnologías en la zona, mejorando a su vez los entornos naturales y centrándose en la promoción económica y empresarial, la conciencia ambiental, ecológica y de igualdad. Todas pretensiones radicalmente modernas que deben plantear desde el mismo edificio un marcado carácter de compromiso y sinceridad.
Tocamos el suelo casi de puntillas, reduciendo al máximo la cimentación en un terreno poco favorable. Como respuesta al entorno más próximo se propone un contorno ciego, un edificio como una roca que se horada y se abre al exterior de forma controlada y útil, aunque no sin cierto ensimismamiento que denota concentración y trabajo. Por el contrario, la planta baja se hace amable, permeable, invita a entrar en el edificio, a recorrerlo, a tocarlo. Incluso el obligado retranqueo de la parcela se ajardina, planteando una cortina verde que se regala a un barrio de durísimas alineaciones. La arquitectura es transformada entonces en un recipiente de sensaciones, donde el principio según el cual el espacio interior debe trascender hacia el exterior ha sido sustituido por el principio de la indiferencia: interior y exterior son una misma cosa.
El nuevo CIT presenta el valor de la innovación, de los nuevos aprovechamientos y de renovadas fórmulas de gestión y concertación social, conducentes a la sostenibilidad de los recursos de la comarca en un edificio hecho de sensaciones agradables, propositivas, germinales. No es un monumento, ni un edificio institucional. No hay escalinatas, ni grandes vestíbulos, ni zonas de pasos perdidos. Sí hay espacio y materia. Luz. Sí hay control energético domotizado y abundancia de aislamiento. De inercia térmica. Hay instalaciones bioclimáticas, haciendo casi autosuficiente el edificio.
Muros trombe, suelo refrescante y radiante, ventilación continua, cubiertas jardín ecológicas, aljibes… Un trozo de atmósfera vital y efervescente comprometido con el lugar y el medio ambiente.
Un edificio pleno de masa crítica que deberá demostrar al visitante y al usuario, de un primer vistazo, la estrecha relación entre el hombre y sus actividades con la naturaleza y el medio. El espacio nunca es neutro, pero en el proyecto que proponemos la sencillez, quitar lo que sobra, quedarse en los huesos, es estrategia, no forma.
Escoge el plan de suscripción que mejor se adapte a tí.
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.