Francisco Escudero y Silvia de Aguirre | Centro de Integración Territorial 'Tierra de Barros'

Arquitectura de Hoy | Una selección de Franscico Hipólito
Un espacio para dinamizar la Tierra de Barros

El CIT de Santa Marta de los Barros, obra de Francisco Escudero y Silvia de Aguirre, es un ejemplo de sostenibilidad y adecuación al entorno

Irene Toribio

Domingo, 1 de septiembre 2024, 08:13

Cerrado en sí mismo en forma de U, el edificio se presenta como un proyecto que recompone el entorno y busca integrar tres zonas en una. Hablamos del Centro de Integración Territorial 'Tierra de Barros', en Santa Marta de los Barros, Badajoz. Formalmente, se crea ... un patio abierto a fachada, semiprivado y que funciona como un primer distribuidor a cada una de sus tres zonas principales: un semillero de empresas para 10 despachos (cada uno con acceso independiente) y con servicios comunes, una zona de aulas de formación y salón de actos, y un área para despachos de Asociaciones, Grupos de Acción Local y OAIL.

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La distribución interior de la edificación es muy sencilla, con los usos organizados en torno a un único eje lineal que conecta todas las áreas. Cada una de las tres zonas cuenta con acceso directo desde el exterior y están comunicadas entre sí, permitiendo tanto la conexión como la independencia mediante puertas practicables de vidrio.

La zona del semillero de empresas dispone de acceso independiente a cada despacho desde la zona norte del solar, lo que garantiza la autonomía en su uso.

Además, los espacios son flexibles, pudiendo unirse o separarse mediante paneles móviles para adaptarse a futuras distribuciones. Todos los recorridos son adaptados y cumplen con el Reglamento de la Ley de Promoción de la Accesibilidad.

Relación con el entorno

Aunque el entorno más próximo era variopinto (incluso en cierta forma caótico…) en cuanto a usos, volúmenes, materiales de acabado y alturas de cornisa, el edificio consigue en lo posible recomponer el entorno y generar ciudad al exterior y un entorno semiprivado al interior de calidad, integrándose en la estética más representativa del pueblo. Para ello se centra en su altura, la ausencia de elementos volados, el uso en fachada del «muro blanco» y las proporciones «domésticas» de los huecos, dando como resultado un entorno con cierta homogeneidad tipológica a la vez que consigue, mediante el movimiento de cornisas y el tratamiento de los huecos, una imagen personalizada que transmite la modernidad de los usos que acoge.

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Se consigue, además, liberar un necesario espacio público: con arbolado, bancos y respetando las alineaciones existentes. La ocupación es de 900 m² construidos, que representan el 32% del solar. El resto se dedica a accesos peatonales, zonas ajardinadas y una zona de aparcamientos, con acceso desde la Avda. de San Isidro.

Consideraciones sobre sostenibilidad

El edificio se ha proyectado desde el punto de vista de la sostenibilidad y la eficiencia energética usando estrategias tanto pasivas, derivadas de la propia arquitectura, como activas, que son los equipos y las instalaciones, atendiendo principalmente al uso y a la ocupación que de él se esperan.

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Una de las principales consecuencias es la existencia de dos niveles de cubierta, gracias a lo cual se garantiza que todas las zonas de trabajo tengan doble orientación y ventilación cruzada como estrategia bioclimática clave, especialmente en Extremadura.

Se ha conseguido un edificio de consumo cero equipado con recuperadores de calor y con control total energético a través de internet, lo que permite a la Diputación su total gestión telemática.

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