Cuadro del pintor Raimundo Madrazo R. C.

Artistas y modelos, entre el cielo y el infierno

La Fundación Canal explora el efecto en el arte de las relaciones de trece parejas en un centenar de obras

Martes, 10 de octubre 2023, 14:55

Felices, terribles, dulces, aciagas, tóxicas, devastadoras, apasionadas, destructivas, indestructibles, alegres, tristísimas, efímeras, casi eternas, energizantes, exóticas, convencionales, deprimentes, suicidas... De todos estos tipos pueden ser las relaciones entre artistas y modelos. Una convivencia crucial para el mundo del arte que explora la exposición 'Artistas y ... modelos. Historias de pasión, creación y destrucción' que hasta el 5 de enero acoge la Fundación Canal en sus salas de Madrid. Comisariada por Rosario Sarmiento, analiza a través de un centenar de las obras que generaron las dispares vivencias entre grandes creadores y creadoras con sus parejas, compañeros, o amantes.

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«Sin modelo, no hay obra ni artista», repetía Pablo Picasso que encontró inspiración a lo largo de su vida en las mujeres que amó y destruyó casi en la misma medida, –Fernade Olivier, Maria Thérèse Walter, Olga Khokhlova, Dora Maar, Françoise Gillot y Jacqueline Roque– y sin las que no se habría convertido en uno de los artistas más icónicos del siglo XX. Otras relaciones, más y menos turbulentas, fueron el catalizador de creadores como Henry de Toulouse-Lautrec, Joaquín Sorolla, Raiumundo de Madrazo, Antonio López, Salvador Dalí, Francis Bacon, Lee Miller, Maruja Mallo o Gerda Taro.

En sus cinco secciones –'Sin ti no soy', 'Detrás de ti', 'Las musas rotas', 'De modelo a artista' y 'Cómplices en el amor y la creación'–, la exposición permite comprender los sentimientos de estos creadores hacia sus modelos y en muchos casos parejas. Descubre así amores eternos, correspondidos o destructivos, historias de complicidad, admiración, pasión y deseo, o dolor y sufrimiento. «Sentimientos muy humanos que desvelan su mundo más íntimo y que marcaron su trayectoria artística», apunta la comisaria.

Entre la toxicidad y la felicidad de Gala y Dalí, Sorolla y Clotilde, Robert Capa y Gerda Taro, Chillida y Pilar Belzunce o Francis Bacon y George Dyer

Son trece parejas, que suponen otros tantos modos de entender las relaciones y la vida. Trece historias de amor, pasión, complicidad, interés, encuentros y distanciamientos, con todas las comillas posibles: Raimundo de Madrazo y Aline Masson; Toulouse-Lautrec y Jane Avril; Salvador Dalí y Gala; Julio Romero de Torres y María Teresa López; Joaquín Sorolla y Clotilde García, Eugenio Granell y Amparo Segarra; Eduardo Chillida y Pilar Belzunce; Antonio López y María Moreno; Picasso y las mujeres de su vida; Francis Bacon y George Dyer; Lee Miller y Man Ray; Maruja Mallo y Rafael Alberti, y Gerda Taro y Robert Capa.

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Hay mujeres que fueron inspiración y cumplieron un papel decisivo en la creación plástica de su pareja, como los casos de Gala con Dalí o Clotilde Hérnadez con Sorolla. Hombres que convirtieron a una mujer en objeto de un amor pasional a partir del que construyeron las señas de identidad de su obra, como Raimundo de Madrazo con Aline Masson. Parejas que mezclaron amor y aventuras profesionales, como Man Ray y Lee Miller o Gerda Taro y Robert Capa. Mujeres que sacrificaron su propia creatividad para ser modelos, amantes, gestoras, esposas o madres, como Pilar Belzunce con Eduardo Chillida o María Moreno con Antonio López «y que, debido a ello, vivieron existencias mucho más prosaicas de lo que quizás hubieran deseado», apunta la comisaria.

También mujeres valientes y lúcidas que se negaron a ser simples modelos/amantes, como Maruja Mallo, quien mantuvo un relación de tres años con Rafael Alberti que el poeta jamás contó, para convertirse en creadoras con una obra y una personalidad propia. También algunas decididamente tóxicas y letales. La de Julio Romero de Torres con María Teresa López, a quien conoció con 8 años, retrató infinitud de veces y consagró como 'La chiquita piconera' de los billetes de cien pesetas y a la que todo el mundo tenía por amante del pintor cordobés. También la de Francis Bacon con George Dyer, amante y delincuente contumaz que se suicidó dos días antes de que el atormentado pintor irlandés expusiera en el Grand Palais de París.

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Entre las casi cien piezas exhibidas hay algunas icónicas como 'Los tres enigmas floridos de Gala, la última pintura que Dalí dedicó a su musa y otras muy rara vez expuestas, como el retrato que María Moreno, La Mari, realizó de Antonio López tumbado mientras Víctor Erice rodaba el 'Sol del Membrillo', la primera escultura de Antoni López, una diminuta Lurra realizada por Pilar Belzunce al inicio de su relación con Eduardo Chillida o el 'Espantapeces' de Maruja Mallo. Hay además, esculturas, dibujos, grabados, fotografías y artículos de prensa, «que nos hablan del genio más allá de su obra; de sus sentimientos, sus pasiones inconfesables o su admiración por las mujeres u hombres que amaron y que marcaron, total o parcialmente, el discurrir de su trayectoria», resume la comisaria.

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