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'Sinforoso y Josefa' (1955) y 'Antonio y Carmen' (1956). R. C.

Cultura adquiere los retratos de los abuelos de Antonio López

Manuel Segade, director del Reina Sofía, aclarará si las tempranas telas del pintor manchego se sumarán a la exposición permanente de la pinacoteca

Martes, 1 de agosto 2023, 15:32

La pintura realista y su máximo exponente vivo en nuestro país, Antonio López (Tomelloso, Ciudad Real, 1936), no eran muy del gusto de Manuel Borja-Villel, exdirector del Reina Sofía. Parece que algo cambia con su sucesor, Manuel Segade. Y es que el museo ha ... recibido dos pinturas tempranas de Antonio López compradas por la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura. Estaban en manos de un coleccionista y han costado 350.000 euros.

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Se trata de 'Sinforoso y Josefa' (1955) y 'Antonio y Carmen' (1956). El primero, titulado también 'Matrimonio', es un retrato de los abuelos maternos del pintor manchego, un óleo sobre lienzo de 62,5 por 88,5 centímetros. El segundo, conocido también como 'Matrimonio joven', es un retrato de los abuelos paternos del artista de 60,5 por 83,5 centímetros que estaba en depósito en el Reina Sofía desde 2013.

Cultura ha pagado por cada pieza 175.000 euros. En total 350.000, la mayor partida para la compra de obras en 2023 y cercana a los 357.000 euros que el Ministerio que comanda Miquel Iceta pagó por el archivo del cineasta Luis García Berlanga adquirido en diciembre.

Desde el museo no se ha precisado cuándo ni cómo las pinturas de Antonio López se incorporarán a las salas de la pinacoteca, si es que lo hacen. Será Manuel Segade, director del Museo Reina Sofía desde junio, quien lo aclare en la presentación de su proyecto ante los medios en una fecha aún no fijada.

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La compra de las telas se ha materializado en los primeros cien días de gestión de Segade. Pero el informe de la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes –órgano consultivo que aconseja al Ministerio sobre las compras– está datado el 19 de octubre de 2021. La comisión permanente del Patronato dio su visto bueno el 25 de octubre de 2022, dos meses antes de la marcha de Borja-Villel.

«Esta adquisición contribuye a mejorar la representación de la colección pictórica española, de corte realista de los cincuenta en la colección del museo», se destaca desde la pinacoteca. También que el precio pactado para su adquisición «es adecuado y ajustado al precio del mercado actual», tal y como indicaba el informe técnico de la junta que ratificó la comisión permanente del Patronato.

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El gran ausente

Cuando Borja-Villel presentó en 2021 su nueva y osada ordenación de la colección permanente la ausencia de obras de Antonio López fue más que llamativa. Tanto más si se tiene en cuenta la gran aceptación popular y el enorme tirón de la obra del pintor manchego, a quien el Museo Thyssen dedicó en 2011 una exposición que fue un enorme éxito de visitas, marcando un récord con 315.000 asistentes.

En 1993 el Reina Sofía se apuntó otro éxito con la exposición de 170 obras de Antonio López, gracias a la cual duplicó su flujo de visitas. Las 3.214 personas diarias que acudían a la pinacoteca se convirtieron en 6.413. El día de apertura de la exposición acudieron al Reina Sofía 7.584 personas y en los tres meses que duró fue visitada por más de 325.000 personas.

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Ambas pinturas corresponden a la etapa más temprana de Antonio López, cuando finaliza su formación en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. «En estas obras aparecen de modo recurrente sus allegados y los escenarios familiares de su vida», asegura el conservador Salvador Nadales en su valoración crítica de las obras.

«Se trata de una obra figurativa, de larga tradición en el siglo XX, e intimista, detenida en los aspectos más humildes y nimios de la cotidianidad. En efecto, los temas de esos años centrales de la década de los cincuenta están aún muy vinculados al Tomelloso natal de López quien retrata a esas parejas abstraídas, de aire enigmático, que nos remiten a un mundo conocido», señala el experto.

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«En ambos dobles retratos, que posan para la eternidad, destaca la sensación de tiempo congelado, común en la España más rural de los años cincuenta del siglo XX. Son retratos de sus antepasados que dialogan adecuadamente con otras obras de la colección de Laffón, o Pancho Cossío, así como también con la obra fotográfica de la generación de Fernando Gordillo, Virxilio Vieitez o Paco Gómez, entre otros. Es una figuración que recrea los tipos y los tonos de una España impasible, mediante un realismo, temática y pictóricamente, que no tiene nada de dialéctico o crítico, identificado como un rasgo inmutable del espíritu español, y cuy pretensión es fotografiar la realidad consuetudinaria sin otros propósitos que el realismo y la perfección», concluye.

Además de de las esculturas 'Hombre y mujer' (1968-1994) y 'Mujer durmiendo (1963), el Reina Sofía tiene en sus fondos varios dibujos de Antonio López y otras pinturas tempranas como 'Los novios' (1955). De la etapa más popular el museo posee dos cuadros: 'Madrid visto desde el Cerro del Tío Pío' (1962-1963) y 'Madrid desde Capitán Haya' (1987-1996). Ninguno de los dos está expuesto.

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