![El Prado revela lo nunca visto](https://s1.ppllstatics.com/rc/www/multimedia/2023/11/06/monja-kHoG-U2106360054550oH-1200x840@RC.png)
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El Prado muestra lo nunca visto. El reverso de muchas de sus obras maestras, con tantas sorpresas como secretos. El museo los desvela en la muestra 'Reversos'. Exhibe la cara oculta de obras universales de su colección, como 'Las Meninas', junto a las de artistas ... que jamás habían expuesto en la pinacoteca. Igual que Alicia atravesó el espejo, el espectador traspasará casi un centenar de piezas para recrearse en la magia de su envés y disfrutar de un mundo oculto.
El artista Miguel Ángel Blanco es el comisario de la exposición, en cartel hasta el 3 de marzo en las salas A y B del edificio de Los Jerónimos, por primera vez pintadas de negro. De Velázquez a Van Gogh, pasando por Magritte o Tàpies, propone un recorrido libérrimo por las 98 obras a las que da la vuelta sin jerarquías ni orden cronológico para «mostrar lo nunca visto y reivindicar la cara B como parte de la obra».
Acoge a grandes artistas modernos que por vez primera se exponen en el Prado, como Van Gogh, Magritte, Fontana, Palazuelo, Tàpies, Miró o Kirchner, que pintó 135 obras por las dos caras. También a maestros del pasado como El Greco, Rembradt, Fabritius, Tiziano, o Van Meytens.
Hay creadores vivos como Michelangelo Pistoletto, Sophie Calle, José María Sicilia y el brasileño Vik Muniz (1961), responsable de la estrella de la muestra. Es la inédita recreación facsimilar de la cara B de 'Las Meninas' reproducida con pasmosa exactitud en materiales, tejidos y medidas (320,5 por 281,5 centímetros). Pertenece a serie 'Verso' de Muniz, explorador y recreador del reverso de otros cuadros legendarios: 'La Gioconda' de Leonardo da Vinci; 'La noche estrellada', de Van Gogh; 'La joven de la perla', de Vermeer, 'El jilguero', de Fabritius; 'La lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp', de Rembrandt o 'Las señoritas de Aviñón', de Picasso y que ya mostró en el Mauritshuis de La Haya.
El envés de 'Las Meninas' se fotografió en 2018 cuando se descolgó para un estudio técnico. Muniz tardó dos años en recrear la espalda del cuadro con todos los detalles del marco, el bastidor y el lienzo. Usó madera de pino muy similar en vetas y nudos, y pintó los que faltaban con exactitud milimétrica.
Halló en el Rastro de Madrid un elemento metálico del marco –es de1920– que ya no se fabrica. Recreó la huella del adhesivo que estuvo en la parte alta del marco, la plaquita con el número de inventario del Prado y el lienzo con el mismo número de hilos de lino del original. Las manchas que lo traspasan visibles en la parte trasera las reprodujo con gouache y acuarela.
«Se han hecho muchos estudios sobre los reversos y varias exposiciones, pero el Prado es más ambicioso y va mucho más allá», dice el comisario de una muestra que tilda de «prodigiosa» realizada en colaboración con la Fundación AXA. Además de revisar el envés de sus colecciones durante siete años, Blanco localizó en grandes museos del mundo como el Louvre o Los Uffizi «ejemplos enriquecedores».
Con diez secciones, inicia el recorrido 'El artista tras el lienzo', con el enigmático dorso de 'Las Meninas' y reversos de cuadros de pintores que se autorretratan tras un lienzo, como Rembrandt, Goya o Van Gogh. 'Caras B', el capítulo central, se dedica a obras 'bifaces', con reversos que complementan la imagen principal: la espalda de la figura del anverso, paisajes o escenas alegóricas, religiosas y retratos.
Enigmas y fantasmas
En las demás secciones hay un festival de señas, guiños y huellas del proceso creativo. «En los reversos hay testamentos, enigmas, etiquetas, sellos de colecciones, bocetos, esquemas e infinidad de mensajes ocultos», enumera Blanco. No faltan trampantojos que recrean reversos de pinturas, bastidores sin tela, como el original del 'Guernica' de Picasso, ristras de datos para identificar temas o personajes, sellos que trazan la historia de las obras y sus dueños, de las colecciones y palacios que decoraron o de sus viajes y restauraciones.
«También hay apariciones en telas que tuvieron antes usos domésticos y que cobijan a esos involuntarios fantasmas que aparecen al ser traspasadas por los aceites», explica Blanco. Emergen también las modificaciones para adaptar las pinturas a nuevos espacios o usos en reversos remendados o recortados.
El espectador puede espiar desde atrás obras concebidas para «enfrentarse» a su mirada y conocer los inusuales materiales que sirvieron de soporte a la pintura a lo largo de los siglos, como cobre, hojalata, pizarra, alabastro, corcho, ladrillo, porcelana o marfil.
Lo que siempre hay en las traseras es polvo. Se limpia con regularidad, pero las obras más grandes y pesadas se mueven con menor frecuencia. El Prado descolgó no hace mucho 'Transfiguración del Señor' de Giovanni Francesco Penni, lo que aprovechó Miguel Ángel Blanco para recoger el polvo acumulado y realizar con él los tres libros-caja de su Biblioteca del Bosque que cierran el recorrido.
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