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Volver hoy a Olivenza para cualquier aficionado extremeño a los toros no es volver a cualquier plaza. De aquí salimos un 8 de marzo de 2020 sin tener ni idea de la que se nos venía encima, en menos de una semana, y no habíamos ... regresado al baluarte fronterizo hasta esta tórrida tarde del mes de julio, en la que más de uno hubiera pagado para que el encargado de regar el ruedo antes del festejo orientara la manguera a los tendidos durante un buen rato.
Regresaban los toros a Olivenza con un cartel en el que los espadas ya comparecieron hace un par de semanas en la feria de San Juan de Badajoz y un ganado con la expectativas que marcan todos los festejos de esta temporada extraña en la que, toros a punto de cumplir cinco años y que normalmente se hubieran lidiado en plazas de más relumbrón, supuestamente nos permiten asistir a espectáculos a los que no estamos acostumbrados.
'Tristón', primero de Núñez del Cuvillo en comparecer en el coso oliventino, metió bien la cara en el capote de Ferrera en el saludo y acometió con fuerza al caballo de Antonio Prieto, antes de que el propio matador se encargara de la lidia en el tercio de banderillas y los tres subalternos colocaran cada uno un par de garapullos y recibieran la ovación del público montera en mano.
Brindó al púbico el de Villafranco y comenzó su faena un trasteo e el tercio para levarse a su enemigo a los medios e instrumentar una breve tanda de derechazos bien acogida por los tendidos. Una segunda tanda casi en redondo hizo que la banda se arrancara con el primer pasodoble de la tarde y Ferrera siguiera con la muleta en la derecha haciendo pasar al noble gaditano, una y otra vez, por su franela. Por la izquierda la embestida del animal no era la misma y la faena perdía transmisión por momentos. Al acortar las distancias, el toro seguía pasando por la muleta de Ferrera pero la emoción hacía muchos minutos que había desaparecido. Una certera estocada, sin las estridencias caminantes de otras tardes, valió para que el ibicenco paseara el primer trofeo del festejo.
No tuvo oportunidad Morante de la Puebla de lucir su capote en el saludo 'Cantarillo' que, como su predecesor, se empleó bien ante el del castoreño. Un buen tercio de banderillas dio paso a una faena que el de Puebla del río comenzó en su faena en el tercio con tres ayudados por alto hasta llevarse a su oponente a los medios, donde entendió que al toro había que acortarle muchos las distancias para poder arrancarle los pocos muletazos que llevaba dentro. Uno a uno, Morante le sacó a Cantarillo todo lo que tenía, antes de que el de Núñez del Cuvillo dimitiera y decidiera acostarse sobre el albero. Una vez en pie, el astado recibió un pinchazo y una estocada para volver a tomar tierra y otorgar una ovación con saludo desde el tercio para Morante por su entrega.
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Volvía Ginés a su plaza tras el rotundo éxito cosechado en la feria pacense de San Juan y recibió a 'Barredor ' por verónicas ante los olés unánimes de los tendidos. Lo volvió a quitar por verónicas y dio paso a un buen tercio de banderillas que dio paso a un brindis al público desde los medios. Comenzó la faena Ginés con una serie de estatuarios que le ayudaron a llevarse a su contrincante a los medios, donde comenzó a administrarle derechazos que le permitió. Poca transmisión desprendía un animal que echaba la cara arriba cada vez que salía del trapo que Marín asía con la mano derecha. Por la izquierda permitió algo más de lucimiento al oliventino, pero el entusiasmo del público no casaba del todo con la belleza de lo que se veía en el ruedo. Había que estar ahí delante y Ginés mantuvo su torería intacta en todo momento, a pesar de la falta de clase de su enemigo. Cierre por emocionantes bernadinas, con susto incluido, que pusieron en pie a los tendidos. Una estocada en muy buen sitio y el calor de los tendidos dejaron una oreja en el esportón del oliventino.
'Currillo' fue el precioso colorao que le correspondió en suerte a Antonio Ferrera en segundo turno y que fue muy protestado por el público por su aparente invalidez. Volvió a lidiar el matador en el tercio de banderillas y otra vez se desmonteraron Montoliú, Valdeoro y Fernando Sánchez. Al hilo de las tablas comenzó el de Villafranco su faena con un pie subido al estribo, antes de recibir un cante flamenco desde el tendido y administrar al toro una tanda de derechazos que enardeció a la grada. Otra tanda muy profunda por la derecha hizo ver al de Villafranco que podía ir a por nota comenzó a invitar al de Núñez del Cuvillo a que pasara, una y otra vez por su franela. Por la izquierda el animal no tenía ni la mitad de ambición que por la diestra y el toreo al natural quedó e una anécdota.
Con las distancias más cortas Ferrera hizo lo que quiso con su enemigo y se dispuso a matarlo a su heterodoxa y caminante manera. Una estocada entera y el clamor del público hicieron que la presidencia le concediera dos orejas que el de Villafranco paseó con la bandera de Extremadura al cuello.
Morante recibió a 'Asturiano' con tres verónicas marca de la casa y lo puso en el caballo para que se empleara con ambición en una gran puya de Cristóbal Cruz. Otras tres verónicas y una media en el quite satisficieron el mono con el que los morantistas habían llegado a Olivenza. Dos buenos pares de Trujillo mediante, el de la Puebla del Río brindó al público la muerte de su enemigo y se dobló con él e el tercio antes de llevárselo por ayudados a los medios. Allí dibujó varios derechazos muy profundos que dieron paso a lo que pretendían ser naturales que el toro se encargó de arruinar. Entregado a la causa, Morante siguió porfiando en la cara del animal y el público se lo agradeció con sinceridad desde los tendidos. Siguió muy quieto Morante ante la inoperancia de su contrincante y remató su actuación con una estocada algo tendida y trasera que bastó para que el animal doblara y el de Puebla del Río se ganara el derecho al salir a hombros al recibir dos muy generosas orejas, algo que Morante rehusó en un torero gesto.
El cuvillo que cerraba plaza se llamaba 'Ricardillo' y Ginés lo recibió por verónicas y lo quitó del caballo por chicuelinas muy ajustadas antes de que la cuadrilla del oliventino protagonizara un buen tercio de banderillas que acabó con Fernando Pérez desmonterado.
En los medios con la muleta, Ginés Marín se afanó por hacer pasar a 'Ricardillo' por la muleta que sujetaba con la mano derecha, pero el gaditano se negaba a brindar la transmisión que precisaba el lucimiento del oliventino. Por la zurda la embestida era aún más sucia y llegaba a convertirse en gañafones por momentos. En un alarde de valor, Ginés se metió en los terrenos el toro y acabó por explicarle quién era quien mandaba en el ruedo con un desplante antes de cambiar la ayuda por el acero. Dos pinchazos bastaron para que el toro doblara y el oliventino se llevara la ovación de su público.
Toros Seis ejemplares de la ganadería gaditana de Núñez del Cuvillo bien presentados, justos de fuerzas y de clase.
Toreros Antonio Ferrera: oreja y dos orejas; Morante de la Puebla: palmas con saludo desde el tercio y dos orejas; Ginés Marín: oreja y ovación.
Plaza Corrida extraordinaria en la plaza de toros de Olivenza en tarde/noche de sofocante calor. Un tercio de entrada.
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