![Hugo Martín Alonso posa con el disco y la camiseta de 'Mayéutica', con la que fue a ver a su ídolo al Pisuerga.](https://s3.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/202111/23/media/cortadas/hugo-robe--kAX-U16038657456usE-624x385@Hoy.jpg)
![Hugo Martín Alonso posa con el disco y la camiseta de 'Mayéutica', con la que fue a ver a su ídolo al Pisuerga.](https://s3.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/202111/23/media/cortadas/hugo-robe--kAX-U16038657456usE-624x385@Hoy.jpg)
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SERGIO GARCÍA (El NORTE DE CASTILLA)
VALLADOLID
Martes, 23 de noviembre 2021, 09:04
Tiene 11 años, es fan de Extremoduro desde los cinco y ya ha visto a Iron Maiden en directo. Un currículum envidiable. Se llama Hugo Martín Alonso y al principio se muestra un poco cortado, pero hace escasos diez días revolucionó el concierto de Robe ... Iniesta en Valladolid. Allí, era 'filaseisasientoveinte', «un semiconductor de empatía», como bien le definió el periodista Antonio G. Encinas, en una crónica para elnortedecastilla.es. «Un poco sí salté y demás», explica desde su punto de vista la explosión que vivió en el polideportivo Pisuerga el pasado 13 de noviembre.
En su casa suena 'Mayéutica' de forma ininterrumpida desde el pasado 30 de abril de este año, día en el que el disco salió a la venta. También en el coche, para ir al colegio, donde cursa Primaria. En su habitación, mientras estudia, lo escucha en su tablet. El fondo de pantalla es, como no podría ser de otra manera, Robe Iniesta durante su concierto en Valladolid. Lo de Hugo por el músico es devoción, algo que traspasa lo racional y pasa al plano sentimental. Uno donde tienes 11 años y vuelves a casa a las dos de la madrugada para levantarte a las 9:00 e ir a jugar el partido de fútbol de la liga escolar, con gol incluido. El de ir con tu padre a ver tocar a quien también es el artista de su vida, el de ambos.
De ahí procede su afición, de quien con su edad también comenzó a escuchar a Extremoduro. Su padre, Rubén, con quien fue al concierto. Uno del que su hijo llegó «emocionado» y él «orgulloso», como recuerda Lourdes, la madre de Hugo. Acompañados de otro amigo, los dos llegaron al Pisuerga dos horas antes del inicio del concierto, donde también compró la camiseta. «Estaba muy nervioso y desde la primera canción explotó durante todo el concierto, estaba muy contento», explica el padre.
Una emoción que seguramente alcanzó su pico cuando sonaron 'Si te vas' y 'La vereda de la puerta de atrás', las dos canciones que destaca Hugo como sus favoritas, aunque en el coche siempre pide «la pista cinco de Mayéutica», 'Yo no soy el dueño de mis emociones', que también sonó en el concierto. Lo que más le gusta, asegura, son las letras de estos temas, lo que «dicen y transmiten». «Las entiende todas», añade su madre.
Pero esta afición se traslada también a otros grupos, unos que Hugo también tiene apuntados en su lista de conciertos pendientes. Bandas como Los Suaves o Reincidentes. Conciertos donde, de momento, también debería acudir con su padre. «Ningún otro niño de mi clase escucha este estilo de música», asegura. Y eso quizá es lo más sorprendente.
La afición por Robe y Extremoduro de Hugo es una que se ha trasladado de una generación a otra. Un modo de supervivencia para un estilo de música que es raro que triunfe entre los más pequeños. Uno que nace de esos viajes en coche con tu padre o madre, donde te empapas de las canciones que suenan en la radio, en el CD y ahora desde el móvil conectado por 'Bluetooth'. Unas que a la larga también sientes y haces propias, como le ha ocurrido a este niño de 11 años, el fan de Robe que revolucionó el concierto de Valladolid.
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