![Más novilleros que novillos en Cáceres](https://s1.ppllstatics.com/hoy/www/pre2017/multimedia/noticias/201504/20/media/82768947.jpg)
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Pepe Orantos
Lunes, 20 de abril 2015, 07:41
Una plaza no se recupera del todo hasta que no cuenta con una presidencia con criterio, que dé valor a los trofeos que se consiguen sobre el ruedo.
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En eso estaba ayer el presidente de la plaza de Cáceres, con un comportamiento ejemplar durante todo el festejo, hasta que llegó el último novillo de la tarde, de nombre 'Azucarero', al que Juan Carlos Carballo cuajó una meritoria faena pero al que propinó un metisaca, un pinchazo y una estocada desprendida hasta conseguir que doblara camino del desolladero. Entonces, la habitual hinchada de Juan Carlos Carballo, que ya pudimos sentir en Olivenza, reclamó con tal fuerza el trofeo que permitiría sacar a su novillero por la puerta grande de Cáceres, que la presidencia se plegó a sus deseos y concedió el apéndice al de Valencia de Alcántara para que abandonara la Era de los Mártires a hombros junto a Posada de Maravillas.
Toros. Seis novillos de juego desigual. Mansearon del primero al quinto y se salvó la raza del sexto.
Toreros.
Posada de Maravillas (Dos orejas y vuelta al ruedo). Alejandro Fermín (Ovación y oreja) y Juan Carlos Carballo (Oreja y Oreja).
Plaza. Plaza de toros de Cáceres. Media entrada larga en tarde primaveral en el festejo con motivo de la festividad de San Jorge, patrón de la capital cacereña.
Regusto clásico de Posada
Comenzó la novillada con un parado ejemplar de José Luis Marca, Pistacho de nombre y jabonero de capa, al que Juan Luis Ambel realizó un vistoso quite por delantales, antes de iniciar su faena de muleta con la izquierda, muy bien plantado sobre el albero cacereño y citando en largo a su enemigo, que acabó por emplearse bien en la franela. Tras comprobar con disgusto que el novillo solo tenía un pitón, insistió en el izquierdo y acortó las distancias hasta cuajar una de las faenas del catálogo de pequeño de los Posada, muy en el estilo de toreo clásico al que aspira.
Ante su segundo enemigo, el cuarto de la tarde, Posada de Maravillas comprobó enseguida que la falta de raza que demostró su enemigo al huir de la puya del picador, iba a ser más que sintomática a lo largo de toda su lidia. La falta del primer novillo de la tarde fue tan evidente que solo la depurada técnica de pacense le permitió ligar algunos muletazos sueltos por la derecha y una complicada tanda con la izquierda. Lo mató de una estocada casi entera en su sitio y dio una merecida vuelta al ruedo por ello.
El segundo de la tarde fue recibido por Alejandro Fermín con tres largas cambiadas de rodillas desde el tercio. Pareció de inicio con más nobleza y movilidad que el hermano que le precedió, pero rápidamente demostró su falta de fuerzas y tendencia a perder las manos hasta imposibilitar el lucimiento del de Cabezuela del Valle. Tan solo tomó una buena tanda por el pitón derecho el de Marca, en la que el novillero vallense demostró el poderío al que somete a sus oponentes, hasta acabar la faena de rodillas para intentar congraciarse con el respetable. Nada que pudiera competir con el pinchazo, dos metisacas y una estocada entera que acabaron con un saludo desde el tercio.
En el quinto, Fermín repitió el saludo capotero e inició su faena de muleta doblándose con su enemigo hasta someterle por completo con su mano izquierda en un alarde de autoridad que, sin duda, le dará muchas tardes de triunfos. Con la puerta grande en el horizonte el cabezoleño acortó las distancias y acabó la faena con un desplante de rodillas. Un pinchazo y una estocada entera llevaron al manso de marca a morir ante la puerta de toriles y a Alejandro Fermín a cortar el único trofeo de su tarde.
Carballo no faltó a su cita con la puerta de toriles en su presentación en Cáceres y recibió a sus dos novillos a portagayola. Su habilidad en este trance no le libró, sin embargo, de una posterior voltereta de su primero, que le dejó aparentemente conmocionado durante unos minutos.
Mejor de fuerzas que varios de sus hermanos, pero con menos nobleza, Molinero entregó a regañadientes varios naturales al de Valencia de Alcántara, que lo despachó con una estocada algo tendida y un descabello que le valieron una oreja.
Del sexto ya contamos su final, sin destacar que probablemente fue el mejor novillo de la tarde que posibilitó el lucimiento de Carballo y que permitió que dos grandes subalternos, Jesús Talaván y 'El Maqui' se desmonteraran tras un buen tercio de banderillas.
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