Triunfo de Perera ante una insufrible corrida de El Pilar

Sebastián Castella cortó una oreja y Talavante se fue de vacío ante el peor lote de la tarde

Pepe Orantos

Domingo, 14 de junio 2015, 11:01

La tarde iba para extraña cuando, aún conformado el paseíllo frente a la presidencia, la banda municipal de música de Plasencia se arrancó con los acordes del himno nacional de España, ante el alborozo de muchos, que lo saludaron con una estruendosa ovación, y la sorpresa de otros que por un momento dudaron de la presencia de algún miembro de la familia real en los tendidos o de algún homenaje a una figura taurina recientemente desaparecida. Al final, todo pareció quedar en un intento de acto de desagravio a la marcha real, ante las últimas supuestas ofensas recibidas.

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FICHA DEL FESTEJO

  • Toros. Siete toros de El Pilar, extremadamente flojos de fuerzas, nobles y sin ninguna transmisión.

  • Toreros. Sebastián Castella (ovación y oreja) Miguel Ángel Perera (ovación y dos orejas) Alejandro Talavante (ovación y oreja).

  • Plaza. Primer festejo de la feria de Plasencia. Tres cuartos largos de entrada, en una tarde fresca en la que por momentos chispeó.

Pronto comprobó Castella que la tarde no iba a enderezar, cuando pudo ver como su primer enemigo tan pronto demostraba su falte de fuerzas embistiendo con las manos por delante, como perdía estas al encuentro con sus engaños. El quite por gaoneras y los ayudados por alto con los que comenzó la faena de muleta fueron lo más destacado de una actuación que acabó con saludos desde el tercio tras un pinchazo hondo, un espadazo, un descabello y un aviso. El segundo de su lote, de nombre 'Miralto', el francés lo brindó al público, al presagiarle más opciones que a su hermano y tres cambios por la espalda culminados con pases de pecho parecían augurar un mejor resultado. El toro tomó la muleta por el pitón derecho con nobleza en un par de tandas, pero sin la transmisión que hubiera conectado con mayor fuerza con los tendidos. El de Breziers acortó las distancias con el toro e instrumentó varios derechazos de mérito que acabaron en una tanda de manoletinas que hicieron que, pese a un primer pinchazo, el público y la presidencia premiaran con una oreja su faena.

La falta de fuerzas congénita que presentó la corrida de ayer en Plasencia tuvo su segundo capítulo en el primer oponente de Perera, al que el de Puebla del Prior no permitió que le pusieran su tercer par de banderillas, temiendo que en ese galope perdiera más de una embestida en la muleta. Cada vez que Perera intentaba una tanda por la derecha, el toro se negaba en redondo a tomar el tercer muletazo, desluciendo cualquier posibilidad de ligazón por parte del pacense. Por la izquierda, Perera le arrancó muletazos sueltos que adornó con un pase del desprecio antes de propinarle un pinchazo, media atravesada y un bajonazo a su enemigo, que le valieron recibir la generosa ovación del público desde el tercio. A su segundo, el quinto de la tarde, Perera lo recibió con la muleta a pies juntos, en uno de las estampas más toreras de la tarde, que encadenó con una serie de largos derechazos que metieron al público en faena. Por la izquierda, 'Bellito', que así se llamaba el de El Pilar, protestó todas y cada una de los intentos del pacense de hacerle embestir por su sitio. Visto que la faena no podía crecer por ahí, Perera decidió acortar las distancias y buscar los adornos que, en un alarde de valor, le hicieron conectar con el tendido placentino hasta el punto de que una estocada hasta la bola, aunque algo caída, le valió al matador la recompensa de las dos orejas con las que franqueó la puerta grande del coso de Las Golondrinas y al toro una ovación en el arrastre.

Quien penó con el peor lote de la tarde fue, sin duda, Alejandro Talavante, que tuvo que ver como su primer oponente llegó incluso a perder por completo el equilibrio y acabó con sus cuatro patas por alto. Lo único bueno que nos dejó ver 'Guajiro' el tercero de la tarde fueron los dos impresionantes pares de banderillas que le colocó Javier Ambel, a quien su matador obligó a desmonterarse desde el burladero. En la muleta 'Guajiro' cumplió con la norma fijada por sus hermanos y solo tomó dos muletazos en la primera tanda que trató de ligarle Talavante. A partir de ahí, rehusos, amagos de derrotes y complicaciones sin maldad que impidieron cualquier lucimiento de Talavante. Un pinchazo y una estocada algo tendida sirvieron para que 'Guajiro' doblara, se llevara los pitos el arrastre y dejara sin trofeos al pacense.

El primero de los sextos de la tarde repitió todos los vicios de sus hermanos, lo que calentó en exceso a un público que estalló por completo cuando tras su encuentro con el caballo, parecía haberse lastimado una mano. Afloró el pañuelo verde en la presidencia y abandonó 'Poryadito' la plaza por la misma puerta de toriles que había utilizado para ingresar en ella. Al sexto bis, de nombre 'Holandero', le propinó Talavante un espectacular quite por delantales muy ovacionado por el público, deseoso de ver un triunfo del pacense. Sin embargo, pronto se dio cuenta Talavante de que tampoco tenía el material necesario para el triunfo en esta ocasión. Algunos muletazos sueltos entre las protestas del astado fueron lo máximo que el de Badajoz logró arrancarle a 'Holandero' que, sin embargo recibió un espadazo tremendo de Talavante para morir, que le granjeó la última oreja de la tarde.

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