Pepe Orantos
Jueves, 1 de octubre 2015, 07:33
Juan Luis Ambel Barranco, 'Posada de Maravillas' en los carteles, tomará el sábado en Zafra la alternativa de manos de Morante de la Puebla y se convertirá en el sexto matador de toros de una dinastía que inició su tatarabuelo Francisco de Posada, siguió Curro, hermano de su bisabuela Rocío, su abuelo Juan, su tío Antonio y su hermano Santiago. Con gran predicamento en los tendidos desde su etapa como novillero sin caballos, el pequeño de los Posada asume el reto de sumarse a la nueva generación de matadores de toros que trata de hacerse un hueco en las ferias, hasta ahora monopolizadas por las figuras.
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¿Supone una responsabilidad especial el hecho de convertirse en el último eslabón de una dinastía torera con tanta solera como la suya?
Sin duda, uno sabe de dónde viene y lo que representa. Para mí es un orgullo ver el apellido Posada en los carteles y soy consciente de lo que lleva consigo. Sé por mi hermano Santiago y mi tío Antonio lo que es salir a una plaza con el peso encima de una dinastía, sólo espero estar a la altura.
¿Por qué toma la alternativa en el final de esta temporada y por qué en Zafra?
La decisión de tomar la alternativa al final de este curso viene marcada por la intención de aprovechar la temporada americana. Hemos considerado que, una vez asumida la opción de dar este importante paso adelante, habría que intentar saltar el charco para afrontar la que será mi presentación como torero en muchas plazas españolas con un bagaje importante de corridas. En cuanto a la elección de Zafra, el motivo es doble. Se trata de una gran feria, con una tradición histórica, una gran plaza y una afición que se hace respetar. Además, es la ciudad en la que pasé buena parte de mi infancia y en la que viví con mi familia durante algunos años, por lo que para mí tiene un significado especial.
¿Ha pensado fríamente el 'lío' en el que se va meter al convertirse en matador de toros?
La verdad es que no -entre risas-. Uno es consciente de que hay decisiones como esta que se toman o no se toman, no puedes dedicarte mucho tiempo a pensarlas porque sabes que desde la lógica son más que cuestionables. Debes dejarte guiar por lo que sientes, y lo que yo quiero es ser torero.
Cuando acabe esta temporada habrán tomado la alternativa Borja Jiménez, Lama de Góngora, Garrido, Roca Rey y usted, entre otros. ¿Se siente integrante de esa nueva generación que viene a revolucionar la fiesta?
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No creo mucho ni en las generaciones ni en las quintas de toreros, pero si alguien quiere meterme en ese grupo no tengo ningún problema. Todos son grandes profesionales y con todos habrá que luchar para hacerse un hueco en los carteles de las ferias.
¿Le cambia a uno la perspectiva de futuro ver a López Simón y a Garrido hacer el paseíllo con El Juli en la última feria de Albacete?
Es importante que los carteles se vayan abriendo. Es verdad que este caso estuvo marcado por las sustituciones pero ya es un hecho importante que se diera y, si se dio, fue por que quienes ocuparon esos puestos en el cartel se lo habían ganado.
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En su carrera profesional hay un antes y un después del percance de Pamplona. ¿Cómo cambia su forma de afrontar el futuro?
El percance de Pamplona me cambia como persona y como torero. Fueron muchos meses en los que no sabía qué iba a ser de mí. El daño físico que sufrí no se lo podría desear ni a mi peor enemigo. Fueron muchas semanas en las que temía que llegaran las noches para no afrontar los dolores que venían con ellas, pero la recuperación se convirtió en un reto que me ha ayudado a forjarme como profesional y como persona. No volveré a ser el mismo que antes de aquellos sanfermines.
Su hermano Santiago cuenta que, siendo un niño, usted no quería saber nada de toros. ¿Cómo se produce esa transformación?
No solo no quería saber nada de toros, es que podría decirse que era un antitaurino. A pesar de mis antecedentes familiares, uno crece como un niño más, ve las películas de Disney y todo le lleva a sentir un rechazo hacia la sangre y la muerte en torno a los animales. Sin embargo, a fuerza de acompañar a mi hermano a los tentaderos, un día me decidí a salir de un burladero y poco a poco descubrí lo que el mundo del toro significa para mí.
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Hay una figura que siempre le ha acompañado en los carteles, la de su madre Maravillas. ¿Cómo vive una hija, hermana y madre de toreros su alternativa?
Pues mal. Yo lo entiendo y trato de mantenerla lo más al margen que puedo. Soy consciente de que, ante todo, es mi madre y que no debe ser fácil para una madre ver cómo su hijo sale a jugarse la vida todas tardes frente a un toro. Creo que a eso nadie se acostumbra y por eso trato de que la primera llamada después de cada actuación, de cada triunfo sea para ella.
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