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Joaquín Domínguez en uno de los palcos que habilitará para la próxima feria en la plaza de toros de Mérida. :: brígido
«Tenemos  que devolver  a Mérida al lugar que ocupó»

«Tenemos que devolver a Mérida al lugar que ocupó»

El empresario taurino Joaquín Domínguez gestionará el coso del Cerro de San Albín los próximos cinco años con el reto de que recupere la grandeza que tuvo en los 70 y los 80

Pepe Orantos

Domingo, 21 de febrero 2016, 08:43

Joaquín Domínguez Giralt (Badajoz 1962) se convirtió la semana pasada en el nuevo gestor de la plaza de toros de Mérida a través de su empresa Mar Toros. Tras 27 años como empresario taurino, 24 de ellos vinculado a su socio José Cutiño, en las sociedades Coso de Badajoz y Ruedo de Olivenza, afronta e solitario el que, a priori, puede ser su reto más ambicioso, llevar las riendas del coso del Cerro de San Albín, una de las plazas con más solera de la región, propiedad del empresario salmantino Vicente Elices.

¿Qué le hace fijarse en una plaza como la de Mérida?

Un amigo en común me contó antes de navidades que Vicente estaba interesado e ponerse en contacto conmigo para plantearme esta posibilidad. Yo nunca había pensado en la plaza de Mérida como empresario. He pasado mil veces por aquí y he venido muchas veces como aficionado pero nunca me había fijado en ella como un objetivo empresarial. Lo pensé con detenimiento y me dije a mí mismo "por qué no". Es probable que esta sea la única plaza de toda la provincia de Badajoz en la que no me haya visto implicado como empresario y se convertía en un reto a la altura de su categoría y de su historia. Una vez nos reunimos, enseguida capté la intención que tenía Vicente de dotar a la plaza de un sello de calidad que conjugara con todas las actuaciones que ya ha llevado a cabo en este recinto. El hecho de que firmáramos por cinco años con opción de ampliar a otros cinco, demuestra el interés común en que esta relación se consolide en el tiempo para devolver a Mérida al lugar que tuvo en el escalafón taurino regional y nacional en los años 70 y 80 de la mano de Raúl Recuero como empresario.

Hay quien cree que la feria de Mérida, a primeros de septiembre, tiene una ubicación complicada en la temporada. Hay mucha gente en la playa, los aficionados ya han visto muchos toros en la región. ¿No le da miedo esa circunstancia?

Yo no creo que sea así. A lo largo de la historia Mérida ha celebrado grandes ferias y muchos aficionados extremeños esperaban con expectación cada año los carteles de Mérida, porque sabían que en esta plaza se habían dado grandes tardes de toros. No hay que remontarse demasiado, yo he visto esta plaza llena en la época de Espartaco, Paco Ojeda o Jesulín. La fórmula del éxito en ferias como esta está inventado hace mucho: carteles con el atractivo de las figuras y mucha promoción. Nuestra intención es presentar los carteles a principios de junio y realizar la promoción suficiente para que la plaza de toros de Mérida se convierta en un destino taurino de primer orden que se sume al excelente cartel hostelero que ya tiene.

Ya anunció que la feria tendrá una corrida de toros y una de rejones en la feria de septiembre. ¿Existe la posibilidad de que haya algún festejo más?

Vamos a trabajar para que el tradicional festejo de promoción que televisa Canal Extremadura con motivo del día de Extremadura y que la temporada pasada supuso la encerrona de Ginés Marín en Olivenza, pudiera darse este año en Mérida. Si es así, lo incluiremos en los carteles de la feria como un atractivo más. Aún es sólo un proyecto, pero creo que presentando con tiempo la idea a canal Extremadura es factible que pueda llegar a buen fin.

En Extremadura la presión de los antitaurinos es inapreciable, ¿a qué cree que se debe esa situación privilegiada de la fiesta en la región con respecto a otros territorios del Estado?

Nosotros tenemos la suerte de contar con la mejor dehesa que existe en España, que es el hábitat ideal para las dos especies que mejor aprovechan sus características, el toro bravo y el cerdo ibérico. Obviar que son santo y seña de nuestra región no tendría sentido. Si a esto unimos la cantidad y calidad de plazas de toros con las que contamos en las dos provincias extremeñas, muchas de ellas declaradas monumentos históricos, concluiríamos que ser antitaurino en Extremadura es una rareza. Yo solo le pido a los antitaurinos el mismo respeto que nosotros les tributamos cada vez que se han manifestado ante plazas como Zafra y Olivenza. De todas formas, sólo hace falta contar a los que se concentran gratis en la puerta de la plaza y los que pasan al interior pagando una entrada.

¿Ha notado que los políticos extremeños hayan cambiado su sensibilidad con respecto a la fiesta tras las últimas elecciones municipales, con la irrupción de nuevas formaciones políticas en las corporaciones?

No solo no he notado ningún cambio a peor, sino que las grandes instituciones con las que trabajamos, sobre todo la Junta de Extremadura y la Diputación de Badajoz, continúan apoyando de forma absoluta. Prueba de ello es que en Extremadura se celebran más de 1.500 festejos al año, algo que sería imposible si ayuntamientos, diputaciones y Junta no coincidieran en apoyar la fiesta como lo hacen.

El gran número de profesionales taurinos que viven en Extremadura acostumbra a crear cierta tensión a la hora de confeccionar carteles en las ferias de la región. ¿Cómo convive con esta circunstancia?

Es evidente que hay una sobrepoblación de profesionales taurinos en Extremadura. Yo siempre digo lo mismo, yo he tratado de ser justo con todos, creo haber puesto a todos en los carteles, pero los profesionales extremeños no se pueden ceñir a torear en nuestra tierra. Para llegar a ser figura del toreo también hay que torear fuera y que sea el toro el ponga a cada uno en su sitio. Con todos los respetos para muchos de los excelentes profesionales de nuestra región, la gente quiere ver a las figuras en los carteles. En el caso de los novilleros también tratamos de cumplir con el concepto de justicia con el que nos manejamos, pero es que en la actualidad debe haber diez o doce novilleros con caballos en Badajoz. Por mucho que nos empeñemos, no caben todos en todas las ferias. Nosotros nos debemos al público y a nuestra empresa y tenemos que hacer coincidir los intereses de ambos, aunque estos intereses no coincidan con los de muchos de los profesionales que viven en Extremadura.

Su carrera como empresario en solitario va creciendo a medida que va asumiendo la gestión de más plazas, ¿supondrá esto una merma en su presencia en las sociedades que comparte con José Cutiño?

En absoluto. Yo llevo 32 años como empresario taurino y 27 junto a Cutiño. Nuestra relación trasciende a lo empresarial y desde hace mucho ya es una relación personal. Siempre hemos sabido diferenciar lo que son nuestras sociedades en común y lo que son nuestros proyectos en solitario. Él ha dado toros en muchas plazas andaluzas y ha participado de sociedades que han gestionado grandes plazas por toda España y yo gestiono un gran número de plazas extremeñas sin que nunca hayamos caído en ningún conflicto.

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