![Sólo Juan del Álamo pudo aprovechar una complicada victorinada en Plasencia](https://s1.ppllstatics.com/hoy/www/pre2017/multimedia/noticias/201606/12/media/99327158.jpg)
![Sólo Juan del Álamo pudo aprovechar una complicada victorinada en Plasencia](https://s1.ppllstatics.com/hoy/www/pre2017/multimedia/noticias/201606/12/media/99327158.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Pepe Orantos
Domingo, 12 de junio 2016, 08:24
Dicen que los victorinos cuando no son buenos, por lo menos son victorinos. Cuando el patriarca de la ganadería, Victorino Martín Andrés, se refería a sus reses como 'alimañas' no lo hacía sólo por el parecido de sus caras a la de algunos grandes roedores, sino por la indudable mala idea que desarrollan en una plaza cuando no están muy por la labor de colaborar con el espectáculo. Se paran, se revuelven, piden los papeles y ponen a prueba a cada torero sobre el ruedo, como si de un examen de selectividad se tratase.
Toros. Seis toros de Victorino Martín, muy bien presentados, algo descastados y de juego complicado. El tercero fue premiado con vuelta al ruedo.
Toreros. El Cid ovación y oreja; Manuel Escribano
Plaza. Segundo festejo de la feria de Plasencia, casi tres cuartos de entrada en tarde agradable con una ligera brisa. Cerca de dos horas y media de función.
Si de alguien esperábamos que superara con nota ese examen era, sin duda, de 'El Cid', a quien le tocó enfrentarse al victorino que abría plaza, después de que el público, que rozaba los tres cuartos de entrada, guardase un minuto de silencio en recuerdo de 'El Pana'. Sin embargo, 'El Cid' declinó cualquier enfrentamiento con el de la A coronada, en cuanto le vio escarbar sobre el albero placentino, como si quisiera encontrar restos arqueológicos bajo el coso de 'Las Golondrinas'. Cierto es que el toro se paró desde los primeros trasteos, pero también es cierto que, quizás, el público esperaba algo más de entrega por parte del veterano matador sevillano.
Dos pinchazos y una estocada algo desprendida sirvieron para pasaportar un toro que fue pitado en el arrastre.
Algo más de suerte tuvo Escribano con el segundo, al que recibió flexionado en el tercio y al que banderilleó con acierto. Con la muleta aprovechó el escaso recorrido que tenía su pitón derecho y decidió no insistir en exceso por el izquierdo, ante las reiteradas negativas del astado a colaborar con su lucimiento.
Acortó las distancias con criterio y calentó los tendidos hasta el punto de que una estocada algo tendida le sirvió para cortar la primera oreja de la tarde.
Del Álamo con 'Embrocado'
El toro de la corrida fue, sin ningún lugar a dudas, 'Embrocado', negro entrepelado de 535 kilos de peso que correspondió en suerte a Juan del Álamo. Nada da más salir de chiqueros se vio que no tenía nada que ver con sus hermanos y mostró una disposición ante los capotes de la cuadrilla y al entrar al caballo que predecían una un bello espectáculo en su confrontación con el matador.
Desde los primeros trasteos con la muleta la faena se convirtió en un combate entre toro y torero ante la que el mirobrigense demostró un oficio que poco a poco va acreditando con sus triunfos en las principales ferias.
Juan del Álamo administró a 'Embrocado' varias tandas de mérito por la derecha sabiendo aprovechar las cortísimas embestidas del animal para salir airoso de cada embroque. Por la izquierda el victorino salió más protestón e impidió que la faena alcanzara el cuajo suficiente para pasar a los álbumes de recuerdos. Una estocada algo tendida sirvió para que el de las Tiesas de Santa María doblara y el salmantino echara dos orejas a su esportón.
Ante el cuarto, El Cid parecía no quererse quedar atrás en la competencia con sus compañeros de cartel, pero pronto le indicó el victorino que no iba a ser posible. 'Garduño', que así se llamaba su enemigo, no colaboró siquiera con el saludo capotero del sevillano, derribó al picador, hasta el punto de poner a su caballo patas arriba, y pregonó a quien quisiera escucharle que si alguien quería cortarle algún apéndice, tendría que sudarlo sobre el ruedo. Tras comprobar 'El Cid' que las embestidas por el pitón derecho se quedaban peligrosamente cortas, probó el izquierdo para arrancarle algunos naturales que, sumados, a un último arrimón le valieron para cortar una oreja tras una estocada y un descabello.
Al quinto lo recibió Escribano de rodillas en el tercio con una espectacular larga cambiada que levantó al público de los tendidos, ejercicio que tuvo que volver a hacer, esta vez llevados por el temor, al comprobar como el toro derribaba de forma muy fea al picador que cerraba plaza. El autor de la faena a 'Cobradiezmos' ejecutó un gran tercio de banderillas y enseguida se dio cuenta de que era imposible ejecutar faena alguna con la muleta. Ante tremenda alimaña, Escribano se fue a por el acero y tras una estocada y dos descabellos fue recompensado con una salida al tercio a saludar.
'Mocito' para cerrar
Salió el sexto de la tarde levantando unas expectativas que a la postre se demostraron falsas. Entró a las verónicas de Juan del Álamo humillando y repitiendo como si quisiera mantener esa actitud durante toda la faena. Sin embargo, enseguida dio muestras de ser hermano de sus predecesores y comenzó a evidenciar que no estaba por contribuir al espectáculo. El torero de Ciudad Rodrigo lo intentó primero por la izquierda con la muleta y pronto comprobó que ni por uno ni otro pitón tenía faena el de victorino. Media estocada, muy tendida, sirvió para que el público le reconociera su esfuerzo con una ovación.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La artista argentina Emilia, cabeza de cartel del Música en Grande
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.