![Los toros de Algarra arruinan una tarde de farolillos en Mérida](https://s3.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/202104/17/media/cortadas/natural%20Manzanares-RgkafhQ5l6pD3yW1tt6eSdJ-1248x770@Hoy.jpg)
![Los toros de Algarra arruinan una tarde de farolillos en Mérida](https://s3.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/202104/17/media/cortadas/natural%20Manzanares-RgkafhQ5l6pD3yW1tt6eSdJ-1248x770@Hoy.jpg)
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En Mérida no ha habido feria, ni farolillos, ni pescaíto, pero ha habido toros. Cuando con algo de retraso sonaron los clarines y se abrió la puerta de cuadrillas ha sido imposible no sentirse un privilegiado, después del sinsentido al que entre todos han sometido a la vecina afición sevillana. Los toros a mitad de aforo son seguros y en Extremadura lo acreditan todos los festejos que se llevan celebrados desde que a primeros de agosto volvió la fiesta a nuestra región en Plasencia.
El cartel era de tarde de farolillos y por las ganas de toros que la afición tenía se ocuparon todas las localidades disponibles en los tendidos de sombra, antes de que El Juli abriera plaza de verde oliva y oro recibiendo al primero de Luis Algarra, un castaño aseadito, en el tercio por verónicas. Lo puso en el caballo y el animal dobló las manos nada más sentir la puya del varilarguero. Recibió dos pares de banderillas y el diestro madrileño se dejó el brindis para mejor ocasión, dudoso de poder aprovechar las escasas fuerzas que parecía tener su oponente. No se equivocó el matador afincado en Olivenza, que lo intentó por ambos pitones con el mismo resultado, medias embestidas y constantes genuflexiones del astado, que recibió tantos pitos como aplausos su voluntarioso opositor. Media estocada trasera y un descabello acabaron con la vida del sevillano que se fue pitado en el arrastre y que dejó palmas para López Escobar.
El segundo del encierro correspondió a José María Manzanares que, de azul marino y oro, se encargó de probarlo con el capote con escaso lucimiento y comprobó cómo estuvo a punto de derribar a su picador en una fuerte acometida. Comenzó el alicantino la faena con un profundo derechazo que sirvió de antesala a una tanda de muletazos incompletos, muy aplaudidos desde los tendidos. Lo mejor llegó cuando Dols Samper tomó la franela con la mano izquierda e instrumentó tres naturales muy acompasados al tempo que el toro demandaba. Tras una breve visita al pitón derecho, Manzanares regresó al zurdo pero ya no encontró allí las embestidas de su enemigo. Mató recibiendo de una estocada entera muy caída, que no impidió que la presidencia le otorgara el primer y único trofeo de la tarde.
Debutaba Pablo Aguado en Mérida como matador de toros y lo hizo también de azul marino y oro con un castaño listón que salió algo suelto de su capote en el saludo y que peleó en el caballo ante el enfado de los tendidos que, viendo las escasas fuerzas de sus hermanos, temieron con razón que allí acabara todo su fuelle.
Con la muleta tardó poco el sevillano en comprobar que lo de las medias embestidas era una constante entre los de Luis Algarra en lo que llevábamos de festejo. En toda la faena, el toro no otorgó ni una embestida aprovechable y Aguado abrevió para hacerle doblar con media estocada tendida.
Con el cuarto regresaba el turno para El Juli y pareció que cambiaba la suerte con el ganado, cuando se vio al de Luis Algarra meter bien la cara en el capote del madrileño por los dos pitones. Brindó al público el matador, confirmando que tenía la misma sensación que habitaba en los tendidos. Dos tandas de derechazos precedieron al mejor par de muletazos de la faena, antes de que el oliventino de adopción comprobara que el pitón izquierdo era un desecho. Con la derecha regresaron las medias embestidas, que ya habían mostrado los de Algarra durante toda la tarde, y El Juli trató de calentar los tendidos, acortando las distancias para arrancar a su contrincante una tanda de redondos muy aplaudida por el público. Un pinchazo, una estrambótica estocada trasera y cinco descabellos no evitaron que El Juli cerrara su actuación entre palmas.
Echó la cara arriba el quinto en el capote de Manzanares en el saludo y tuvo un breve encuentro con el del castoreño, antes de recibir dos pares de banderillas. Al comienzo de la faena de muleta el de Algarra sufrió una fuerte voltereta tras clavar sus defensas en el ruedo, lo que condicionó todo su juego posterior. Ahí se acabó el toro. Ni por el pitón derecho, ni por el izquierdo fue capaz Manzanares de arrancar un solo muletazo antes de matarlo de pinchazo y estocada entera, lo que le valió el reconocimiento del respetable.
El que cerraba plaza correspondía en turno al debutante sevillano, que lo recibió al capote en el tercio alternando verónicas y delantales. Lo quitó del caballo Aguado con una serie de chicuelinas, muy agradecidas por los tendidos. Brindó al público la muerte del último toro de la tarde y se dobló con él en el tercio, logrando los dos o tres únicos muletazos aprovechables de la faena, antes de que regresaran las medias embestidas sin clase ni transmisión que estábamos cansados de soportar durante todo el festejo. Aun así Aguado insistió y el público se lo agradeció. Porfió con la mano izquierda para acabar con un desplante, fruto de la impotencia ante la poca colaboración de su oponente. Trató de cuadrarlo con unos ayudados por alto y lo mató de media algo desprendida, Todo acabó con una nueva salva de palmas para el sevillano.
Toreros Julián López 'El Juli': palmas y palmas. José María Manzanares: oreja y palmas , Pablo Aguado: silencio y palmas.
Toros Seis ejemplares de la ganadería de Luis Algarra
Plaza Coso del Cerro de San Albín en tarde primaveral, algo ventosa en la que no sobró una rebeca. Algo de viento que no molestó demasiado la lidia.
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