Faenón de Talavante a un Veronés de Garcigrande al que debió cortar el rabo

Abrió plaza Moruno, un cárdeno de La Quinta de 462 kilos que Alejandro Talavante decidió echarse por delante. Lo recibió el de Badajoz por verónicas entre las dos rayas de picar y lo sacó, poco a poco, a los medios donde perdió un par de veces las manos. Manu Izquierdo y Javier Ambel dejaron dos buenos pares antes de que su maestro brindara la muerte del Santa Coloma a Emilio de Justo. Una tanda de derechazos en la que el astado se limitó a acompañar la muleta del pacense fue de lo poco que pudo sacar en claro Talavante de su primera faena. La falta de transmisión se agudizó por el pitón izquierdo y poco a poco el animal se fue rajando hasta languidecer por completo. Un pinchazo hondo y una estocada algo tendida bastaron para que el primero de la tarde rodara y el originario de Puebla de Sancho Pérez recogiera una ovación de los tendidos.

Potrico se llamaba el colorado con el que Emilio de Justo deleitó a su público con el capote en un saludo en el que alternó verónicas y chicuelinas y cerró con una artística media. Tras un intrascendente tercio de banderillas el de Torrejoncillo brindó en los medios antes de sacar toreado con mucho arte a su enemigo a los medios. Una extraordinaria tanda de derechazos rematada por un espléndido pase de pecho comenzó a meter a los tendidos en la faena hasta que acabaron por rendirse con dos preciosos desmayados. Ahí se acabaron las fuerzas y las ganas de embestir del de El Pilar. Unos trasteos por la izquierda y un cierre abreviado precedieron a un estoconazo algo trasero que fulminó al toro. Dos orejas y puerta grande para el torrejoncillano.

El tercero de la tarde, un negro chorreado de El Pilar, llevaba por nombre Lliébrez y fue recibido por Talavante en los medios con una serie de verónicas muy templadas. Brindó el pacense al público en los medios y se colocó de rodillas entre las rayas de picar para dejar un par de derechazos genuflexos. Comenzó a perder las manos el salmantino a la salida de la primera tanda y no se repuso ya hasta que Alejandro le dejó tomar aire para arrancarle tres derechazos y un pase de pecho muy apreciados por los graderíos. Acortó las distancias el pacense tratando de transmitir emoción pero su enemigo no daba para más. Cierre por manoletinas y una estocada entera le valieron al de Badajoz su primer trofeo.

Emilio de Justo dejó para su segundo turno al toro de La Quinta, un cárdeno de encaste Santa Coloma al que saludó doblándose con él hasta sacarle a los medios para darle una meritoria media. Llevó al toro Emilio por chicuelinas al caballo, donde recibió un castigo proporcionado. Quite por chicuelinas antes de que el toro hicera por Morenito de Arles a la salida del primer par de banderillas y lo cogiera de forma aparatosa. En el inicio de faena De Justo se dobló con el toro hasta sacarlo a los medios, donde le calzó una muy buena tanda de derechazos. Por la izquierda también tomó el de La Quinta una muy meritora tanda de naturales. Vuelto a la derecha el de Torrejoncillo acortó las distancias y metió al público en su muleta. Un remate muy torero y una estocada muy tendida y trasera enviaron otras dos orejas al esportón del torrejoncillano.

Se lució Talavante en el saludo a Veronés, quinto de la tarde, al que recibió alternando las verónicas con lances con el capote a su espalda. Tras un atropellado tercio de banderillas, el pacense brindó al público antes de pasarse al toro muy cerca en los medios. Gran serie de derechazos que calentó los tendidos mientras Alejandro comenzaba a sentar cátedra con su toreo. Buena tanda de naturales y vuelta a la derecha para cuajar al mejor toro de la tarde. Cierre por bernadinas para poner boca abajo los tendidos que llegaron a pedir el indulto para el astado. Un aviso después, Talavante tiró su estoque al ruedo. Tras una consulta al palco, el pacense volvió a tomar el acero y dejó un estocadón que le valió las dos orejas de un toro que fue distinguido con la vuelta al ruedo en su arrastre.

A los sones sanos de El Redoble recibió Emilio de Justo por verónicas a Torbellino, el Garcigrande que cerraba plaza. Tras un atropellado tercio de banderillas, con una muy fea cogida incluidan al banderillero Álex Benavides, Emilio brindó a Carlos 'El Riti', encargado de la plaza de Cáceres, el de Torrejoncillo tomó la muleta con la derecha y trató de sacar todo el partido posible a su enemigo si conseguir, en un principio, que este transmitiera. Se quedaba corto y echaba la cara arriba el salmentino a cada encuentro con la franela. Por la izquierda, más de lo mismo. Buena disposición del torrejoncillano y mala condición del de Garcigrande. Un cierre por manoletinas muy ajustadas precedió a una estocada entera que le granjeó el último trofeo de la tarde.