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Cuando la sabiduría popular asigna un adjetivo peyorativo a un sustantivo, no suele ser por casualidad. Si a los festejos taurinos con cuatro espadas y ocho animales por matar alguien un día los llamó 'monstruos', fue por algo y a las empresas debería hacerles reflexionar ... al respecto. Por compromisos, favores e intereses económicos, la novillada matinal del domingo en la feria de Olivenza se convirtió en uno de esos espectáculos en los que el cordobés Manuel Román abría cartel, acompañado de la ilusión del campo charro, Marco Pérez, el multipremiado sevillano Javier Zulueta y el portugués Tomás Bustos, alumno de la Escuela Taurina de Badajoz. Todos ellos tendrían que enfrentarse a ocho novillos de la ganadería de Alejandro Talavante, que tan buen recuerdo dejó el año pasado en este mismo coso.
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Rescoldo llevaba por nombre el novillo de Alejandro Talavante que abrió plaza y que correspondió por turno al cordobés Manuel Román. En novillo pero bien presentado, fue recibido por verónicas por Manuel Román y recibió un buen castigo en el caballo. Una vuelta de campana deslució el quite con el capote a la espalda del cordobés y un discreto tercio de banderillas dio paso a un brindis en el callejón. Un trasteo con la muleta precedió a la faena en la que Román aprovechó la nobleza del de Talavante para instrumentar el primer boceto de tanda. Algo fuera de sitio, como corresponde a su condición, Manuel comprobó rápidamente que el pitón izquierdo de su oponente no era tan aprovechable como el derecho. El regreso a la derecha le permitió un par de tandas de derechazos muy aplaudidas por los tendidos. Un remate muy torero sirvió de antesala a un pinchazo y una estocada que el animal escupió y que necesitó varios descabellos para que el animal doblara.
A porta gayola se fue Marco Pérez a por Hozaíno, el segundo de los de Talavante que salió por chiqueros y con el que luego alternó verónicas de pies y de rodillas. Al salmantino le costó llevar al caballo al colorado meano que arremetió con fuerza al peto antes de un insulso tercio de banderillas. Marco brindó a Daniel Luque, presente en un burladero del callejón, como paso previo a una faena que comenzó con unos derechazos muy profundos, bien acogidos por los tendidos. La casta y nobleza del novillo permitió al salmantino dar otra buena serie de derechazos. Por la izquierda el animal no tenía tanto recorrido por lo que, de regreso a la diestra, Marco siguió deleitando a sus incondicionales hasta que el animal le advirtió en un par de ocasiones antes de darle un susto sin consecuencias. Con el novillo rendido, el charro se adornó en su cara entre el regocijo de los tendidos. Un bajonazo estropeó gran parte de lo logrado pero no evitó que la presidencia le concediera la primera oreja de la mañana.
El tercero de la mañana se llamaba Encumbrado y fue recibido por Javier Zulueta por verónicas en el tercio antes de emplearse con fuerza en el caballo. Buen tercio de banderillas a cargo de Curro Robles y Juan Antonio Maguilla. Brindis al público del sevillano e inició de faena muy torera que comenzó a meter al público en su muleta. Mucha pureza en las dos primeras tandas de derechazos y tres naturales de cartel a continuación que dejaron claro que en la plaza había torero para mucho tiempo. De regreso a la derecha consiguió varios olés unánimes en los tendidos. Qué despacio torea Javier Zulueta y qué bien entendió la extraordinaria clase del novillo de Talavante. Un pinchazo enfrió la euforia del público pero una estocada hasta el puño sirvió para que el oliventino doblara, otorgando con su bravura la primera oreja para el esportón del sevillano.
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Con Ponderado y Tomás Bastos llegamos al ecuador del festejo. El portugués se fue a porta gayola y luego saludó a su enemigo por verónicas. El novillo se arrancó a por el picador que guardaba la puerta y allí recibió su castigo. Muy aplaudido el quite con el capote a la espalda rematado con una impecable revolera. El de Vilafranca de Xira asumió el tercio de banderillas en primera persona y dejó tres pares de mucho mérito, el último muy comprometido por los adentros. Brindis de Tomás a Luis Reina y El Cartujano, sus profesores en la Escuela de Badajoz. Profundos los derechazos con los que bastos comenzó su faena a pesar de que el errático comportamiento de su oponente le restara transmisión a sus acciones. Dos tandas duró el de Talavante antes de dimitir de extrañas maneras y acostarse sobre el ruedo. A duras penas consiguió la cuadrilla del portugués levantarlo para que este le administra un pinchazo y una estocada mortal. Ovación para la entrega de Tomás Bastos.
Labrador se llamaba el castaño quinto que correspondía al segundo turno de Manuel Román. El de Talavante recibió un severo castigo en el caballo y fue banderilleado sin brillo por la cuadrilla del cordobés. Con la muleta, Román intentó aprovechar sin éxito las escasas condiciones de su oponente que pasó, una y otra vez, por su muleta con nula transmisión a los tendidos. Conminado por el público a tomar los aceros, el andaluz dejó media estocada en buen sitio que, sin embargo, precisó de tres descabellos para que el novillo rodara. Palmas como reconocimiento a la entrega de Manuel Román.
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También se fue Marco Pérez a porta gayola con el sexto de Talavante, de nombre Cristal, que se llevó después un espléndido puyazo de José María González. Un breve quite por delantales dio paso a un tercio de banderillas más que correcto de la cuadrilla del salmantino. Brindis al público en los medios de la gran esperanza del campo charro y comienzo de la faena al más puro estilo Roca Rey con sus correspondientes pases por la espalda. El novillo no dio facilidades e impidió llevar a los tendidos las ganas que Marco le ponía sobre el ruedo. Aun así, el de San Esteban de la Sierra logró sacar algún que otro muletazo suelto para satisfacción de sus muchos seguidores. Sin novillo, tiró de valor y cobró una buena estocada que mandó al animal a la arena. Otra oreja y puerta grande para el de Salamanca.
Panaderito llevaba por nombre el séptimo de la mañana, un negro mulato bragado que fue saludado con una extraordinaria serie de verónicas por Javier Zulueta. Todo lo que hace el sevillano, lo hace bien y puso al novillo en el caballo con una categoría impropia de un debutante con picadores. El tercio de banderillas fue cambiado por la presidencia con dos pares antes de que el sevillano brindara su segundo novillo a sus compañeros de cartel. La torería de Zulueta encendió los tendidos con sus primeros muletazos culminados con una gran tanda de derechazos. A cámara lenta dibujó el andaluz su segunda tanda, aclamada merecidamente por el público. Con el mismo temple tomó la muleta con la izquierda y ejecutó un puñado de naturales de cartel para disfrute de cuantos se encontraban en la plaza. Más naturales con el público en pie y un cambio de manos antológico. Vuelta a la derecha, ni siquiera la falta de fuerzas de su enemigo le privó de cosechar los olés rotundos del respetable. Dos pinchazos y una estocada no desmerecieron un ápice su actuación, que fue premiada con una oreja.
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Al que cerraba plaza, Alejandro Talavante lo llamó Pajarito y lució una preciosa capa colorada chorreada, muy agradecida por los tendidos. Tomás Bastos fue el encargado de recibirlo a porta gayola frente a toriles. Metió bien la cara en el capote de portugués en el saludo y se empleó con fuerza ante el caballo. Volvió a protagonizar Tomás el tercio de banderillas para dejar tres buenos pares, el último en un alarde de valor. Brindis a Cristina Sánchez y Alexandre Da Silva antes de comenzar una faena en la que se acopló rápidamente con su enemigo por la derecha. Con la zurda dibujó una primera tanda de naturales muy templados, aclamados por el público. De regreso a la derecha, el juego ya no era el mismo. Sin embargo la clase del talavantino aún le permitió cuajar varias tandas más por ambos pitones. Un atropellado remate dio paso a dos pinchazos y una estocada entera que granjearon al portugués el reconocimiento del público y una oreja por parte de la presidencia.
Ficha del festejo
Toros Ocho novillos de la ganadería de Alejandro Talavante bien presentada y noblota. Destacaron el tercero, séptimo y octavo por su extraordinario juego y el cuarto por su extraño comportamiento.
Toreros Manuel Román: Ovación y palmas; Marco Pérez: Oreja y oreja; Javier Zulueta: Oreja y oreja; Tomás Bastos; Ovación y oreja.
Plaza Tercer festejo de la feria de Olivenza con tres cuartos largos de entrada en los tendidos. Mañana fría pero con cielo poco nuboso..
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