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José María Manzanares tras cortar las dos orejas que le abrieron la puerta grande de Olivenza. hoy
Feria Taurina de Olivenza

Manzanares sobresale ante una digna corrida de Núñez del Cuvillo en Olivenza

Morante y Roca Rey cortaron una oreja por coleta en el festejo que cerró una entretenida Feria de Olivenza

Pepe Orantos

Olivenza

Domingo, 6 de marzo 2022, 20:10

Como creyentes a la espera del santo advenimiento, llegaron a la plaza de Olivenza morantistas procedentes de todos los rincones taurinos de España, Portugal y Francia. Esta tarde tiene que ser, repetían con la mirada llena de ilusión y el alma escarmentada de tantas tardes ... de sinsabores. Con el mismo respeto que ganas de quedar por encima del de la Puebla del Río, comparecían también otros dos imanes para las taquillas, el valenciano Josemari Manzanares y el peruano Andrés Roca Rey. Otra tarde de la máxima expectación en la que todos deseaban olvidar, cuanto antes, el fiasco de los zalduendos de el sábado. Los encargados de ello serían seis ejemplares de la ganadería gaditana de Núñez del Cuvillo, que poco juego deberían dar para mejorar el de sus predecesores sabatinos.

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Jarandero se llamó el primero de los de Núñez del Cuvillo que compareció en la tarde del domingo en la plaza abaluartada. Un colorado que pesó en báscula 536 kilos y al que Morante saludó por verónicas en el tercio y al que evitó el trámite del quite artístico. Con la muleta arrancó algún derechazo esperanzador que contrastaba cola falta de fuerzas del toro que perdió las manos en cuanto el sevillano bajó ligeramente la franela. Por la izquierda el tranco del animal era similar, completaba la embestida pero echaba la cara arriba por sistema. Lo intentó Morante sin éxito y acabó con unos abanicos en la cara del de Núñez. Tomó el acero de la Puebla del Río y cobró una estocada entera que bastó para que su oponente doblara.

Gran estocada de Manzanares

Preciosa capa melocotón la que lucía el segundo de la tarde, que en turno correspondía a José María Manzanares. Justito de fuerzas desde el saludo, dobló las manos antes y después de entrar al caballo. Colaboró en el tercio de banderillas y tomó la muleta del alicantino con soltura, participando en cuatro buenos derechazos culminados con un correcto pase de pecho. En una segunda tanda volvió a perder las manos en un par de ocasiones y deslució cualquier intento de Manzanares por hacer faena. Por la izquierda la embestida fue aún más sucia, echando la cara arriba y lanzando continuos gañafones. Insistió Dols Samper por la derecha y el público le agradeció su interés. Una gran estocada, marca de la casa, fue suficiente para que el gaditano rodara por el ruedo oliventino. Una ovación con salida al tercio fue la recompensa para el oliventino.

Elegante, tercero de la tarde, fue recibido por Andrés Roca Rey sin alardes con el capote. Peleó bien en el caballo y recibió un castigo proporcional. No brindó su muerte el peruano e inició la faena de muleta por estatuarios para posteriormente instrumentar una buena tanda de derechazos que lograron llegar a los tendidos. La diferencia de kilos con sus predecesores otorgó a Elegante la movilidad de la que carecían sus hermanos, y Roca Rey lo aprovechó para exprimir el pitón derecho. Por la izquierda el gaditano no quería embestir y el limeño insistió hasta que el animal se lo llevó por delante en una aparatosa voltereta. Arrimón final del peruano que encandiló al público en uno de sus habituales alardes de valor. Una estocada entera y caída, un aviso y dos descabellos dejaron el premio en una ovación.

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Al cuarto, de nombre Rapaz, lo sacó Morante a los medios a la verónica y lo puso al caballo por chicuelinas en los lances de mayor mérito que había dado hasta ese momento en sus cuatro toros de la feria. Prometía el quite, pero poco a poco se fue apagando el de Núñez del Cuvillo y toda la plaza se quedó con las ganas. Al inicio de la faena de muleta también perdió las manos el gaditano y Morante trató de mantenerlo en pie toreando con mucho temple con la franela en la diestra. Al primer extraño, Morante se llevó a su enemigo a los medios para arrancarle algún derechazo que aún le quedaba dentro. Por la izquierda también logró calzarle un buen par de naturales antes de cambiarse la muleta de mano y adornarse en la cara del toro aprovechando la nobleza del animal. Un pinchazo profundo y una estocada entera hicieron que el de la Puebla del Río fuera recompensado con una oreja.

Negro mulato y de nombre Galiano era el quinto de la tarde que correspondió en turno a José María Manzanares y al que el alicantino recibió en los medios por verónicas sin opción de lucimiento. No quiso mucha pelea en el caballo pero colaboró en el tercio de banderillas. Persiguió el animal con ambición la muleta de Manzanares y el alicantino lo aprovechó par dar la mejor tanda de la feria con un antológico pase de pecho. Otra gran serie de derechazos antes de echarse la franela a la izquierda y seguir toreando con mocho arte. De vuelta a la derecha, el de Núñez del Cuvillo seguía embistiendo con clase y profundidad y Manzanares aprovechó para poner la plaza boca abajo. Un nueva tanda de naturales después, el gaditano no se cansaba de embestir y ya con el acero montado en la muleta Dols Samper se adornó en su cara antes de entrar a matar recibiendo y cobrar media estocada, que precisó de un descabello para dar los huesos del toro en el ruedo. Dos orejas y una salida por la puerta grande fueron el premio a la labor del alicantino.

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Sin suerte con la espada

Rosito se llamaba el colorado de Núñez del Cuvillo al que Roca Rey templó en los medios por verónicas antes de que se fuera suelta a por el picador de puerta. Un quite por chicuelinas, combinadas con su clásico toreo con el capote a la espalda encandiló a los tendidos como anticipo a un digno tercio de banderillas a cargo de la cuadrilla del limeño. Brindis al público de Roca Rey y tanda en redondos para iniciar la faena. Se arrimó el peruano para torear con la derecha hasta que lo atropelló y desarmó su enemigo. No transmitía emoción el gaditano en su embestida y Roca se empeñó en porfiar en su cara para arrancar tímidas palmas en los tendidos. Por el pitón izquierdo, más de lo mismo. Mucha insistencia del peruano y poca clase en la embestida del de Núñez del Cuvillo. Tanto insistió Roca que el animal acabó amagando con cantar la gallina camino de su querencia. Pinchó en el primer intento, recibió un aviso, volvió a pinchar en dos ocasiones más antes de la última estocada de la feria que precedió al silencio que cosechó el peruano.

Ficha del festejo

  • Toreros Morante: ovación y oreja ; Manzanares: ovación y dos orejas ; Roca Rey: oreja y silencio

  • Toros Seis ejemplares de Núñez del Cuvillo

  • Plaza Quinto y último festejo de la feria de Olivenza en una tarde fresca y lleno hasta la bandera.

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