![Ferrera con el tercero de la tarde, al que cortó las dos orejas.](https://s2.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/202206/24/media/cortadas/Ferrera-RLhdYdg9k5Yt1ACPm7pijCI-624x385@Hoy.jpg)
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Desprendidos ya de la manga larga con la que contemplamos el fiasco ganadero de la encerrona de Perera, el festivo y la víspera del fin de semana animaron algo más las taquillas, pese a la dura competencia de las playas de Huelva y Portugal. ... Llegaba Ferrera en una racha irregular en la que ha alternado triunfos rotundos como el de Olivenza como tardes intrascendentes en los muchos compromisos que ha acometido a lo largo del primer tramo de la temporada. Mientras, Alejandro Talavante, en el año de su reaparición aún no había cuajado un toro con el que avalar la gran expectación con la que crítica y afición esperaban su regreso a los ruedos. Al final, ni una cosa ni otra. Ni Ferrera consiguió cuajar un toro con rotundidad, ni Talavante salió de su tendencia negativa. Todo por culpa de una nueva zalduendada que, mucho nos temenos, no será la última. Cuenten con que el año que viene volveremos a ver la Z herrada en Olivenza y Badajoz.
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Abrió plaza Rabilargo, un negro ejemplar de Zalduendo que Ferrera recibió en el tercio y sacó a los medios probando con arte su embestida por ambos pitones. Embistió por el pecho al caballo de picar y El de Villafranco lo quitó por chicuelinas muy celeradas por los tendidos. Gran tercio de banderillas de la cuadrilla de Ferrera que acabó con Fernando Sánchez y Juan Luis Moreno desmonterados. Trasteó Ferrera con su enemigo en el inicio de la faena de muleta antes de calzarle la primera tanda de derechazos en los que el de Zalduendo demostró raza y ambición. No tenía intención el animal de ponerle fácil el lucimiento a su matador y echó la cara arriba en cada contacto con la franela, sin embargo Ferrera no se amilanó y porfió con él hasta conseguir el reconocimiento del respetable. Un pinchazo y una estocada en el sitio hicieron que el primero rodara sin puntilla. Ovación con salida al tercio para el de Villafranco.
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Sinrazón se llamaba el toro con el que Talavante regresaba a Badajoz después de su retiro voluntario y tardó en ponerlo al caballo ante la deriva errática que el animal mostraba en el ruedo. Con paciencia, Talavante lo metió en el capote en un breve quite por chicuelinas. Dos buenos pares de banderillas hicieron desmonterarse a Miguelín Murillo. Ante la sospechosa fuga del toro hacia su querencia, Talavante persiguió a su enemigo por todo el redondel y, en cuanto logró pararle, le instrumentó varias tandas de derechazos en los que destiló gran parte del arte que lleva dentro. Por el pitón izquierdo el de Zalduendo siguió manseando pero Talavante aprovechó su nobleza y embestida para dibujar varios naturales de cartel. Otra vez en la derecha, el pacense acortó las distancias e hizo lo que quiso con su oponente, evitando el cante de gallina al que tendía el zalduendo. Un pinchazo, una estocada hasta el puño, tres descabellos y un aviso no impidieron que el de Badajoz recibiera la ovación de su plaza.
Al tercero de la tarde, de nombre Zambullido, lo recibió Ferrera en el tercio por verónicas, lo puso en largo al caballo y lo quitó galleando. A inicio de la faena de muleta, el de Zalduendo decidió hacer estación de pepitencia en el piso y dobló sus cuatro estremidades. No estaba dispiesto Ferrera a dejar pasar otra oportunidad y se fajó con su enemigo por ambos pitones, ante el reconocimiento de los tendidos. Con la muleta en la izquierda, el ibicenco logró sacarle, uno a uno, varios naturales de mérito y, una vez acortadas las distancias, derrochó valor para recibir una atronadora ovación del público. Se vino arriba Ferrera y decidió entrar a matar con una de sus estocadas andarinas. La espada se quedó a la mitad, pero bastó para que el de Aliseda rodara sin remisión y el de Villafranco cortara las dos primeras orejas de la tarde.
Toreros Antonio Ferrera: ovación, dos orejas y ovación. Alejandro Talavante: ovación, palmas y ovación.
Toros Seis toros de la ganadería extremeña de Zalduendo: enrazado el primero, manso el segundo, insulso el tercero, manso el tercero, horrible el cuarto, inservible el quinto y
Plaza Segundo festejo de la feria taurina de San Juan de Badajoz. Media entrada larga en tarde calurosa en la que corrió una ligera brisa.
Saludó Talavante al cuarto sin pena ni gloria y lo puso al caballo para que el picador lo señalara mínimamente. En la muleta nunca pareció que fuera a contribuir con el espectáculo y salió suelto en cada encuentro con la franela. Con la misma falta de raza que el segundo, no embistió con claridad en ningún momento y en los tendidos se escucharon los primeros reproches a la ganadería, propiedad de la misma empresa dueña de la plaza y gestora de la feria. Una estocada entera, que la cuadrilla se apresuró en retirar, sirvió para que el manso de Zalduendo recibiera el pasaporte al desolladero. Pitos para el toro en el arrastre y palmas para la actitud de Talavante.
Larga cambiada de rodillas en el tercio de Ferrera, para recibir al quinto de la tarde, al que acabó por encelar en su capote azul en los medios, ante el regocijo de los tendidos. Banderilleó el de Villafranco acompañado por sus peones Fernando Sánchez y José Chacón, a los que abrazó y obligó a desmonterarse. Genuflexo comenzó también la faena de muleta, antes de irse a los medios para exhibir el calamocheo y la falta de fuerzas de su oponente. Ni por la derecha, ni por la izquierda tuvieron sus males remedio y el público se vio obligado a soportar un nuevo suplicio por obra y gracia de la ganadería de Zalduendo. El toro no colaboró ni para morir y fueron necesarios un pinchazo y un bajonazo para que el terrible espectáculo terminara. Pitos en el arrastre y ovación para Ferrera.
Metió bien la cara en el capote de Talavante el que cerraba plaza aunque muy poco tardó el público en echarle en cara su supuesta falta de condiciones y protestó con fuerza una presunta cojera en una de sus manos. Brindó al público el torero de Badajoz, en la última oportunidad para congraciarse este año con su plaza. Con más casta que sus hermanos, el zalduendo colaboró en los intentos del pacense por hacerlo pasar por su muleta. En un exceso de optimismo, la banda se arrancó con un pasodoble que Talavante mandó parar. Todo lo que pasó a partir de entonces corrió a cargo del torero de Badajoz, que se empeñó en impedir que su marcador acabara a cero al final del mano a mano. Muletazos sueltos y desplantes toreros remataron una faena reconocida por los tendidos. Una tanda de manoletinas rematadas por un pase de pecho precedieron a un amago de estocada, un metisaca, un aviso y una estocada casi entera. Ovación sin más premio para el pacense.
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