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En los buenos trabajos, esos de los que cada vez quedan menos, cuando uno cumple 65 años, recibe un homenaje de sus compañeros, muchos besos y abrazos, un reloj de recuerdo y un montón de «qué envidia me das». Está claro que a Luis Reina ... eso se le quedaba corto y decidió, en connivencia con la empresa que gestiona la plaza de su municipio, que su 65 cumpleaños lo iba a celebrar vestido de goyesco, escoltado por dos figuras del toreo y enfrentándose a una corrida de Juan Pedro Domecq que bien pudiera haberse lidiado en cualquier coso de tronío.
El toro con el que reapareció Luis Reina se llamaba Zarandador, contaba con una preciosa capa colorada y fue recibido por el almendralejense en el tercio por verónicas muy coreadas por los tendidos. Un quite por delantales rematado con una revolera sirvió para dar paso a un tercio de banderillas en el que se lució Fernándo Sánchez al colocar un espléndido par de palitroques. El brindis, como no podía ser de otra forma, fue para el público de Almendralejo; y Reina comenzó asido a las tablas para dar una buena tanda de derechazos a su oponente. Una segunda tanda de derechazos hizo arrancarse a la banda y batir con fuerza las palmas en el graderío. Por la izquierda el de Juan Pedro tenía mucho menos juego y el maestro de maestros se dio cuenta enseguida para retomar la diestra y volver a poner su plaza boca abajo. En cuanto el juanpedro comenzó a calamochear, Reina tomó el acero dispuesto a rematar su faena por manoletinas. Un pinchazo y dos descabellos no impidieron que el cumpleañero recibiera dos sonrojantes orejas que no fueron pedidas ni por un tercio de los tendidos. La escasez de vergüenza torera presidió una dilatada vuelta al ruedo con los trofeos.
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Con el segundo de la tarde, que llevó por nombre 'Trotón', se adornó Talavante en el saludo capotero y lo puso al caballo para que recibiera una pequeña señal. El quite del pacense con el percal a la espalda precedió a un tercio de banderillas en el que destacó Fini. Brindó Talavante a su maestro y comenzó la faena con ayudados por alto a los que dio continuidad con una tanda de derechazos muy ovacionados. La docilidad del domecq permitió que Alejandro se paseara con facilidad ante sus defensas y tomara la franela con la izquierda para aacabar de dominarlo. Tres pinchazos, un metisaca, otro pinchazo y dos descabellos impidieron esta vez una recompensa mayor que unas tímidas palmas.
El tercero, primero de Emilio de Justo, fue recibido por el de Torrejoncillo con una serie de chicuelinas cerrada con una ceñida media verónica muy aplaudida por los tendidos. Tras dos intrascendentes tercios de varas y banderillas, el torrejoncillano también brindó la muerte del toro a Luis Reina. Bajó la muleta para ahormar la embestida de su enemigo y rápidamente cosechó los frutos de su empeño con dos buenas tandas de derechazos muy profundos y templados. Por la izquierda Emilio arrancó a su enemigo los primeros naturales de mérito de la tarde y fue recompensado por ello por el respetable. Acortadas las distancias, el juanpedro no dio más de sí y recibió unos adornos antes de que el aluno de la escuela taurina de Cáceres le asestara una estocada entera, precedida de un simulacro que no dio tiempo a ver por dónde entró y salió. El animal tardó en rodar y el Emilio de Justo echó dos orejas a su esportón.
El cuarto del encierro, un bonito melocotón, se llamó 'Indispuesto' y correspondió por turno a Luis Reina quien lo recibió al capote por verónicas en el tercio hasta llevárselo a los medios en donde se adornó con el remate de su saludo. A pesar de ser mal picado, no deslució el quite por chicuelinas del almendralejense. Volvió a lucirse Fernando Sánchez en banderillas antes de que el maestro de maestros se doblara con su segundo oponente en el tercio y descubriera pronto que ni tenía tanta raza, ni era tan noble como sus hermanos. Los leves síntomas de de falta de casta del juanpedro tornaron enseguida en claros gestos de mansedumbre ante los que poco pudo lucir el cumpleañero. Aun así, los tendidos le reconocieron el esfuerzo le premiaron con sucesivas ovaciones. Un pinchazo y una estocada trasera hicieron que el de Almendralejo no tuviera que utilizar el descabello y fuera recompensado con otras dos orejas por la colaboradora presidencia. Dos vueltas al ruedo, una al son del cumpleaños feliz, acabó por rematar el sainete.
Salió Talavante a por el quinto con la honra herida de ser el único con papeletas para abandonar a pie la plaza de Almendralejo. Recibió el pacense a su enemigo por verónicas y puso al toro en el caballo sin esfuerzo antes de eludir administrarle un quite. El juanpedro recibió solo dos pares de banderillas y Talavante brindó su muerte al público. Nuevos ayudados por alto combinados con pases por la espalda marca de la casa talavantina metieron al respetable en la faena. Enorme tanda en redondo que puso en pie a los tendidos. Varios naturales de cartel configuraron la que hasta ese momento era mejor faena de la tarde. El Talavante más genuino destapó entonces el tarro de las esencias y el juanpedro se entregó al triunfo sin condiciones. Un remate por bernadinas precedió a una gran estocada que acabó con el domecq en el ruedo y dos orejas y rabo en el marcador del pacense.
Al que cerraba plaza, de nombre 'Sainetero', lo recibió Emilio de Justo por verónicas y lo puso al caballo por chicuelinas. El público quería más y el de Torrejoncillo le regaló en el quite otra serie de capotazos basados en el lance que inventó Chicuelo. Un laborioso tercio de banderillas dio paso una serie de brindis que precedieron a un inicio de faena en la que el torrejoncillano se fajó con su enemigo hasta arrancarle algunos muletazos de mérito. La poca fijeza y el tranco desigual del astado limitaron el lucimiento del cacereño que, pese a todo, no perdió nunca la cara a su oponente. Sabedor de que poco más podía hacer, Emilio cambió la ayuda por el acero y se adornó ate las defensas de su enemigo hasta cobrar una magnífica estocada entera que le supuso dos nuevas orejas.
Toros Seis ejemplares de la ganadería sevillana de Juan Pedro Domecq. Nobles, enrazados pero bobalicones ante la muleta los tres primeros; manso el cuarto; entregado y noble el quinto (recibió una vuelta al ruedo) y distraído y sosote el sexto.
Toreros Luis Reina: dos orejas y dos orejas; Alejandro Talavante: palmas y dos orejas y rabo; Emilio de Justo: dos orejas y dos orejas.
Plaza Corrida goyesca organizada con motivo del 180 aniversario de la plaza de toros de Almendralejo en tarde nublada, en la que sopló un molesto viento y en la que se rozó el lleno en los tendidos.
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