Los amores de Carlos V en una novela de Serradilla

Un servidor no cree en la predestinación, pero a veces parece que los hados configuran el destino de algunas personas. Serradilla nació en un lugar del penúltimo paraíso europeo, en la comarca extremeña de La Vera y quizás por ello tuvo la inclinación de estudiar, analizar, amar aquella época y lo prueba la ingente labor de investigación –e imaginación– que ha desarrollado sobre tan insigne persona, su entorno, su familia y todas sus circunstancias. Antes de este libro ha escrito 'La mesa del emperador', 'La última confesión de Carlos V', 'Las mujeres en la vida de Carlos V', 'El primer amor de Carlos V', 'Memorias de Bárbara Bloomberg, la última amante de Carlos V', por citar algunos, pues son más de diez libros los que llevan su firma en torno al emperador.

'Luna de miel en Granada' es una novela y Serradilla se adentra en los sentimientos a través de su fértil pluma, basándose en lo acaecido e imaginando cómo eran las personas bajo el papel histórico y trascendente que les tocó protagonizar. La trama argumental es, sobre todo, los amores entre Carlos V y su esposa, no obstante, para los estudiosos de la época, este libro será un fresco excelente para pormenorizar sobre costumbres. Y, por supuesto, escrita con fidelidad a la historia merced a los documentos consultados por el autor.

Además de una guía estrictamente histórica, es como una extensa y completa muestra de periodismo social de la alta sociedad, con predominio del tema amoroso. El autor se recrea en los sentimientos y pasiones de Carlos V y su esposa, Isabel, sin excluir lo estrictamente sexual, de manera comedida.

Serradilla relata, asimismo, las confesiones del emperador de sus aventuras extraconyugales, y cómo su esposa le perdona y comprende. Mas el libro evidencia el amor por la naturaleza que tiene su autor y describe: «Las brumas del Guadiana se fueron diluyendo a medida que la comitiva se acercaba a la raya fronteriza del río Caya que separa a España y Portugal aquel día 7 de enero de 1526; una fecha en la que el séquito español dispuesto por Carlos I de España y V de Alemania, el emperador, hijo de Juana y Felipe I, ambos reyes de Castilla, llegaba para recibir a Isabel de Avis y Trastámara, de 22 años de edad, segunda de los siete vástagos de Manuel I de Portugal y de María, hija de los Reyes Católicos, prima hermana, por tanto, del emperador, que a la sazón contaba con 26 años».

Adentrarse en un personaje histórico, en el que se mezclan la leyenda y el rigor de los hechos encontrados en códices y documentos de aquella etapa, es una tarea difícil, ardua y complicada. Puede caerse en la mitificación o en la inventiva; en la fabulación no verificada o en la recreación de una época y unos hechos ya lejanos en el tiempo, por mucho que interesen por ser parte de nuestro pasado, y que, por lo tanto, ahora, nos resulten ya ajenos habida la distanciación temporal e imaginativa. Hablando claro, hoy en día estamos inmersos en otros asuntos para que volvamos a los años del emperador Carlos V y de su boda con Isabel de Portugal. Y, sin embargo, hay que reconocer de inmediato que José Vicente Serradilla Muñoz nos envuelve con su prosa para que nos interesemos, más bien apasionemos, por aquellos individuos de leyenda que constituyeron parte esencial de nuestra complicada historia patria.