Feliciano Correa
Sábado, 28 de septiembre 2024, 12:55
Este año, celebramos el nacimiento del poeta Luis Álvarez Lencero. Con tal motivo, la diligente directora del Centro de Estudios Extremeños, Sara Espina, sabedora de ... la cercana relación que tuve con el personaje, me solicitó algunos papeles que me legó el vate. Con ellos y otras aportaciones compuso una exposición excelente que titularon 'La forja de la palabra', en certera resonancia con aquella habilidad de Lencero para cincelar su aspiración lírica golpeando el martillo sobre el yunque. Entre los legajos en los que hurgué encontré en 'Alor. Hojas de poesía', de mayo de 1951, un bello poema firmado por Eloy Soriano Díaz. Este hallazgo se sumaba al acontecimiento literario que supuso la presentación de la obra 'Eloy Soriano Díaz. El cura de Almendral', firmada por su sobrino Eduardo Soriano Navarro, presentada en Badajoz en la Real Sociedad Económica el día 20 de abril de 2023.
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El sello editorial es de la Fundación CB, una entidad que merece el nobel cultural, pues hoy no existe en nuestra tierra una institución tan diligente y estimuladora del saber. Con indudable tino ha titulado esta colección como 'Personajes singulares', para dar cabida a gentes que no ocuparon titulares pero que su labor merecen un sitio en la memoria colectiva de los extremeños.
Eduardo, el autor de 'El cura de Almendral' ha ejercido como secretario de la Administración de Justicia, donde se le recuerda por su competencia profesional y por su exquisito trato. La biografía que nos ofrece es una de las más voluminosas de la colección. Escribir un libro siempre es un reto callado para el autor; de modo que el escritor sabe que los libros se editan sin ser acabados; es decir, que cuesta cerrarlos y, al verlos en las librerías somos conscientes de lo mucho que se ha quedado por escribir. Así que, armados de valor, hay que darlos por concluidos. Del libro de Eduardo, sin embargo, puedo afirmar que es una 'opera omnia', esto es, un trabajo muy completo, pues a lo largo de su vida ha ido recogiendo papeles sueltos, publicaciones y todo lo que tuviera relación con don Eloy. Ello nos revela el mundo que vivió su tío, mostrándonos aquellos años atarazados por las guerras. El cura de Almendral vivía con el fonendoscopio puesto en el pecho de la actualidad, comprobando la arritmia del mundo europeo que generó el periodo de entreguerras. Todo ello está en la obra, con extensos e ilustrados comentarios, gracias a la cultura de Eduardo Soriano.
En mi trasteo por sus páginas confieso que me interesa tanto el sacerdote biografiado como el mismo autor de este libro, por la parte que él mismo redacta. Pues gracias a su formación humanista y jurídica nos describe el tiempo difícil en el que habitó el sacerdote; algo que tanto agradecemos los que navegamos en el mundo histórico. Todos los apartados que se enumeran en 'Campos de historia y política', vendría estupendamente a los universitarios de historia contemporánea. Pues en esos 'campos' no hay precipitación alguna, sino reflexión sosegada de la época. Y esto es así porque los textos aportados por Eduardo rezuman serenidad literaria y aplomo al emitir juicios de valor. Así lo hace al referirse al reciente cambio de dirección que se le ha propinado a la política española para infravalorar el consenso del 78. Ello ha inoculado preocupación en la sociedad civil y política de España. En estos registros también se para Eduardo.
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De modo que el resultado es una antología comentada logrando encastrar todo cuidadosamente en el volumen. Confiesa el autor la gratitud que debe «a sus padres que le educaron para el trabajo y el esfuerzo». Pues ese poso erudito de Eduardo Soriano no se adquiere de inmediato, sino que es consecuencia de la constancia y del ambiente familiar. Su padre Antonio Soriano Díaz ejerció cuarenta años como periodista en HOY, desde 1933. redactor-jefe y, a veces, como director. Su hermano Manolo Soriano lleva cuatro décadas en el periodismo. Reconocido estudioso de la Transición Política intervino en la fundación de Diario 16, Tiempo, El Independiente, y fue director general de Telemadrid.
El cura contagió la importancia del saber, del conocimiento, sobre todo a Eduardo, de modo que podríamos decir que ejerció como abuelo de sus sobrinos. En la página 656 de la obra aparece un titular: 'Mujeres', pero ahí no se recoge el poema 'Una mujer de ahora' que hallé en mis estantes sobre Lencero. Hoy puede consultarse en el Centro de Estudios Extremeños. Nadie como Eduardo podría haber redactado tan certeramente esta semblanza.
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