Comprender mejor la familia desde el dibujo

La que nos presenta ahora corresponde a su otra vertiente, la pedagógica, el estudio de la expresión plástica en la que se ha involucrado durante los últimos 47 años: 'El dibujo de la familia. Radiografía de las emociones en el seno familiar'. Trabajo perfectamente estructurado en sus apartados, que discurre con la fluidez y transparencia que todo buen enseñante sabe darle a su comunicación para hacer comprensible y ameno lo que en su abordaje puede ser abrupto y complicado.

De sus siete apartados, el primero es una 'Presentación' general y de las motivaciones que le llevaron a realizarla. El segundo se extiende sobre 'La evolución del dibujo infantil', explicando cada una de las etapas del desarrollo de la personalidad: garabateo (de 1 a 3 años), inicio de la figuración (de 4 a 6), esquematismo (de 7 a 9), comienzo del realismo (de 11 a 12) y realismo visual (de 12 a 14 años).

El tercer apartado es una amplia reflexión sobre los 'Sentimientos y emociones en el dibujo de la familia'. Evoca especialmente la figura del pedagogo Jean Piaget, al que califica de «el pilar más sólido de la pedagogía genética o evolutiva» (pág. 67), deteniéndose en las múltiples modalidades de emociones positivas y negativas.

En el cuarto, 'Metodología de investigación', nos explica la manera en que ha abordado esta tarea, centrada en los dibujos sobre el entorno familiar, propuesto al alumnado en sus colegios «como una tarea más a llevar a cabo» (pág. 94), de manera espontánea. Aún hay otro apartado explicativo, genérico, el quinto, donde trata del 'Esquema de análisis del dibujo de la familia', referido a aspectos generales (sexo y edad, personajes representados y su jerarquización, ausencias significativas, colores utilizados); estudio de rostros y cuerpos; elementos espaciales, y lo más complejo: análisis de expresiones de emociones y conflictos.

Los apartados seis y siete son los más sustanciosos del libro. El seis aborda 'El dibujo de la familia en sus modalidades', con dieciséis subapartados (alegría, autoestima, hermanos, abuelos, otras representaciones de personas y animales; modalidades familiares, roles personales en las mismas, etc.). Es el capítulo más extenso: 101 páginas y 72 dibujos (de los 152 del total), diferenciados por edades, sexo y casuística, a los que analiza uno a uno con detalles y reflexiones de sumo interés. «Por medio de este tema –nos dice el autor–, no solo se conocía cómo niños y adolescentes representaban la figura humana, el espacio y el color, sino que a través de la propuesta 'Dibuja a una familia' llegaba a conocer la interpretación gráfica que hacían de sus propias familias/…/ que es la que finalmente plasman» (pág. 117).

El séptimo apartado es el más delicado: 'El dibujo de la familia en sus problemas y conflictos', donde se explican y abordan, con amplias referencias bibliográficas, temas como los celos en la familia, la muerte de familiares cercanos, la ruptura familiar, la custodia compartida, la enfermedad (coronavirus incluido)… Con delicadeza y confidencialidad (presente en todo el libro) Aureliano Sáinz va presentándonos dibujos muy significativos y explícitos de esta compleja problemática que, de tenerla en cuenta, tanto ayuda a familia y educadores para tratar las dificultades de comportamiento y rendimiento escolar de los pequeños.

Cierra el libro la bibliografía que le ha servido de apoyatura al autor para las reflexiones generales e incluso específicas de su estudio, herramienta utilísima a disposición de padres, familiares y educadores para una mejor comprensión de los sentimientos y actitudes infantiles.