Los cuentos de Benito Acosta

–De julio a diciembre (Málaga, 'Camino de la desviación', 2023). «Este es un libro para Uma. Cuando en julio de 2022 su abuelo Xavier y su tío bisabuelo Benito Acosta supieron que Adriana, la madre de Uma, estaba embarazada, se llenaron de alegría y determinaron hacer un regalo especial para la niña: Xabier Aballí (Barcelona, 1958), como creador gráfico ofrece en este libro lo que ha ido desarrollando de su arte y Benito Acosta (Zalamea de la Serena, 1937) como aficionado a las palabras, sus apuntes poéticos y algunas musiquillas par la Navidad», explica la presentación.

–'Oráculos para los días inciertos' (Almería, Círculo Rojo, 2023) es obra publicada por primera vez en dos tomos con el nº 7 y 8 de la colección poética Kylix, que fundase y dirigía con encomiable enacidad Juan Robles Fabré (Badajoz, 1992). Se recogen ahora en un solo volumen, más sucinto preámbulo, los cuatro libros de la entrega: 'Las formas de la ausencia', 'Contra toda esperanza', 'Tiempo de nacer' y 'Versos para la Pascua'.

–'Doce cuentos de doce líneas' (Málaga, autoedición, 2022), entrega de la que aquí quiero ocuparme. Como en otras ocasiones, el escritor extremeño la ilustra con hermosos dibujos de su sobrino catalán X. Aballí, formado en la Facultad de Bellas Artes de Barcelona, profesor y editor.

Recoge una docena de composiciones lacónicas y de muy distinta temática, que concluyen con finales sorprendentes, no sin deslizar como al desgaire algún mensaje axiológico, aunque no se pretendan moralinas o consejas explícitas. Todas exhiben una prosa impecable, repleta de recursos literarios, propios del poeta que en cualquiera de sus manifestaciones derrocha este enamorado del culto a la palabra.

Hay cuentos de inspiración clásica, recreaciones de leyendas conocidas, como 'El tesoro', que abre el conjunto. Un pobre labriego enseña a sus hijos dónde localizar riquezas ocultas, haciéndoles cavar el campo a la búsqueda de supuestos caudales.

En 'La canción de cuna', tal vez el más lírico, la joven princesa amansa los ejércitos enfrentados seduciéndolos con su laúd de plata. Podría figurar como la antítesis de 'El elixir del sacamuelas', que rezuma humor pícaro, o 'El cántaro roto', también de ecos tradicionales.

Como su admirado León Felipe, Benito Acosta sabe que el llanto del hombre lo taponan con cuentos/que los huesos del hombre los entierran con cuentos, aunque no le guste el funeral.

Quizás como sello de autoría, la saga concluye con 'A propósito de Jesús', paráfrasis con aires pícaros del pasaje evangélico donde se narra cómo Cristo va curando a los tullidos que se sumergen en aguas devenidas terapéuticas merced al genio de la fuente.

En pequeño jacinto yace gran resplandor /en azúcar muy poco yace mucho dulzor, elogiaba el Arcipreste. Podrían dedicarse sus versos a la obra reseñada, antítesis de los voluminosos ensayos suscritos por el autor.