Urgente Uno de los menores imputados por la muerte de su cuidadora, implicado en una agresión en el Marcelo Nessi
‘Discret’, de Joao Pedro Vale y Nuno Alexandre.

Elvas, patrimonio, arte contemporáneo y territorio

Una treintena de exposiciones conforman la primera edición de FARRA, un festival promovido por el MACE

Martín Carrasco

ELVAS.

Sábado, 13 de julio 2024, 08:54

No con cierta dificultad el arte contemporáneo se abre paso en la llamada «periferia», precisamente por su lejanía de los centros de decisión y debate. ... Me parece loable, en este sentido, la apuesta decidida de Elvas por el arte que nos ha tocado vivir. Habla además a su favor el que no se haya «acomodado» como ciudad Patrimonio de la Humanidad, convirtiéndose en un referente del arte actual no solo en Portugal.

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FARRA. Ello es posible gracias a propuestas eficaces, donde a la voluntad política hay que sumar el buen criterio, véase FARRA/Festival de Arte en Red Región del Alentejo, que en esta su primera edición reúne un completo programa de performances, mesas redondas, visitas guiadas, talleres de arte, conversaciones con artistas y una treintena de exposiciones – ¡ahí es nada!–, a partir de las colecciones de arte contemporáneo más importantes de Portugal, como Fundação PLMJ, Casa São Roque/Colección Peter Meeker, Carmona e Costa, Figueiredo Ribeiro-Abrantes, João Luís Traça, José Carlos Santana Pinto, Maria e Armando Cabral, Marin Gaspar… La distancia ‘mental’ de este modo se acorta, y la periferia entonces deja de ser periferia.

Laguna Estigia. Mi primera parada es en el MACE-Colección Cachola, para disfrutar de la muestra Jarra Humana, comisariada por Francisca Portugal y Sandra Vieira, con una selección de obras en torno a la «singularidad humana» de la Coleção de Arte Contemporãnea do Estado (CACE) de, entre otros artistas, Blaufuks, ngela Ferreira, Xana, Sara Graça, Carla Filipe, Luísa Cunha, Inês Zenha, Pedro Huet… Cerca de aquí, en la Cisterna, disfruto de la instalación Um lugar chamado sob, de Isabel Cordovil, perteneciente a la Colección António Cachola, que recrea maravillosamente el imaginario del mito de Caronte, el barquero de Hades y, más arriba, el Paiol es transformado por Sandra Baía en un ‘objeto extraño’. Justo al lado, la Escola Superior Agrária-Quartel do Trem se viste de fiesta con una selección de obras de la Colección Millenium BCP: Sonia Delaunay, Artur Rosa, Júlio Pomar, Sofia Areal, Alfredo Volpi, Francis Smith, José Malhoa…

Chillida, Broto, Lucio Muñoz… Desde aquí, y en un coche con publicidad de FARRA (nótese la implicación ciudadana), me desplazo al Forte de Santa Luzia para visitar la Colección Leal Ríos: Helena Almeida, Croft, Becky Beasley, Edgar Martins, John Wood & Paul Harrison… De igual modo voy al Forte da Graça, donde me topo en la entrada con la instalación Enséñame la isla (1999), del artista cubano KCHO, que asemeja una balanza de cuyos extremos pende una barca de madera y un saco de boxeo, en clara alusión al esfuerzo en la huida de tantos migrantes. Forma parte de la muestra Manuscrito encontrado numa garrafa, comisariada por Helena Mendes, con piezas de la Colección Norlinda y José Lima. El ‘miedo’ se apodera de estos espacios laberínticos asaltados por unos ‘fantasmas’ de Yonamine, que son vigilados muy de cerca por O Trono do Mineral (2014), de Mabunda, y continúa en las portentosas piezas de Antón Lamazares, Lucio Muñoz y Manolo Rivera. Mención aparte el Anti héroe (1994) –rotundo– de Víctor Mira, y terrorífica la clasificación de mandíbulas y dentaduras de escayola de Carmen Calvo. En el deambular vamos descubriendo otros importantes artistas, como Chillida, Eva Lootz, Plensa, Isabel Muñoz, Sarmento, Chafes, Santiago Ydáñez, García-Alix, Clavé, Broto… Y cuando menos te lo esperas, Enrique Marty nos asusta con la escultura ‘Tío Balta’ (2003), al aproximarnos nos percatamos de un ridículo Georges Bush sentado en una silla en cuyo respaldo aparece dibujada la figura de un pitufo. Por otro lado, en lo que fuera capilla del Forte da Graça me reencuentro con un video de Bárbara Fonte (muy bien representada en la Bienal de Coimbra), realizado durante su estancia en la residencia de artistas Córtex Frontal, en Arraiolos, y ya por último, desde lo alto, diviso la instalación –un guiño feminista– Flores de mi deseo (1996-2010), de Joana Vasconcelos, perteneciente a la Colección MAAT-Fundação EDP.

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Casa Particular. Y vuelta al centro, en los entornos de la Plaza de la República, donde me sorprendo con el montaje en una Casa Particular (Largo das Portas do Sol, 2ª) realizado por los propios coleccionistas –A. Antunes y A. Alberto–, verdaderamente soberbio, en ese contexto hostil funcionan obras espectaculares de Danh Vo, Miroslav Balka, Laurence Weiner, Slater Bradley, Thomas Hirschhom... Y muy cerca, en la Casa da História Judaica, la instalación de Fernanda Fragateiro de evocadores Jardines portátiles. Un jardín para Agnes Martin (2001), de la Colección. del Meiac.

Sin límites. Finalizo con la exposición ‘Calendario Perpetuo’, en el Museu de Arqueologia e Etnografia ‘António Tomás Pires’, un total de 366 dibujos de Cabrita Reis acompañados de aforismos del crítico João Pinharanda: «Los límites de lo que puedes ver depende de los límites de lo que sabes ver». Una frase –en este contexto de arte contemporáneo– muy reveladora. ¡Nos vamos de FARRA!

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