En 'Lisboa frágil' caben todas las «Lisboas». PAVÃO

La eterna Lisboa de Pavão

«Mi trabajo de fotógrafo es fruto de la curiosidad y la atención que presto a la ciudad donde vivo», asegura el fotógrafo

Martín Carrasco

BADAJOZ.

Sábado, 2 de noviembre 2024, 19:49

La ciudad y su fotógrafo... París sublimada por Kertész, y una Lisboa que se hace intemporal en la fotografía de Luis Pavão. Es su ciudad amada, sentida al detalle, como queda reflejada en 'Pela fresca sombra', una bellísima serie de fotografías de árboles de Lisboa: «Mi trabajo de fotógrafo es fruto de la curiosidad y la atención que presto a la ciudad donde vivo. Siento que la ciudad me llama constantemente, escucho sus súplicas y respondo con mi cámara». Todo un compromiso.

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Memoria resguardada. Es una Lisboa atenazada por la gentrificación y el turismo de masas, que apenas existe tal como era. Aquella Lisboa ha desaparecido, perdiendo su identidad cultural. De ella, al menos, nos queda esta memoria resguardada y perenne que es Lisboa frágil, una espléndida muestra comisariada por Laura Covarsí que pueden disfrutar en el Meiac. «La mirada de Luis Pavão –defiende Covarsí– ha sido siempre la mirada de un niño, curiosa e inocente. Se ha adentrado en la ciudad jugando con los límites, explorando diferentes ámbitos y retratando a sus protagonistas en tabernas, ruas, teatros, locales de variedades, de fado; fotografiando sin distancias, ni físicas ni mentales, sin juicios, al fin y al cabo. Esta exploración, aparentemente ingenua y lúdica, ha devenido en método».

Cotidianidad. De tal modo que Luis Pavão (Lisboa, 1954) se comporta como un 'flâneur', entroncando con el Nuevo Documentalismo que devino en una fotografía de rostro humano, de atenta mirada en torno a la 'sorpresa' de lo cotidiano, en la estela de grandes de la fotografía, como Diane Arbus, Garry Winogrand y Robert Frank. En este sentido, Luis Pavão nos devuelve el rico imaginario lisboeta, de botellas en hilera, en tabernas decoradas con carteles de toros y de fútbol, con el retrato de los fundadores («metafotografía»), el reloj y la caja registradora -modelos standards-, los peces fritos y el vaso de vino, el dominó, la «feijoada», el «sumol» (todo un icono), los repartidores de periódicos, las vendedoras de peixes... O los bailes y «colectividades» de grupos de emigrantes portugueses en Lisboa, en escenas con un punto de «cinema paradiso».

Tipos. Sorprende como la pátina del tiempo ha logrado transformar estas imágenes gracias a ciertas adherencias que las mitifican, así lo que en su día fueron ciudadanos ahora son «tipos», figuras representativas de un modo de vida, como la instantánea del 'Guarda-nocturno, Rua do Ouro' (1983), 'Coliseu dos Recreios, Rua das Portas de Santo Antão' (1986) o 'Salvador Dalí na Calçada da Glória' (1983). No falta la Lisboa de orondas cantantes de fado, como 'la Milú', o la más 'canalla' y exhibicionista que descubrimos en 'Bastidores do Show Super Diferentíssimo no Acapulco' (1983).

Condición humana. Por otro lado, la serie 'Lisboa à noite' (1983) tiene algo de «filme noir», muy cinematográfica, de lugares emblemáticos, cabarets, bares de noche, rotativas a toda máquina... Pavão, además, consigue trasladarnos la carga humana que se desprende en los interiores de cafeterías, esas atmósferas con destellos de A. Petersen y su 'Café Lehmitz'; en su caso una portentosa fotografía –para mí icónica– de una mujer de perfil, adormentada, apoyada en una mesa... No siempre tiene que haber acción, la inacción también nos habla, así el comensal pensativo de 'Rua Cozinha Económica, Alcântara' (1979), como sugiere Laura Covarsí: «Contemplamos gente ensimismada, pero también escuchamos los ecos de lo que sucede, el olor que se respira. Una fotografía que nos permite ir más allá de lo que vemos en la superficie».

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Poética geométrica. Por último, Pavão también registró los límites confusos de una Lisboa al mismo tiempo urbana y rural en 'Lisboa tal como a vimos (1985), o envuelve la interesante serie O jogo da Laranjinha' (1986) en una poética de formas geométricas, redondeadas, también gestuales. Su capacidad para la «fotografía de arquitecturas» queda delineada en la serie Véspera do terceiro milenio (2000), después de la 'Expo 1998', donde asoman edificios en transformación, personas sin rumbo, turistas, nuevos espacios en construcción, metro, zonas residenciales, zona Expo. Lisboa. Un aviso de lo que vendría después.

Sin respuesta. En el ejercicio de la fotografía Pavão, no sin cierta nostalgia, continua interpelándose sobre el hecho fotográfico: «Me pregunto: ¿qué es lo que me atrae de estas imágenes? ¿Cuál es la causa de esta relación tan fuerte, casi visceral, que me lleva a interesarme, a mirar de nuevo, a redescubrir antiguas imágenes y posibles conexiones entre ellas? Y aquí estoy, muchos años después, ante el mismo doble dilema de siempre: ¿qué es lo que prevalece en estas imágenes, mi mirada, mi forma de ver o la realidad que se desarrolla frente a mí? (…) Esta dualidad de la fotografía me ha acompañado siempre y continúa cuestionándome. Siempre sin solución».

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Lisboa frágil

Artista: Luis Pavão. Comisaría: Laura Covarsí. Lugar: Meiac. Badajoz, Calle del Museo, s/n. Badajoz. Fecha: Hasta el 16 de febrero.

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