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J. Ernesto Ayala-dip
Viernes, 12 de abril 2024, 23:21
Cuando llega una nueva novela de Pierre Lemaitre, Premio Goncourt, sabemos que entraremos en un mundo desconocido. Nos pasa con ese detective bajito, protagonista de ... la serie Camille Verhoeven. O cuando nos llega la trilogía sobre la Francia del siglo XX. O cuando leemos uno de los mejores libros sobre la historia de la novela policiaca universal. Luego vino 'El ancho mundo', una novela en la estela de Víctor Hugo o Alejandro Dumas con el arte cuasi épico de las historias de largo aliento, exótica y contemporánea, aunque suceda durante los años cuarenta. Si se ha leído la trilogía de entreguerras, titulada 'Los hijos del desastre' ('Nos vemos allá arriba', 'Los colores del incendio', 'El espejo de nuestras penas'), se podrá disfrutar de una nueva forma de los relatos de largo aliento. Todo es imaginación pero con ese arte de convertir la ficción en una realidad casi carnal. Sublime, que exclamaría Horacio. Pues ahora tenemos de nuevo a Lemaitre con 'El silencio y la cólera'. Una novela de casi 600 páginas que se lee de un tirón. Esto pocos lo pueden lograr. Y más si encima nos regalan un relato que ya hubiera querido idear Balzac, aunque no sé por qué no me imagino a Lemaitre sin el autor de 'La comedia humana' de por medio. Si yo tuviera que elegir una novela suya para que le sirviera al lector para entrar en esta nueva, esa sería 'Los colores del incendio', uno de los frescos narrativos más redondos que se escribieron sobre la Francia de entreguerras. Todas sus miserias humanas, hasta la entrada de los nazis en París, y sobre todo, su incalculable estela de corrupción repartida por todo el territorio, el ocupado y el que dominó con mano de hierro el tristemente célebre mariscal Pétain.
Pierre Lemaitre
Traducción.: José Antonio Soriano Marco.
Editorial: Salamandra,
576 páginas.
Precio: 22,80 euros
En 'El silencio y la cólera' asistimos a una situación parecida, desde el punto de vista social y familiar. Hélène es una periodista que asiste a la desaparición de un pueblo por la construcción de un pantano devastador. Y es hija de un hombre de provecho, empresario, que en los años 50 ve desde Beirut, donde vive con su mujer, los progresos y retrocesos de su familia. Francia y sus clases acomodadas han corrido un tupido velo sobre el colaboracionismo, y ahora ya están prestas para volver a sus andadas. Fue un placer leer esta novela y enterarme de algunas cosas que ignoraba de Francia, por ejemplo, su tratamiento represor sobre el aborto, a la vez que muchos se enriquecieron con esta práctica clandestina. Y además en esta novela hay otra, la de un crimen que nunca se pudo resolver. Pero al criminal lo tenemos escondido entre el resto de los otros personajes. ¿Un asesino en serie?
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