E. G. F.
Viernes, 10 de mayo 2024, 22:59
El más mestizo de nuestros poetas extremeños contemporáneos ofrece en este último libro una variada gama de impresiones, suscitadas en entornos geográficos distintos, que comparte ... generosamente con nosotros. Al ubicarlas en lugares afectos al corazón de viajeros impenitentes, de los que reposan y se empapan de lo que contemplan y no se limitan al posado de cara a las redes sociales, es fácil subsumirse en los entornos que sirven de pórtico (Lisboa, Nueva York y –aquí ya menos– diversos lugares colombianos), pero ya no tanto en la honda sentimentalidad –excesivamente particular en muchos casos– que es la que, en realidad, da origen al poema. Sea como fuere, la llamada evocadora de Lisboa, acertadamente connotada con el ensoñador «caminada» que la adjetiva, supone una tentación irresistible para el lector y el caminante que inmediatamente relaciona el concepto de poesía con la ciudad, acaso mundial, que más insoslayablemente la transmite y atesora.
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