Secciones
Servicios
Destacamos
FELICIANO CORREA
Sábado, 20 de enero 2024, 15:46
No pocos recordarán aquellos enfrentamientos radiofónicos entre el presidente de la Junta de Extremadura, entonces Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y el duque de Alba, Jesús ... Aguirre. Los convocaba Luis del Olmo en su programa 'Protagonistas'. La inquietud social del aquel gobierno le llevó a estudiar la manera de liberal al pueblo de Zahínos de una larga presión latifundista sobre los campesinos. De modo que, siguiendo este propósito, en mayo de 2002 se hace efectivo el acuerdo de compraventa de las Cabras a la Casa de Alba. Luego la Junta vende a la comunidad de colonos esas propiedades por un valor de 3.375.664 euros. Se pactan amortizaciones a largo plazo. La última cumple el año 2064. Unidas ya las dos fincas, se explotarán en comunidad entre los colonos con el nombre de «Sociedad Civil de las Cabras».
Valgan estas breves anotaciones para dar fe de un larguísimo y sufrido proceso que protagonizaron esos labriegos sin tierras. Y que, gracias al apoyo público y a su perseverancia, verán resarcirse sus muchos esfuerzos como propietarios en comunidad. Un modelo futuro autogestionando su propio campo. Se librarán así del caciqueo de un dueño lejano que jamás se asomó por Las Cabras. Esta es la historia de un entrañable pueblo situado en las estadísticas nacionales entre los más pobres de España. 'La comunidad agraria de las Cabras Alta y Baja' titula su obra Francisco Bobadilla Guzmán, cronista oficial de la villa. El relato es, como el propio autor señala en el subtítulo «un sueño comunal hecho realidad tras muchos años de lucha».
Tanto el aporte jurídico del proceso de adquisición de esas fincas, como los trámites administrativos y de gestión política, son descritos minuciosamente por Bobadilla. Sin duda los comuneros ven reflejadas en estas páginas la puntería investigadora del escritor y la memoria de labriegos, padres, hijos y nietos, en inciertos jornales. Es el tortuoso camino hará bueno el eslogan de que «la tierra es para el que la trabaja».
En el prólogo del profesor Luis Gallego, conocedor del asunto pues sus ancestros fueron peones que muchas veces realizaron trabajo sin remunerar, cuenta el sometimiento secular, y que ser comunero llegó a ser la diferencia entre pasar hambre o no.
Si lo anterior es el argumento de una historia difícil, que por fortuna y el trabajo editado no caerá en el olvido, no puedo desatender, por justicia, al autor. Bien saben los que escriben historia cuánto cuesta buscar datos, precisar nombres, no equivocar las fechas y acertar en los juicios de valor. Todo ello con precisión lo ha llevado a cabo Paco Bobadilla. Ese es parte del callado papel de los cronistas oficiales. Sí, los cronistas, un colectivo tan valioso en personas como en logros. Con motivo de los actos conmemorativos de 1992, propuse a los organizadores que se encargara a cada cronista oficial una historia del sitio en el que ejercen. Hubiera supuesto una aportación espléndida, porque nadie como ellos conoce esa intrahistoria que tanto gustó al hondo ensayista y admirado escritor Miguel de Unamuno.
No puedo alargar más la referencia sobre la referencia adversa en una de nuestras rinconeras. Todavía algunos escritores, como el reciente Premio Nadal, César Pérez Gellida, hallan tema para sus novelas en la miseria que antaño vivimos. Las Hurdes, Puerto Hurraco, son carne apetecible para enfangarse en las viejas desgracias. No miran a su Castilla, que también las tuvo, sino a la fama sucia engordada en las páginas de sucesos. Pero es de justicia dedicar tiempo a relatar la redención y el cambio. No todo es lamento. Paco Bobadilla, tan amante de la vida de los suyos como defensor de los valores humanos en todo momento, ha contado la esperanza de un pueblo; el ayer y el presente. Y ello bien merece este modesto reconocimiento a su tarea.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.