Nieve en la memoria

El texto es una reflexión indirecta y sensorial, poética e inquietante, sobre la memoria y la fragilidad del individuo frente a la historia

Pablo Martínez Zarracina

Viernes, 10 de enero 2025, 23:18

Iluminadas por el foco que siempre propicia el premio Nobel, dos novelas de Han Kang intensamente relacionadas coinciden en las mesas de novedades. Se trata ... de 'Imposible decir adiós', el último libro de la surcoreana, y de 'Actos humanos', novela publicada en 2014 que es considerada uno de sus grandes trabajos y gira en torno a la matanza de Gwangju, un episodio de represión durante la dictadura militar de Chun Doo-Hwan. La autora de un libro muy similar a ese –un personaje por tanto muy próximo a la propia Han Kang– es la protagonista y narradora de 'Imposible decir adiós'. Su nombre es Gyeongha y la publicación de la novela la ha llevado a una extraña situación que mezcla la debilidad con el aislamiento. La escritora ha dejado a su familia, sufre intensas migrañas, redacta últimas voluntades que rozan la nota de suicidio y no se libra de un sueño recurrente. En él nieva sobre una ladera que está repleta de troncos negros –«como miles de hombres, mujeres y niños escuálidos»– y termina siendo anegada por el mar. Gyeongha le describe el sueño a Inseon, una amiga de la universidad que realizó documentales antes de regresar a la isla de Jenju para cuidar a su madre y dedicarse a la carpintería. Las dos amigas tienen el proyecto de construir en un terreno de la isla el paisaje de los troncos negros y filmar allí la pesadilla recurrente.

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Un grave accidente con la sierra de su taller lleva a Inseon a un hospital de Seúl y Gyeongha recibe el encargo de ir a Jenju para dar de comer al pájaro de su amiga, una pequeña cotorra que no puede sobrevivir muchas horas sin agua. El viaje transcurre en medio de un temporal de nieve y funciona en la novela como la puerta de entrada a un mundo que mezcla lo onírico con lo histórico, es penetrado por la irrealidad y confunde los límites que separan a los vivos de los muertos.

El pasado reciente de Corea se filtra definitivamente en la narración a través del pasado de la familia de Inseon, que está marcado por la salvaje represión militar en la isla de Jenju. Es la pieza que falta para que el texto, original y extrañamente inspirado, se convierta en una reflexión indirecta y sensorial, poética e inquietante, sobre la memoria y la extraordinaria fragilidad del individuo frente a la historia. El resultado es singular y vibrante. Han Kang construye un sofisticado artefacto repleto de sutiles conexiones simbólicas que consigue transmitir una particularísima sensación de ensoñación a través de recursos tan sencillos como la leve alteración de la estructura temporal. La lectura de 'Imposible decir adiós' hace pensar en una condición paradójica e inesperada: una especie de estado de gracia para acercarse a la desgracia.

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