Primera novela sobre la Guerra Civil española

Algunos «visionarios» –así nos llama Alfonso Castro, decano de la sevillana Facultad de Derecho, en el epílogo de esta reedición, página 326– nos habíamos interesado por tan interesante figura. De Mario Martín Gijón es el artículo 'Antonio Otero Seco, escritor desterrado y mediador intelectual entre el exilio y el interior» (REEX, III, 2007); yo mismo suscribí «Antonio Otero Seco, masón extremeño muerto en el exilio» (Boletín de la RAEX, 2012) y Francisco Espinosa y Miguel Ángel Lama cuidaron el volumen 'Antonio Otero Seco. Obra periodística y literaria; antología' (Editora Regional de Extremadura, 2008), actualizando la edición de otra entrega de nuestro paisano, 'Obra periodística y crítica: exilio' (Rennes, Centre d'études hispaniques, hispano-américaines et luso-brésiliennes, Université de Haute-Bretagne, 1973). No se puede olvidar que la familia, compañeros y admiradores han promovido también en Francia homenajes al autor, entre otros el documental 'Tras las huellas de Antonio Otero Seco', visible en youtube.

De su amigo Elías Palma (Huelva, 1893-Ayamonte, ¿1965?), comandante del ejército, se perdió el rastro tras salir de la cárcel (1943). Miembro del PSOE, también masón y periodista, en 1938 publicará otro libro, 'Sinfonía incompleta de la guerra', donde alternaba poesía y verso. Los dos saben bien de lo que escriben.

'Gavroche en el parapeto' es probablemente la primera novela sobre la última guerra civil de española. Aunque editada en 1936, solo ha podido localizarse un ejemplar de la segunda edición (Madrid, Nueva Imprenta Radio, abril 1937), base para la entrega presente. Cuidada por Luis A. Esteve y Gemma Mañá, que suscriben el estudio preliminar y las notas explicativas, con hermosa cubierta, su recuperación nos permite acceder a un texto pionero, típico de la literatura militante tan rica en los años posteriores. A caballo entre el reportaje periodístico y la fantasía creadora, constituye un conmovedor testimonio de los primeros meses de la contienda fratricida.

Dedicada al general Miajas, al coronel Rojo y al socialista Ramón González de la Peña (militante socialista destacada durante la insurrección de Asturias en 1934), «al pueblo de Madrid, crisol de heroísmo...» y «al heroísmo callado de la mujer española...», el título evoca con plena intencionalidad al valiente pilluelo de las barricadas parisinas, que Víctor Hugo inmortalizó en 'Los miserables'. Gavroche era el nombre simbólico de Elías Palma dentro de la Masonería. Aquí es un muñeco que los milicianos arrebatan a los franquistas.

En la parte primera, se acude a un viejo recurso: transcribir el cuaderno de campaña de Luis, oficial del Ejército (trasunto de Elías). La segunda, responde al carácter de las crónicas que Palma y Otero venía publicando en distintos periódicos (este bajo el seudónimo «Antonio de la Serena»). Aunque concebida como propaganda a favor de la II República y sus defensores (atención especial a niños y mujeres de extraordinaria valentía), los autores no renuncian a expresarse en una prosa de notable calidad literaria. Sorprende la abundancia de imágenes, así como elementos simbólicos y conativos que buscan la complicidad del lector. Centrada en Madrid y sus alrededores, sobresale en la extensa obra el capítulo 'Martirio y heroísmo de Sevilla', narrado por un compañero que logra escapar a la masacre y reunirse con los suyos en la sierra madrileña. El huido es Antonio Salgado, otra de las figuras históricas incorporadas al relato. Como ocurre con el extremeño Saturnino Barneto Arena (Jerez de los Caballeros, 1894-Moscú, 1940), un militante cenetista (se afilió más tarde al PCE) enfrentado a las fuerzas de Queipo en la ciudad del Betis (pág. 149).

«Este libro es, sencillamente, la impresión de unos hombres que han vivido la guerra en las propias trincheras. Nada más», advertían los autores (página 45). Y nada menos, podría añadirse.