

Secciones
Servicios
Destacamos
Manuel Pecellín
Sábado, 9 de diciembre 2023, 07:49
Nacido (1952) y formado en Badajoz, Jaime Álvarez Buiza marchó a estudiar Sociología en Madrid, donde participó activamente en los movimientos estudiantiles. Por razones políticas, ... volvió a la ciudad del Anas sin el título, pero impregnado de buenas dosis de acracia, espíritu insurrecto presente en su escritura toda. Administrativo por oposición de la UEx, como tal ha trabajado hasta jubilarse (si se exceptúan algún tiempo, como excedente, en la relojería familiar y el suspiro que duró en la ERE, al dimitir sin más contemplaciones).
Tras la publicación de la impetuosa entrega 'Desde un amor en lucha' (1977), tan declamada en recitales públicos, Buiza va estrechando su amistad con Jesús Delgado Valhondo, quien le convence de que «la poesía es más confesionario que púlpito». Alentado así hacia las intimidades, irá componiendo una obra de no muy abundantes títulos, que va a erigirle en el más reconocido sucesor del famoso «triángulo poético pacense» (Pacheco, Lencero, Valhondo). 'Tarde de siempre' (1978), 'Huida de las horas' (1980), 'Insistente reencuentro' (1984), 'Espera inacabada' (1988), 'Desconsolada espera' (1996), 'Personario' (1987), 'Otoño literario y solidario' (1999) y 'Presagio del silencio' (2006) son sus libros, algunos con varias reediciones.
Durante el decenio 2010-2020, el poeta mantuvo en el periódico HOY una columna semanal, significativamente titulada 'Tarde de siempre'. Muchos lectores leíamos cada sábado con delectación aquella personalísima tribuna, de admirable prosa. Él mismo ha elegido un centenar de tales colaboraciones para este volumen antológico, que se publica con prólogo de Tomás Martín Tamayo, seguramente la persona que más estrechamente conoce al autor, íntimo suyo.
Dos lustros dan para multitud de acontecimientos, propios o extraños, capaces de inspirar al articulista: cambios políticos, crisis económicas, guerras, películas y libros nuevos, viajes de trabajo o placer (Suiza, Lisboa, Cataluña), enfermedades, nacimientos y óbitos... Cada uno de ellos es capaz de sugerir otros, conservados en la memoria desde la niñez, que se evocarán con melancolía y ternura no exentas de humor irónico. Este mosaico configura la imagen de un escritor sensible hasta lo neurótico; melómano y cinéfilo; indefectiblemente enamorado de Nines, la mujer que lo conduce (es un decir) desde hace medio siglo; lector infatigable; inmerso sin remisión en el sentimiento trágico de la vida; de temperamento poco bonacible; un punto misántropo, cascarrabias e hipocondríaco; republicano agnóstico, con inveterada tendencia al ensimismamiento; lusófilo, antifranquista y antiautoritario; enemigo acérrimo de bueyes uncidos, podemitas, cavernícolas coléricos, copetudos desagradecidos, talibanes izquierdosos y nuevos inquisidores. Son especímenes que van recibiendo los correspondientes dardos, en ocasiones con paradigmas bien reconocibles.
Aunque, sobre todo, Buiza es un hombre a quien le pesan sus muertos, de cuya presencia no están dispuesto a desprenderse. Qué conmovedores obituarios compuso para sus mejores amigos y aquí se reproducen: Javier Leoni, el jovial actor; Angelito, el de Universitas; Enrique Segura, insigne catedrático del IES Zurbarán; Santiago Castelo y Goyo Moreno e incluso su perro Chalki. Sin duda, las páginas más cálidas se dedican a Jesús Delgado Valhondo, con quien tantas veces le vimos pasear calles y compartir copas, debatiendo acerca de dónde poner los asombros o si entre la yerba pisada quedaba noche por pisar. Porque «Jesús ha sido la persona más extraordinaria que he conocida en mi vida... Su pérdida (23 julio 1993) me desgarró el corazón», confiesa (página 138).
Cada una de estas teselas tiene valor pos sí misma. Derrochan ingenio, cultura, libertad, humanismo y, sobre todo, calidad literaria. Reunidas, constituyen un auténtico festín, que puede degustarse en pequeñas dosis o, según te pide el ánimo, de un tirón, en toma sostenida, a riesgo de conmoción absoluta. Vale la pena.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El enigma de las plantas de tequila en la 'Catedral del vino' de Cigales
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.