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Pablo Martínez Zarracina
Viernes, 28 de marzo 2025, 23:12
Conocimos a Herbert Clyde Lewis gracias a la recuperación de 'Un caballero a la deriva' (Periférica), una novela breve, original y llena de encanto protagonizada ... por un joven banquero que resbala en la cubierta de un transatlántico y cae al Pacífico, asumiendo la fatalidad con el único propósito de comportarse y no causar escándalo. Aquella era la primera de las tres novelas que llegó a escribir Lewis, periodista y guionista de Hollywood que falleció en 1950, alcoholizado y con apenas cuarenta años, pasando directamente al olvido desde la lista negra del macartismo.
'Ofensiva de primavera' es su segunda novela. Su presupuesto recuerda al de 'Un caballero a la deriva', aunque el protagonista no es esta vez alguien tan integrado como un banquero, sino un joven de Indianápolis llamado Peter Winston que no encaja en ningún sitio. Poseído por un idealismo indistinguible de la pulsión suicida, se ha alistado con los británicos al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, un conflicto todavía ajeno a los Estados Unidos. Su destino es el frente de Francia.
Como la ofensiva alemana se retrasa y sus camaradas no son muy amistosos, Winston tiene una idea: adentrarse en la tierra de nadie para plantar algunas enredaderas que alegren las empalizadas de la Línea Maginot. El 'toque' Lewis es por supuesto que el ataque alemán comience cuando el pobre Winston está en tierra de nadie con sus enredaderas. Es entonces cuando el tiempo narrativo se detiene y el protagonista se transforma en una especie de príncipe Andrei yanqui que ve pasar las nubes sobre el cielo de Austerlitz.
Herbert Clyde Lewis
Traducción: Ángeles de los Santos.
Editorial: Periférica.
217 páginas.
19 euros
Hundido en el barro y bajo el fuego enemigo, entiende que todo es absurdo. La novela alterna la introspección amplificada en el campo de batalla con capítulos que reconstruyen la vida del protagonista en Indianápolis y avanzan cómo transcurren las cosas allí sin él, subrayando su condición de pieza intercambiable. Todo redunda en el dibujo de la guerra como un incomprensible despilfarro. Tras un comienzo titubeante, el texto crece en su segunda mitad y se propulsa cuando comienzan a caer las bombas. El suave existencialismo irónico inicial se vuelve entonces un himno pacifista que excluye de un modo muy efectivo la proclama y el patetismo. Sucede porque Lewis es un escritor profundo y ligero en el que subyace una especie de honestidad inocente y desgarrada. También fue un escritor con mala suerte.
En una nota final, la traductora de la novela explica que 'Ofensiva de primavera' se publicó en 1940, cuando los alemanes atacaban Francia desde los Países Bajos, la Línea Maginot era superada sin problemas y la realidad sangrienta de la Segunda Guerra Mundial no dejaba un mínimo resquicio para un libro como este.
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