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Marco A. Rodríguez
Martes, 10 de febrero 2015, 07:21
El problema de los entrenadores de fuerte carácter consiste en que cuando dicho rasgo de la personalidad choca frontalmente con el de algún peso pesado de la plantilla la bola de nieve aumenta tanto que llega un momento en que se convierte en insostenible. Algo así ha ocurrido en el Badajoz Baloncesto Femenino (BBF) y su ya exentrenadora Bea Pacheco. La madrileña presentó la pasada semana la dimisión, si bien acompañó y dirigió a sus pupilas en el viaje del sábado a tierras gallegas, donde el Arxil -ya de por sí complicado- aprovechó para sacar tajada del desconcierto.
Cuando una nota de prensa habla de 'desacuerdos internos' como origen de la controversia, lo normal es pensar que o existe un problema económico en forma de impagos o bien hay inconvenientes de tipo disciplinario o de falta de entendimiento con los directivos. Desde el club aseguran que, pese a las típicas apreturas económicas, se está al día en los cobros, incluida la técnico, que tiene un contrato acorde a su demostrada calidad. Descartada esa vía, ya sólo quedan los vaivenes de un vestuario que se aproximaban a la mecha que antecede al incendio. Pacheco prefiere ser cauta y no dar nombre o acusar a nadie, pero su 'castigo' en forma de irrisorios minutos a Regina Gómez -la mejor jugadora del BBF- la delata. La 'MVP' permaneció en pista sólo tres minutos en Pontevedra, donde las pacenses recibieron un serio correctivo (74-43).
La entrenadora defiende que eran necesarias algunas medidas para el buen funcionamiento de la plantilla y no se siente apoyada por el club en la toma de esas medidas, así que este miércoles presentó su irrevocable dimisión. «Hay un problema y hay que ser valientes para solucionarlo. Con el equipo prácticamente salvado, para mí lo fácil sería aguantar hasta final de temporada y no quedarme sin trabajo, pero yo no funciono así. Reconozco que tengo mucho carácter, pero cuando ocurren cosas que hacen que el día a día del equipo no funcione hay que hacer algo al respecto porque así no se puede trabajar», se explica la entrenadora, que sigue sin dar nombres y recalca que el 90% de la plantilla la apoya. «Yo soy así. Soy muy directa y si veo un problema o algo que vaya en contra del compañerismo que debe reinar en un vestuario hay que tomar decisiones», continúa Pacheco sobre un dilema que ya tiene meses de vida. «Si el grupo no tiene un buen funcionamiento yo no puedo ayudar a este club, así que prefiero irme a mi casa y que sea otra persona la que dirija el banquillo porque lo más seguro es que las cosas vayan mejor. No me voy enfadada y le deseo lo mejor a un club en el que siempre estuve muy cómoda. Hay gente con mucha dedicación como el gerente Carlos Molina».
Desde el BBF se agradece la labor prestada: «mostramos el agradecimiento hacia la labor profesional que la entrenadora ha desarrollado. Le deseamos lo mejor en su trayectoria y agradecemos sus servicios y vinculación con el club», apunta un comunicado. La experimentada Pacheco acumulaba año y medio en la entidad pacense, fichada para el entonces GBP y su presidente Joaquín Cabrera con vistas a un proyecto que arrancó con ambición pero sobre el que pesaron incontables vicisitudes. En esta segunda temporada también aparecieron inconvenientes -especialmente con las extranjeras- pero la nave no fue a la deriva sino a una zona tranquila de la tabla.
La idea del club es fichar un sustituto/a que vaya cogiendo el pulso durante lo que resta de curso y de paso sentar las bases pensando en la próxima temporada. Una opción sería la ayudante Dolores, segunda de Pacheco, pero sus obligaciones laborales pueden impedirlo.
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