Marco A. Rodríguez
Jueves, 9 de julio 2015, 07:40
El cacereño Eduardo Recio tiene un sueño. Quiere ser jugador profesional de baloncesto, su gran pasión desde que lo escogía en las actividades extraescolares hace ocho años. Ahora con catorce, este canterano del San Antonio Cáceres recibió ayer un regalo en forma de charla por parte de alguien que llegó muy muy lejos. Tanto que puede tardar años en asimilarlo. Alguien que le dijo que, si se quiere, se puede. Eso sí, a base de trabajo y sacrificio. Sin atajos. José Manuel Calderón atendió al grupo de tecnificación de la FEB de esta novena edición de su campus en Badajoz. Disfruta de estos menesteres pues él también fue un campusero que ha superado todo lo que tendría que superar Eduardo para alcanzar el éxito.
Publicidad
«La gente nos ve por la tele y piensa que qué suerte debemos tener, el dinero que cobramos y todo eso. Pero hay cosas que no se ven. El esfuerzo y el sacrificio que hay detrás. Yo me he perdido muchas cosas para poder ser baloncestista profesional. Y no lo cambio por nada aunque he hecho muchos sacrificios. Porque no hay atajos en esto salvo en un porcentaje muy bajo de jugadores. El trabajo iguala al talento. Hay que trabajar mucho, mejorar, pero sobre todo disfrutando de lo que haces», les espetó Calderón a los futuros proyectos llegados desde las categorías inferiores de equipos como el FC Barcelona, Joventut, Unicaja, Baskonia o CAI, hasta del Reino Unido.
Un encuentro que tuvo lugar en uno de los salones de la RUCAB. De una forma informal, encabezan el coloquio el base de los Knicks, su padre y exjugador del Doncel José Calderón-la persona que le hizo decantarse por el basket en vez de por el fútbol, según dijo-, su entrenador personal Joan Tarragó y el técnico del grupo Manolo Aller. Todos les aconsejaron. Por ejemplo Tarragó, quien les invitó a ser «deportistas las 24 horas del día», no únicamente cuando uno va a entrenar.
Calderón les habló de su trayectoria, desde lo más remoto cuando emigró a Vitoria con 13 años hasta lo más actual en la NBA, cómo funciona esa liga o lo difícil que es llegar y sobre todo mantenerse o firmar un segundo contrato. Tuvo momentos álgidos, como su repaso por la primera firma con los Raptors. «No lo teníamos nada claro y me fui allí con mi mujer. El problema de la cláusula con el TAU lo solucionaron enseguida. En el vestuario veo que ya tienen mi camiseta con el nombre y el número '8' y me dicen que me estaban siguiendo hace años. Nos recogen en limusina, que nunca me había montado en una. Llegamos al hotel y vemos que hay objetos y hasta galletitas o algo así con el nombre de Calderón. Así que dije: tenemos que venir aquí».
«El trabajo es más importante que la camiseta. Si no os lo curráis...», les dijo Manolo Aller, quien dio las gracias a Calderón y a la organización de su campus por ser los pioneros en incluir a este grupo. Los técnicos enviarán un informe que la Federación Española de Baloncesto tendrá en cuenta sobre el progreso de estos chicos. Alguno de los que han pasado triunfaron, como el culé Abrines, por lo que se incidió en la idea de que 'sí se puede'. Le preguntaron de todo al base extremeño, que argumentó el gran ambiente existente en la selección española como clave de su éxito o que Russell Westbrook es el base más difícil de defender en la NBA por su superioridad física.
Publicidad
Cuestionado a la salida qué veía en sus caras mientras les hablaba, José Calderón contesta que se ve a sí mismo, «porque yo con esa edad también iba a los campus con jugadores como Romay, y eso que no era del grupo avanzado de ellos sino con los 'normalitos'. Les intento hacer ver que ellos están en una situación privilegiada porque si lo consiguen pueden llegar a vivir de su hobby, pero que deben seguir trabajando con paciencia. He contado mi experiencia de cómo he llegado hasta aquí, dando muchos pasos y les he dicho que disfruten del baloncesto porque si no disfrutan no vale la pena. Ellos están un paso por delante del resto, pero deben seguir distanciándose de los demás».
Calderón fue el primer internacional que unió estos proyectos de la FEB a su campus. Después lo hicieron otros como Ricky Rubio o Víctor Claver. «Primero pensamos en bases y aleros, pero después lo extendimos a todas las posiciones para que hubiera de todo y se pudiera entrenar mejor. Es muy positivo para ellos que estén aquí. No es un paso atrás porque enviamos los informes a la FEB», comenta el de Villanueva de la Serena antes de irse a firmar regalos para la fiesta del viernes y visitar otros grupos. Ayer estuvo también con uno muy especial, el de discapacitados.
Publicidad
Atento a sus palabras, tanto dentro como fuera del aula, Eduardo Recio asegura que es un placer estar en el campus y escuchar al 'playmaker' de los Knicks. «Nos ha dado muchos consejos y nos ha dicho que se puede, que no es imposible». Con seis años los entrenadores de su colegio le vieron aptitudes y desde entonces piensa en el deporte de la canasta como algo más que un divertimento. Es la primera vez que acude al campus, del que cree que se puede aprender mucho y que le puede ayudar en su intento de convertirse en profesional. Sobre Calderón, valora aspectos como su «buena lectura del juego, ser el entrenador en la cancha y su estilo propio». En lo personal, agradece que sea «sincero», «directo» y muy «cercano con la gente». Marca registrada.
Primer mes sólo 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.