Calderón con el ya exentrenador Derek Fisher, con Kurt Rambis sentado detrás. :: knicks.com

Nueva York, la casa de los líos

Fisher, despedido tras nueve derrotas en diez partidos; Phil Jackson coloca al asistente Kurt Rambis hasta final de temporada

Marco A. Rodríguez

Martes, 9 de febrero 2016, 07:46

De los destinos posibles donde pudo recalar José Calderón la pasada temporada el de Nueva York no era el más tranquilo. Tras la gloria de los años 70, salvo alguna fugaz aparición en las finales de los 90 todo es desasosiego y frustración..., y por ende, baile de entrenadores como improvisada solución. El último Derek Fisher, fulminado ayer por el presidente Phil Jackson tras la negativa racha de nueve derrotas en los últimos diez partidos que ha llevado a los neoyorkinos a un balance de 23-31 que les aleja de los playoffs. Poco después del anuncio oficial de la destitución, el propio 'Maestro Zen' comunicaba que el asistente y otro histórico ex de Lakers como Kurt Rambis se hará cargo del equipo hasta el final de la 'regular season'. Muy pronto se desveló el nombre del sustituto, apenas minutos, tal vez para acallar especulaciones y bromas por la petición del mismísimo Dennis Rodman desde las redes sociales para ocupar el banquillo. Eso ya hubiera sido demasiado. Incluso para la casa de los líos de la NBA.

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Pese a ser una franquicia siempre presa de la máxima exigencia -no en vano es la más valiosa según la revista Forbes-, los Knicks comenzaban el curso con mucho que ganar y poco que perder. Venían de protagonizar la peor temporada de su historia, la de las 17 victorias, así que sólo se podía mejorar. Solventados los problemas físicos de la anterior, el representante de la Gran Manzana alternó buenas rachas con otras peores, siempre con opciones de playoffs y teniendo en cuenta que este año la Conferencia Este ha elevado el nivel medio. Pero en estos veinte días todo fue oscuridad pese al rayo de luz que supone el descubrimiento de Porzingis, la esperanza letona en forma de '4' y una de las grandes sensaciones de la NBA. De tener las eliminatorias por el título a tiro, Nueva York se ha obligado casi a obrar el milagro después de ganar un único encuentro de los diez más recientes, ante Phoenix Suns el pasado 29 de enero por 102-84.

El tiempo dirá si la decisión de prescindir de Fisher -que no ha superado el 30% de victorias en temporada y media- es la correcta. Aunque ya son cinco los técnicos despedidos cuando todavía no hemos llegado al ecuador que implica el 'All Star', lo cierto es que en la NBA se suele tener más paciencia con los entrenadores. En la 2015-16 está reinando la mano de hierro porque pocos presagiaban destituciones como la de Blatt en Cleveland -cuando son y eran primeros en el Este, al estilo Radomir Antic- o la del propio Fisher, prácticamente un novato en los banquillos que en muy poco tiempo ha saboreado los sinsabores de esta profesión.

Los aficionados de mediana edad recordarán a Rambis como aquel Laker con pinta de intelectual que repartía estopa en la pintura como pocos. Con mayor experiencia que Fisher, tiene ante sí un reto complicado para una plantilla confeccionada por Jackson sobre la que cada día sobrevuelan numerosos rumores. La próxima semana se cierra el 'mercado invernal', el All Star suele congregar a muchos 'pescadores' de negocios y hasta que no concluya el plazo puede ocurrir cualquier cosa. Calderón no es ajeno a esos vaivenes y podría viajar a otro destino que, seguro, sería más apacible.

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