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El Badajoz Baloncesto Femenino (BBF), en el pabellón de Las Palmeras, ayer poco antes del entrenamiento. :: casimiro moreno
De la cantera al crisol por la salvación

De la cantera al crisol por la salvación

Una vez certificada su permanencia en Liga Femenina 2, el equipo pacense regresa este sábado ante el Araski

Marco A. Rodríguez

Viernes, 1 de abril 2016, 07:33

¿Cantera o cartera? Es una de las grandes preguntas que en ocasiones procede de un dilema, el de acudir a la segunda opción cuando la primera escasea. El baloncesto pacense tiene el problema de encontrar jóvenes valores que conformen la base de un plantel para competición nacional. Por eso, pese a que la intención inicial sea la de apostar por el producto autóctono, no queda otra que buscar en el mapa, incluso en parajes muy exóticos. Y buscar bonito y barato pues la cartera no alcanza lo deseado. Tal vez sea la explicación a una temporada del Badajoz Baloncesto Femenino en la que ha logrado su objetivo de la permanencia en Liga Femenina 2 con su vestuario más internacional. Un crisol de culturas y lenguas con un denominador común, el basket.

Si uno echa un vistazo a la rotación del BBF aparecen países como Estados Unidos (Bucknor), Nigeria (Adekunle), Suecia y Turquía (Alkan), Hungría (Vincze) y Portugal (Larisse y Aragao). En un mundo global como el que vivimos no debería ser sorprendente, pero causa sus problemas. Por ejemplo, el idioma. «El idioma oficial es el del entrenador», comenta resignado José Manuel Mata, el técnico, que sí es de la tierra. «Lo complica mucho, es la verdad. Lo peor que llevo son los tiempos muertos, porque no te da tiempo a explicar lo que quieres. En el vestuario paramos y traducimos despacio, pero en el tiempo muerto no te entienden. Hasta el punto que desconectan porque saben que no se están enterando y actúan por instinto», continúa. Las broncas también se traducen, aunque defienden que son escasas.

Un carácter internacional que ha convertido a la veterana Larisse en una especie de pluriempleada por aquello de hacer de traductora. La portuguesa, uno de los referentes del vestuario, cumple su cuarta temporada en Badajoz, la que más tiempo lleva. Un dato que lo dice todo. «Nos llevamos bastante bien. No hay problemas aunque haya gente de sitios tan distintos que no pueda hablar bien. Siempre habrá alguien que le ayude», explica. «Hablamos una mezcla entre el inglés y el español y nos ayudamos», añade Berta Dalmau, procedente del Mataró.

Respecto al futuro, todo son incógnitas. O cierta continuidad o baile de jugadoras y cuadro técnico, si es que no hay cambios más profundos en la entidad. Mata entiende que fichar a ocho jugadoras cada año es un hándicap y que quienes tienen una base sobre la que trabajar gozan de ventaja, pero reconoce que en Extremadura hay un problema de cantera que obliga a estas situaciones. En Badajoz porque la ciudad «le ha dado la espalda al deporte en general y al baloncesto en particular», y en Cáceres también, según opina, pese a que es más baloncestística. «Hasta que no se acaba no se piensa en la temporada siguiente. No sabemos qué querrá hacer el club. Sólo pensamos en acabar bien y hacer un partido digno el último día ante el León, que vendrá a jugársela y habrá mucha gente observando nuestra profesionalidad. Para mi la continuidad es básica. Y si tienes que hacer un equipo nuevo cada año...».

A buen puerto

Timón en mano, Mata ha conducido la nave pacense hasta puerto esquivando numerosos obstáculos. Casi todos en forma de lesiones y alguna que otra fuga de la que sigue sin saberse el paradero. «Obviamente siempre tienes la esperanza de superar tus objetivos, pero el que estaba marcado está cumplido, así que estoy satisfecho. Tuvimos problemas de todo tipo. El potencial del equipo es superior al puesto final en la clasificación (11 de 14) pero las circunstancias mandan. Además de las lesiones, el tema de los viajes me parece fundamental. Jugar un partido a más de 1.000 kilómetros viajando desde las seis de la mañana..., el rendimiento no puede ser el mismo. Hubo cambios obligados en la plantilla, etc. Aunque no quiero buscar excusas, es una realidad que ha marcado la temporada».

Otra clave que apunta el entrenador es saber competir con los clubes medios de la tabla. «Ganamos a quien teníamos que ganar y perdimos con los que teníamos que perder, pero pudo faltar jugar mejor contra los del nivel medio», dice un Mata que, al igual que sus dos pupilas, asegura que en ningún momento pensaron que la salvación estaba en peligro pues en la sexta jornada ya se habían cosechado triunfos importantes. «La temporada es muy positiva. Con todo lo que ha pasado, hemos superado muchas cosas y tuvimos buenos partidos para seguir en esta categoría», indica Larisse Milhomem. «Tuvimos muchos problemas, se cambiaron jugadoras, pero al final conseguimos el objetivo», asiente Dalmau.

En los últimos partidos, virtualmente ya salvadas, se mezcla el jugar más tranquilo o el jugar 'demasiado' tranquilo. «No tienes la presión de los partidos claves. Pero juegas mejor, más en equipo e individualmente también. Influye que estés más relajada», argumenta Larisse. Su entrenador aclara que haya lo que haya en juego, hay equipos que deben ganarte, sencillamente, porque los presupuestos son los que son. «Hay equipos que con un único fichaje se han gastado nuestro presupuesto», apostilla.

Mañana sábado el BBF regresa a la liga con un duelo en Las Palmeras (será a las 17.00 y no a las 19.30 habituales) ante uno de los gallitos, el Araski. Quedan tres rivales y los tres fueron capaces de vencer al líder Al-Qazeres. «Será muy difícil, pero tenemos que intentarlo», prometen.

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