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Sergio Scariolo hace la señal de victoria en un partido con la selección española. :: afp
«Se habla poco, pero me preocupa más la seguridad  en Brasil que el zika»

«Se habla poco, pero me preocupa más la seguridad en Brasil que el zika»

Lesiones, delincuencia, virus, elecciones a la FEB en plena concentración..., el técnico se muestra alerta y ve necesario un «extra de concentración» para afrontar los Juegos

Marco A. Rodríguez

Lunes, 13 de junio 2016, 07:40

A Sergio Scariolo -Brescia, 1961- se le acumulan los frentes a dos meses vista de los Juegos de Río. Reconoce un clima extraño salpicado de esos obstáculos que pueden mermar la concentración de una selección que cuando está centrada es antológica. A finales de junio elegirá a los doce jugadores que pueden poner el broche de oro a una historia de amor irrepetible en nuestro deporte de la canasta y de la que el técnico italiano es corresponsable con sus tres Europeos y la plata olímpica de Londres. En el VI Clínic Extremadura de la FExB, en Mérida, habla con HOY de los peligros que se ciernen sobre nuestro combinado en forma de lesiones, inseguridad en Brasil, elecciones en la FEB en plena concentración, sanción de la FIBA y hasta el dichoso mosquito del Zika.

UN PALMARÉS TAN EXTENSO COMO ENVIDIABLE

  • uNombre. Sergio Scariolo.

  • uFecha y lugar de nacimiento. 1 de abril de 1961, Brescia.

  • uDedicación. Entrenador de baloncesto, actualmente seleccionador nacional de España.

  • uComo seleccionador. Tuvo dos etapas al frente de la selección nacional. En la primera, entre el año 2009 y el 2012, ganó dos oros en los Campeonatos de Europa de Polonia (2009) y Lituania (2011), además de la medalla de plata en los Juegos de Londres 2012. En la segunda, con su regreso en 2015, ganó su tercer entorchado europeo en el Eurobasket de Francia 2015.

  • uComo entrenador de clubes. Antes de aterrizar en España hace casi 20 años, en 1997, fue campeón del Mundo con la Selección Militar Italiana en la temporada 84/85. Comenzó como asistente en el Scavolini Pesaro, donde fue campeón de la Serie A en el 88. Como primer entrenador pasó por el propio Scavolini, Desio y Bolonia, antes de volar a Vitoria en el 97 siendo finalista de la ACB, la Copa del Rey y clasificado para la Euroliga. Con el Real Madrid, en el 2000, fue el técnico que venció en el quinto partido de la final en el Palau. Fue también manager general de la sección de baloncesto 'blanca' y finalista de Liga y Copa en la 2001. Del 2003 al 2008 permaneció en el Unicaja, donde ganó la Copa del Rey de 2005 y campeón de la ACB en la 2005/06 además de tercero en la Euroliga en Atenas. Ha dirigido al Khimki ruso, con el que compatibilizó el banquillo de la selección.

  • uFlirteo con la NBA. En la temporada 2002/03 colaboró con los New Jersey Nets, ahora Brooklyn.

  • uFuera del baloncesto. Casado con la exjugadora internacional española Blanca Ares y con dos hijos, preside la Fundación Cesare Scariolo de apoyo a niños que padecen leucemia. En 2010 se incorporó al Aspen Institute Italia y es Embajador de Marbella

  • ciudad donde vive-

  • en el Mundo.

  • uComo experto. Ofrece numerosas charlas y clínics de baloncesto. Fuera del mundo de la canasta, ha impartido conferencias referidas a 'team building' en empresas potentes como Mailboxes, Barclays, Deutsche Bank, Pepsi Cola, San Miguel, Grupo Armani, KPMG o Diageo.

  • uReconocimientos. Entrenador del año en Italia y España, Cavaliere della Repubblica Italiana y Medalla de Oro al Mérito Deportivo del Consejo Superior de Deportes, entre otros.

Viene a Extremadura a hacer una parte de su cargo que es menos mediática pero que creo le atrae mucho.

Me mantiene cerca de la base, de los compañeros, entrenadores, los problemas que tienen y con los que yo contacto ahora más como padre que como profesional. Por otro lado, es una responsabilidad devolver un poco al juego que adoro, el baloncesto, al menos una pequeñísima parte de lo mucho que me ha dado.

Usted quedará en la historia como el seleccionador que consiguió que olvidáramos el palo del Mundial de España para recordarnos que somos un equipo campeón.

Bueno, obviamente fue un trabajo colectivo, como todo. Normalmente se tiende a personalizar la derrota en el entrenador y la victoria en los jugadores. Eso se acepta porque es así desde que el mundo existe, con contadas excepciones. Pero fue una experiencia bonita porque tuvimos que remontar puestos en un hipotético ránking inicial cuando antes íbamos como favoritos aguantando la presión del que tiene que llegar a la final sí o sí. Una experiencia diferente, igual de meritoria porque no es fácil mantener siempre el coche en la carretera, aunque sea un coche poderoso.

Los técnicos dependen mucho de que por fin surja ese chispazo que hace que todo funcione y los jugadores interioricen su compromiso. El trabajo de antes, durante y después es el mismo pero los resultados no. A este equipo se le nota mucho eso.

Sí. A veces, cuando no tienes mucho tiempo con una temporada detrás para llegar a un playoff, entrenos, ajustes, convivencia, etc., todo es más complicado. Emocionalmente debe surgir algo y a veces es sencillamente dejar que las cosas lleguen a su rendimiento en el tiempo necesario, aunque sea pequeño. A veces es un riesgo calculado. Por ejemplo, el año pasado preservamos a Pau para la segunda fase del Europeo de Francia por el riesgo de lesiones. Le quitamos bastantes minutos en la primera fase que hubiesen ayudado a ganar más partidos.

Viendo lo que hizo luego fue un acierto.

Lo teníamos claro pero eso implica algún riesgo.

Su buena relación con la gran estrella Pau Gasol debe ser determinante para el buen funcionamiento interno de la selección, para esas cosas que no se ven desde fuera.

Las personas con liderazgos, aunque sean liderazgos diferentes en puestos diferentes, van todas en la misma dirección. En nuestro equipo estoy encantado de tener líderes diferentes. Pau es el líder por excelencia, pero hay otros líderes silentes, más ocultos en otros aspectos o en la vida del equipo y que son un ejemplo a seguir. Y a todos les agradezco el gran apoyo que me dan.

Dependerá de si está gente como Navarro o Marc, pero supongo que deseará que en Río no haga falta tanta heroicidad de Pau...

Hay que acoplarse a las situaciones. Hay momentos en los que se puede repartir más responsabilidades y otros en los que la estrella debe lucirse en su anotación y arrastrar a los demás. Yo espero de todas formas que podamos tener un equipo más potente que el año pasado, pero es pronto todavía porque hay cuestiones físicas y frentes abiertos que nos mantienen con dudas.

¿Tiene el equipo en la cabeza o esperará al último momento?

Hay que esperar a finales de junio a que termine la competición para que podamos decantarnos.

¿Tener que elegir entre Ibaka y Mirotic es un problema o una bendición?

Bueno... Se suele decir que es una bendición, pero como son dos grandes jugadores que tienen roles muy parecidos y uno de los dos va a estar seguro..., es un problema porque tendremos un gran '4' pero hay que priorizar algún aspecto del juego o personal de uno u otro. Si tuvieran roles diferentes sí sería una bendición porque escogeríamos en función de las necesidades del equipo.

Dependerá de los que puedan ir, porque si va Marc es menos necesaria la fortaleza interior de Ibaka, pero si no va...

Puede. En parte, sí. Es un factor, pero no es el único que tendremos en cuenta.

Esta selección necesitaría partidos de 60 u 80 minutos para que pudieran jugar felices y salir de la cancha satisfechos de aportar lo que creen que pueden aportar.

(Risas). O mínimo 48 como en la NBA. Es verdad, pero hay que entenderlo y ser claros sobre los roles de cada uno y tener claro que lo acepten, ser honestos y leales, jugadores de equipo y serios, porque pueden pasarlo mal al ser jugadores con mucho protagonismo en sus clubes. Prácticamente todos tienen que renunciar a cosas. Quizá el caso de Pau es el único en el que el jugador adquiere más protagonismo aquí del que suele tener en su franquicia. Es una cosa curiosa. Hay que tener gente seria que te diga que lo acepta y no solo con la boca sino con su comportamiento en un campeonato.

Si empezamos mal los Juegos, ¿será buena señal o mala?

(Más risas). ¡Hombre, normalmente es buena señal! Pero realmente tampoco es necesario. Lo importante es que lleguemos bien al cruce, que es la clave de todo.

Brasil, Argentina, Lituania, no es un grupo sencillo...

Y el clasificado, que será otro equipazo. Italia, Serbia, Francia... Nos obliga a estar atentos desde el inicio. Argentina y Brasil en América del Sur es algo extremadamente complicado. No es lo mismo jugar contra ellos en Europa que allí.

Frenar la euforia será clave, ¿verdad? Que la gente no dé por hecha una final España-USA.

Sí. Podemos entender que exista ese razonamiento, pero no tendría mucho fundamento porque hay muchos equipos que pueden llegar a la final o ganarnos. A ellos, no sé. Para que alguien gane a USA tienen ellos que hacerlo mal. No hay que hacer caso a lo que se dice fuera.

'Bomba Zika'

¿Qué fue lo primero que pensó cuando Pau soltó la 'bomba Zika'?

Lo sabía ya. El día anterior me llamó y lo hablamos. Quince días antes me manifestó su primera preocupación. Entiendo que un deportista tan reconocido en el mundo quiera sensibilizar a la opinión pública y autoridades sobre un problema que en Europa no se ha afrontado con tanta atención como en Estados Unidos.

Da la impresión de que éste es un caso en el que la falta de información es peligrosa.

Ahora sí hay mucha información sobre el riesgo de contagio a la gente que va a Río y vuelve a su país, los peligros, síntomas, la prevención o si ya hubo contagio.

La cercanía de los Juegos tiene un clima extraño. Cuando parecía que se relajaba un poco el asunto de la sanción de la FIBA aparece el dichoso mosquito del virus.

Ha sido un año muy complicado. Además de los problemas físicos, también en lo institucional. Es verdad que es un clima raro. Además, por lo que me cuentan mis amigos en Brasil, veo más peligroso el tema de la seguridad y se habla muy poco de eso. Mucho más que el Zika. Nos acercamos a Brasil con alguna preocupación y tendremos que hacer un ejercicio extra de concentración.

Se habla del fin de una generación, pero en realidad la transición dulce que decía Vicente del Bosque lleva tiempo en el baloncesto.

Tenemos que ser sinceros con la gente y decir que esta generación es irrepetible. Ojalá surja otra. Hay que terminar bien como equipo, intentando la medalla y con actitud para que sea un homenaje a algunos de ellos que están cerca del final y otros que ya salieron y que crearon un antes y un después, creo que en el deporte español en general, no únicamente en el baloncesto.

Estamos en Extremadura y le tengo que preguntar por José Calderón. ¿Es de los mejores ejemplos de lo que usted entiende como sacrificio del ego en favor del equipo?

Cuando se acabe la competición y decidamos sabremos el rol que le podemos otorgar y lo podrá asumir con la seriedad que le distingue, con todas las características positivas que han hecho de él una referencia del equipo y una persona respetada. Representa los mejores valores del deporte en equipo.

Debe ser la envidia de los entrenadores porque la selección destaca por su talento pero también por su calidad humana.

Desde luego. A la hora de crear una química positiva la persona viene antes que el jugador. Luego hay complicaciones, como en todos los grupos humanos. Yo me siento privilegiado por tener su aceptación, disciplina y respaldo porque ellos trabajan con los mejores entrenadores del mundo. Es un halago y una motivación para no defraudarles.

¿Se imagina en un vestuario con jugadores que guardan pistolas en la taquilla?

Esa sería otra forma de ver las cosas. Yo, la verdad, prefiero a esta gente. Sin duda.

Cuando firmó con la FEB, pese a ser por dos años, hablaron de un proyecto a largo plazo, ¿cómo están ahora las cosas porque no debe ayudar mucho la inestabilidad institucional?

No es asunto que se pueda afrontar en este momento considerando que el 9 de julio hay elecciones y que entraremos en la concentración con un presidente y saldremos con otro. Es una situación atípica. Me atrevería a definirla de esperpéntica. Si algo se podía hacer para no ayudar al equipo, que no nos olvidemos que es el motor de todo el movimiento del baloncesto nacional, si algo se podía hacer para no ayudarle es meterlo en esta situación de inestabilidad y los meses que hemos vivido. Hay una situación que es la que hay y debemos saberla vivir. Lo he sufrido más porque estoy full time con la selección y los jugadores estaban con sus clubes y espero que podamos reducir la preocupación aunque seguro que habrá desajustes. Confío una vez más en la inteligencia, en saber poner el foco en el objetivo que queremos conseguir y si las cosas no funcionan como antes habrá que remangarse y arrimar el hombro y mantener intacta la motivación y cohesión.

¿Su opinión sobre José Luis Sáez dependerá de que se esclarezca su responsabilidad?

Estamos esperando a que se descubra algo. Hasta hoy yo me tengo que limitar a lo que ha sido la gestión de la federación estos años, su difusión y crecimiento. Esos datos son los que tenemos. Si surgieran más ya veríamos. Para mí, la figura del presidente Sáez, que todavía lo es, ha sido una figura fundamental en la eclosión del baloncesto español estos años y en crear el compromiso de nuestros jugadores, que ha sido una de las claves de este éxito.

Alguna vez ya ha coqueteado con la NBA. ¿Un futuro en la liga americana compatibilizándolo con la selección sería lo ideal para usted?

Compatibilizando..., o no compatibilizando. Esto ya lo veríamos. Entrenar en la NBA es una opción que me gustaría siempre que las condiciones deportivas fueran interesantes, más que las económicas. Que sean atractivas. Un cuerpo técnico de la NBA tiene muchas figuras y roles y dependería de si la participación es importante. Tiene que llegar una propuesta para que pueda estudiarla. Cuando ha llegado alguna no me pareció muy atractiva. Espero que pueda llegar. ¿Por qué no?

Y que no hayas pistolas en el vestuario...

Ja ja. Exacto. O que si las llevan, que no me disparen a mí.

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