El técnico verdinegro, Adrià Alonso, da instrucciones a sus jugadores en un tiempo muerto. Armando Méndez
Segunda FEB

La ansiedad desafía la consistencia del liderato del Cáceres

El técnico verdinegro, Adriá Alonso, reconoce que las derrotas están generando un efecto paralizante en las mentes de sus pupilos

Manuel García

Badajoz

Lunes, 9 de diciembre 2024, 21:28

Fue quizás una de las fallas principales del Cáceres en la etapa de su ocaso en la extinta LEB Oro y parece que vuelve a cruzarse en su travesía por Segunda FEB. La angustia, zozobra y desazón que genera cuando el signo de ... los partidos le da la espalda y que condiciona la muñeca, las piernas y, sobre todo, las cabezas de los verdinegros. No es una suposición ni siquiera una lectura aventurada acorde a sensaciones subjetivas en el juego, es un aviso a navegantes del entrenador verdinegro. Adrià Alonso puso en solfa tras el último duelo en Logroño que su plantilla es muy permeable a las vicisitudes y esa fragilidad es un hándicap que apenas ha incidido porque el rumbo de los extremeños está siendo sin excesivas inclemencias merced a las victorias, navegando con rumbo firme encaramado en lo más alto de la tabla.

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Pero también han sufrido la marejada (con derrotas ante la Cultural Leonesa y la pasada semana ante el Ciudad de Huelva), encallando el timón y desconfigurando la brújula anímica del vestuario. El técnico catalán ha identificado esa disfuncionalidad y lo abordó con naturalidad y sin tapujos en su comparecencia tras el exigente duelo ante el Clavijo. «Hemos jugado con mucha ansiedad», reconoció abiertamente a la hora de realizar un análisis del último compromiso. No es precisamente el compañero de viaje más propicio, porque minimiza las prestaciones del Cáceres y reactiva a los rivales otorgándoles cierta ventaja competitiva. Las estadísticas así lo atestiguaban, al menos en algunas facetas que el propio entrenador se encargó de enfatizar. «Se ha visto reflejada en porcentajes de tiros libres y en acciones de tiros abiertos liberados, cometiendo fallos impropios». No en vano, 17 de 26 fue el balance de los visitantes desde la línea de personal, con un 65% de efectividad.

El Clavijo supo explotar las dudas de su rival, «nos han hecho sentirnos incómodos en bastantes situaciones», ensalzaba a los riojanos en sus primeros segundos de intervención. Adrià Alonso, consciente del estado de frustración y bloqueo de los suyos, tiró de psicología y optó por recurrir a mensajes sencillos para que sus pupilos reencontraran cierto anclaje táctico.

Nada de consignas altisonantes ni garabatos complejos en la pizarra, «ir a básicos para coger sensaciones de ser nosotros mismos», esa era la prioridad, la piedra angular que vertebrara el trabajo en un contexto poco propicio por la hostilidad del escenario, la intensidad de un adversario necesitado (es penúltimo) y el agarrotamiento mental. Consiguió que fuera dando sus réditos, «hemos jugado bazas con el físico, paciencia, buscando las ventajas y creándoles dudas con alternancias defensivas que han permitido coger ese ritmo de jugar hacia delante». La reacción en el último cuarto permitió a los verdinegros meterse en un partido que parecía perdido. Además, el error de Gatell, con lanzamiento limpio, en el último suspiro del tiempo reglamentario, lejos de atenazar, inspiró conjura para afrontar la prórroga. La determinación, el carácter y la fe suplieron otras carencias para catapultarlos al triunfo. «Eso demuestra que este equipo tiene mucho corazón y eso es importante», comentaba orgulloso Adrià Alonso.

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La nota más positiva es que pese al atasco el equipo cacereño exhibió síntomas de crecimiento, «hay veces que tienes que tocar esas teclas, dejarnos ir, disfrutar, es lo que hemos conseguido, hemos tenido buenas acciones ofensivas y les hemos creado muchas dudas defensivas». En medio de esa atmósfera difusa destacó Adekoya, con 19 puntos vitales, 6 rebotes y 4 asistencias para 21 de valoración, misma nota que Óscar Alvarado, sumándose a los 10 rebotes de Gatell y la dirección y el liderazgo de Dani Rodríguez.

Una carrera de fondo

Esta vez salió cara, pero salir a pista con esa pesada mochila es una garantía de sufrimiento. «Es importante quitarnos este peso de encima, pero tenemos que entender que esto es deporte y pueden llegar dos derrotas seguidas y no pasa nada, no puede ser una losa cada derrota o cuando no hagamos buen partido, es un proceso mental que tenemos que hacer».

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Este miércoles, el Cáceres tiene una nueva ocasión de disipar esos fantasmas al cobijo de su afición en el Multiusos (20.45 horas) ante el La Salud Archena, cerrando la maratoniana semana visitando al Ponferrada el domingo (18.30 horas).

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