Ja'Monta Black entra a canasta en el duelo ante el Melilla del pasado domingo en el Multiusos. Armando Méndez
Segunda FEB

El Cáceres debilita a un coloso con su versión más enriquecida

Los verdinegros bordaron la perfección ante un Melilla al que dejaron en 30 puntos por debajo de su media anotadora

Manuel García

Badajoz

Lunes, 28 de octubre 2024, 20:53

Con la temporada en pañales, en su etapa embrionaria, casi cerrando octubre y con apenas tres jornadas tachadas en el calendario, era quizás difícil de entender la trascendencia que adquiría el último compromiso del Cáceres. Pero la tenía y mucho. No a nivel clasificatorio, los balances y las posiciones en la tabla son parámetros anecdóticos en estos compases inaugurales, pero sí en lo que concierne a la madurez de un equipo con un objetivo de la exigencia como el que sobrevuela el Multiusos.

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El Melilla, un equipazo cincelado con un presupuesto hipertrofiado y el principal rival a batir para alcanzar las cotas más altas, se presentaba en el pabellón cacereño henchido de argumentos tras el 3-0 inicial, con remontada incluida la pasada semana frente al Huesca. Los norteafricanos no han arrasado en el inicio de curso, pero han suplido sus desconexiones con casta y quilates para doblegar a sus rivales. Los extremeños afrontaban la cita de alcurnia con dudas, no tanto por la derrota en la cancha de la Cultural, otro de los gallitos indiscutibles y actual líder, sino porque el equipo de Adrià Alonso se deshilachó por momentos y aparecieron unas costuras que terminaron por desnudar ciertas carencias.

Sin tiempo para reponerse del golpe, especialmente con la disputa del duelo intersemanal de Copa ante el Archena, en la hoja de ruta se presentaba otro coloso, un compañero de fatigas la pasada campaña en su descenso en la LEB Oro. La prueba de esfuerzo era severa para un Cáceres con las constantes vitales en observación; un colapso ante el equipo de la ciudad autonómica podría haber reabierto viejas heridas en proceso de cicatrización.

Pero la respuesta del Cáceres fue rotunda, con personalidad, abrumadora en algunas fases, dejando en la lona y sin aliento a un rival desbordado por la superioridad de los locales, que dominaron de principio a fin. La exhibición en el apartado ofensivo de algunos jugadores fue excelsa, pero el triunfo se gestó desde las trincheras, apretando los dientes y asfixiando con una intensidad desmedida. Minimizaron hasta su versión más paupérrima el vergel atacante melillense, acostumbrado a registrar más de 83 puntos por partido y que a duras penas rebasó la barrera de los 50, 30 por debajo de sus números. «Defensivamente dejar a este equipo en 55 puntos... Además de las sensaciones que hemos transmitido, contento, es un partido que nos hacía falta para que nos lo creamos de verdad», se congratulaba Adrià Alonso, en su comparecencia posterior al duelo que finalizó con 81-55.

La pizarra del técnico catalán funcionó a la perfección, «nos habíamos marcado un plan de partido intentando no perder ningún par contra ellos, o al menos llevarlos a la igualdad, con jugadores desequilibrantes que tienen». Los locales imprimieron un ritmo infernal y orquestaron los tempos a su antojo para decantar la balanza a su favor. Espectacular fue, sobre todo, el recital en el primer cuarto con un parcial de 27-9, una sangría que siguió siendo profusa aún en el segundo cuarto, que cerró con una ventaja de 26 puntos. Podría haber caído el Cáceres en la tentación de bajar revoluciones, pero mantuvo la intensidad, y esa fue una de las virtudes que más quiso ensalzar su preparador, «hemos mantenido la tensión mental». Quiso acordarse de lo que significa para la familia verdinegra una cita de estas características por todo lo que supone tras una dura travesía, «el club se lo merece, lleva tiempo pasándolo mal y sufriendo y son victorias que gustan». Y lanzó un guiño a su gente, «agradecer el ambiente que hemos tenido, ha sido muy divertido».

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En el apartado estadístico, Erikas Kalinicenko sigue erigiéndose en todo un francotirador, no solo del equipo, sino de todo el grupo Oeste. Se fue hasta los 26 puntos, infalible en tiros de dos (5/5) y por encima del 50% de acierto en triples (3/6) y en los tiros libres (7/9), que le otorgaron 29 de valoración. El ala-pívot lituano es el tercer jugador con mejor promedio de cara al aro de la competición, con 17,5 puntos por encuentro. Pero no es el único que domina las tablas de distintos apartados del juego, Óscar Alvarado es el máximo asistente de la liga y ante el Melilla aportó 7 pases de canasta ante su exequipo. Además, el base canario es el segundo con media más alta en la recuperación de balones, más de dos por partido; el pasado domingo fueron 3.

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