La defensa sienta las bases de un Cáceres cada vez más sólido

Es la segunda vez en este curso que el Cáceres consigue desactivar por completo un ataque dejándolo en el umbral de los 50 puntos. Primero fue al todopoderoso Melilla (55) que, a día de hoy, sigue siendo la artillería más mortífera del grupo Oeste de Segunda FEB, y el pasado sábado le tocó el turno a un Albacete (52) que no estuvo cómodo en el cómputo global del choque. El hermetismo en la pintura, la presión y la intensidad de su rival le obligó a elegir mal y con precipitación en varias fases, recurriendo a muchos lanzamientos exteriores en ocasiones muy forzados.

El 5/28 que refleja la estadística desde el perímetro de los pupilos de David Varela es una prueba más que evidente de ello. Y ahí se forjó la victoria de los extremeños, desde la fiabilidad y la solidez de una faceta desde la que pivotan las opciones de ascenso, la obsesión en la pizarra de Adrià Alonso. Es uno de los conceptos claves que más resalta en sus comparecencias, por eso quiso incidir tras el último triunfo que se impusieron a su adversario «dominando desde la defensa».

Los visitantes fueron inexpugnables y concedieron pocas oportunidades de segundas jugadas, ya que los albaceteños únicamente lograron capturar cinco rebotes en la parcela contraria, en gran medida por la superioridad aérea sobre todo de Cándido Sá y Eduard Gatell, que finalizaron con ocho totales, pero también gracias a la aportación de Pedro García, Rubén Salas o Miguel Alvarado. Impecable en esa vertiente el Cáceres. Secó a un Albacete inoperante y desquiciado que nunca sobrepasó la frontera de los 15 puntos en los cuatro parciales y en el tercero se quedó en unas paupérrimas 8 unidades que dinamitaron sus opciones de discutirle el signo del encuentro a los extremeños.

Lo más positivo es que comienza a erigirse en un rasgo distintivo tras el primer mes de competición en el que las cartas van volteándose paulatinamente sobre el parqué. No en vano, nadie posee mejores guarismos que el Cáceres, que ha recuperado el liderato, a la hora de sellar su aro, solo ha recibido 323 puntos en las cinco jornadas disputadas, lo cual arroja una cifra de 64,6 puntos por encuentro. Le siguen en la lista el Zornotza (330) y la Cultural Leonesa (334).

Es evidente que la fortaleza en la retaguardia y esa mentalidad agresiva sin balón le está confiriendo a los verdinegros una identidad de equipo rocoso. Al hilo de lo que su entrenador comentaba tras el choque, el máximo anotador de la contienda, Ja'Monta Black, manifestaba que «defendimos bastante bien, es la razón por la que hemos ganado este partido, salimos y jugamos duro». El escolta estadounidense tiró del carro ofensivo con sus 17 puntos ante la inesperada desconexión de un desaparecido Erikas Kalinicenko. El lituano, con la vitola de ser uno de los tiradores más fiables de la categoría, se quedó en dos puntos anotados desde la línea de personal, ya que erró los cinco tiros de campo que realizó en los 24 minutos que estuvo en pista. Números poco habituales.

No todo fue de color de rosa, porque en el reparto de minutos para dar rodaje a la segunda unidad el Cáceres protagonizó a una pájara que quedó en anécdota, pero que suelen sacar de quicio a los entrenadores. Adrià Alonso tuvo que recuperar el plan A para frenar la sangría tras un 14-0 que fue el punto negro de un choque de mucho mérito. «Satisfacción porque hemos hecho muy buen baloncesto, excepto en esos minutos del último cuarto, pero nos hemos sobrepuesto a ese mal momento con los pies en el suelo, tomando buenas decisiones y sabiendo cerrar el partido», expresaba el preparador catalán.

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