Marco A. Rodríguez
Martes, 28 de octubre 2014, 07:49
Si existe algún templo del baloncesto donde todas las estrellas de este deporte quieren brillar, ése es el Madison Square Garden. Jordan, Miller, Kobe y un largo etcétera desde los 80 en adelante. Todos se fueron más felices a sus casas porque, en ciertas noches, su magia iluminó la Gran Manzana. Y eso que su inquilino, los Knicks de Nueva York, no son nadie en la mejor liga del mundo desde los títulos de Reed y compañía en los albores de los 70. Da igual que sólo se asomaran a una final desde entonces, con Pat Riley en el timón y Pat Ewing en la pintura. Son la franquicia más valiosa, según la revista Forbes, que no sabe de baloncesto pero sí de dólares y mercados. Mucha culpa de ello tiene el Madison, convertido hasta en atracción turística para quienes viajan a la 'capital del mundo'. En sus nueve temporadas en la NBA, José Manuel Calderón ha respirado su atmósfera en muchas ocasiones. Ha escuchado el inconfundible sonido de su organillo. Ha visto en las primeras filas a celebrities como Woody Allen, Spike Lee o John McEnroe, ahora menospreciadas por la atención a los Justin Bieber de turno. Nunca lo hizo con el uniforme blanco del cuadro local. Siempre con el rojo o negro de los Raptors o el verde y azul de Dallas y Detroit. La NBA alza el telón del nuevo curso en la madrugada del martes al miércoles y el extremeño debutará como 'Knickerbocker' -si no se resiente de su molestia muscular- a las 1.00 horas del jueves (Canal +).
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El calendario ha sido caprichoso y el debut es de altura. Los Knicks reciben mañana en el Madison a los crecidos Chicago Bulls, revalorizados por el fichaje de Pau Gasol y el retorno de su máxima estrella, Derrick Rose. El eléctrico combo entre 'playmaker' y escolta, convertido en porcelana china en los últimos tres años, parece recuperado y listo para el reto de conducir hasta la final a los 'toros', al menos a la del Este. Partido grande para empezar la competición. Demasiado grande para unos Knicks a los que muy pocos catalogan como carne de playoffs.
¿Jugará o no mañana?
Calderón es duda para el primer encuentro de la temporada. Las lesiones musculares que le respetaron la pasada campaña en Dallas se asomaron tímidamente esta pretemporada y el de Villanueva de la Serena es incógnita para recibir a su compatriota Gasol. Se ha perdido los dos últimos partidos de preparación, por precaución, y él está como loco por estar sobre el parqué en el salto inicial. Ante Milwaukee Bucks, el extremeño sufrió un pequeño tirón en la pantorrilla derecha y fue retirado al vestuario en el minuto cuatro para no volver.
La decisión se tomará tras los entrenamientos del lunes -ayer entró bien- y el martes y el plan era no arriesgar con él hasta las citas oficiales. Tras el duelo ante los Bucks, su técnico Fisher mencionó que de haber sido un partido de pretemporada hubiera continuado en la cancha. «El plan es estar listo para el miércoles pero tengo que entrenar con el equipo para probarme. No queremos que algo vaya mal ahora y estar más tiempo. Por eso hemos de tener cuidado. El miércoles está cada vez más cerca, pero me siento mejor cada día», señaló Calderón a la ESPN este domingo. «Tenemos la esperanza de que José esté listo para el miércoles», añadió Fisher. En cinco partidos esta pretemporada, el extremeño ha jugado un promedio de 17.2 minutos que aprovechó para sumar 5.8 puntos y 2.2 asistencias por encuentro. Encestó el 47% en tiros de campo (23-11) y 56 en triples (9-5). La muñeca sigue intacta.
El base titular
Calderón será el base titular de los New York Knicks. Fue el primer fichaje de Phil Jackson, el nuevo presidente de operaciones de baloncesto. El auténtico 'Señor de los Anillos' (11 nada menos) quiere implantar el 'triángulo ofensivo' y considera al español como un buen candidato por su excepcional manejo de la pelota, el pase y el altísimo porcentaje de tiro. Al contrario que le sucedió en algunos pasajes de su carrera, no tendrá excesiva competencia en el puesto de '1', salvo que Larkin, que ya fue reserva en Dallas, despunte. El otro base de la rotación es un gran amigo suyo, el argentino Pablo Prigioni, con quien comparte la peculiaridad de que los dos ha pasado por Alicante, Vitoria y ahora Nueva York.
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Proyecto a fuego lento
La incorporación de Phil Jackson puede significar el regreso a tiempos gloriosos, pero no será inminente. Se trata de un proyecto cocinado a fuego lento a la espera de airear espacio salarial con el finiquito de Stoudemire en verano de 2015. En realidad, el fichaje de Calderón es el único de entidad, además de la renovación de la estrella que más brilla en el Madison, Carmelo Anthony. Es precisamente en el verano de 2015 cuando se pondrá la primera piedra del edificio neoyorkino y todas las miradas apuntan al pequeño de los Gasol, Marc, que finaliza contrato en Memphis. Con 33 años, José Calderón mira más al presente que al futuro, pero al menos podrá saborerar los primeros pasos de lo que el 'Maestro Zen' tenga en su privilegiada cabeza.
De momento, el recibimiento al extremeño es bastante positivo. Todos hablan maravillas de él porque es de esos jugadores que todos quieren tener en el vestuario como compañero, discípulo o empleado. «José es un gran tirador y cuida muy bien el balón. Su desafío es ser mucho mejor defensivamente en el uno contra uno», comenta Jackson a los medios norteamericanos. «Sabe cómo jugar. No es difícil conectar con alguien así. José es un veterano y sabe lo que está haciendo», dice 'Melo', la figura del Madison. «Tira bien, siempre toma buenas decisiones y es un líder silencioso. No siempre ha sido divertido jugar contra él porque puede tirar muy bien», relataba un Fisher que hace meses vestía de corto en Oklahoma.
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La plantilla
Los escasos movimientos han restado efectivos a una plantilla que se queda corta y sobre la que pesa la descripción de poseer más nombre que rendimiento. Por ejemplo, Calderón se reencontrará con otro viejo conocido, el italiano Andrea Bargnani, con quien compartió duras temporadas en los ahora emergentes Toronto Raptors. Es todo un número 1 del draft que jamás ha demostrado el nivel que se le presuponía. O el propio Amare Stoudemire, que ha pasado de activo a pasivo tras la eclosión junto a Nash en Phoenix y su abandono en New York. Eso sí, cobrando un pastizal.
JR Smith es otro de esos inestables jugadores con exceso de calidad y carencia de constancia. Capaz de cualquier cosa, su aportación dependerá de que pueda estar centrado y pensar sólo en el baloncesto. Phil Jackson se toma estos casos como un reto y si pudo enderezar a Rodman puede con cualquiera.
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Samuel Dalembert llegó junto a Larkin en el traspaso que condujo a Calderón a Manhattan. Pívot intimidador, sus 33 años y las lesiones pueden pasarle factura. Aunque más longevo es Prigioni, que nació en el 77. Es uno de los 'abuelos' de la liga pero siempre rinde a buen nivel como base suplente. En el exterior, el ofensivo Hardaway Junior, hijo de Tim, y el defensivo Iman Shumpert. Jason Smith y poco más.
La primera misión será aplicar la teoría de los mosqueteros: que todos jueguen en equipo. Tal vez para eso ficharon a 'Calde'. «Tienes que jugar por el nombre que tienes en la parte delantera, no en la parte de atrás», dijo el base en una entrevista al New York Post. Recomendable frase en esta franquicia.
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