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El día y la noche. Los nuevos Cleveland Cavaliers tienen una pinta muy distinta a lo que había mostrado en el último mes y medio, cuando parecían un equipo vulgar y poco competitivo. La franquicia quiso mover ficha la tarde antes del cierre del mercado y traspasó a medio vestuario, en concreto y salvo Wade, las piezas que peor ambiente estaban generando. La ventana fue abierta de par en par y una brisa repleta de juventud impera ahora en el subcampeón, que entrada la madrugada del domingo pasó aniquiló a uno de sus grandes rivales en el Este y además en su pista del Garden, los Celtics (99-121).
El denominado 'orgullo verde' cotempló impertérrito el renacer de los Cavs, en los que se estrenaron sus cuatro nuevos baloncestistas: George Hill como base titular, Rodney Hood como alero suplente, Jordan Clarkson como segundo base, un base falso pues no es un 'playmaker' puro sino un escolta, aunque en realidad el aunténtico base de este equipo se llama LeBron y se apellida James. Y como '4' de segunda línea, el hijo del clásico volador Larry Nance, que tiene los mismos muelles que su progenitor. El extremeño Calderón no salió bien parado del plan del técnico Lue, condenado otra vez al banquillo más profundo después de haber sido titular en el triunfo ante Atlanta disputando 20 buenos minutos. En Boston apenas llegó a cuatro y en los minutos de la basura, lo justo para repartir un par de asistencias, cometer una falta y errar el único lanzamiento intentado.
Además del baloncesto desplegado, destacó la transformación de una escuadra que recientemente se había acomodado en exceso. Ante los Celtics las sensaciones fueron otras, apretaron los dientes en defensa, se ayudaron unos a otros y las muestras de buen rollo corroboraron que el horizonte se ha despejado. A LeBron James se le vio muy feliz, como si se hubiera quitado un peso de encima. Se fue hasta los 28 puntos, con 8 rebotes y 10 asistencias, por enésima vez el mejor y ante la atenta mirada de Paul Pierce, legendario céltico a quien se le cumplía merecido homenaje con la retirada de su número 34. Ya nadie más lo vestirá sobre ese parqué.
Esta vez los de Boston no pudieron repetir remontada. Antes otros rivales sí lo hicieron pero en la noche del domingo Cleveland estuvo intratable, con numerosas piezas aportando en anotación. Siete jugadores sobrepasaron los dobles dígitos. Por ejemplo el debutante Clarkson, que llegó a los 17 puntos, dos más que otro que se estrenaba, Rodney Hood. Resucitó J.R. Smith, también con 15 y mucho acierto desde el exterior con tiros inverosímiles y Hill colaboró con 12 puntos y 3 asistencias. Después de un primer cuarto igualado (32-31), las ventajas comenzaron en el segundo para escaparse Cleveland de trece y se ampliaron en el tercero para dejar el choque decidido sin que Irving (se quedó en 18 puntos) o Morris (17) y Rozier (21) tuvieran respuesta. Nueva era en los Cavs.
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