Roberto Blanco trata de hacer reaccionar a sus jugadores en el partido ante el Prat. :: OPTA
Su cargo en el banquillo El día a día

«Perder en Vitoria sería el descenso mental»

Roberto Blanco Entrenador del Cáceres Basket ·

El técnico verdinegro vive en la encrucijada de compaginar la etapa más feliz de su trayectoria con la enorme preocupación de un equipo que se encamina a la LEB Plata

Jueves, 28 de marzo 2019, 08:33

Los últimos dos meses y medio en la vida de Roberto Blanco Claro (Plasencia, 1976) se podrían catalogar como 'amarga felicidad'. Desde que cogió el timón del Cáceres Basket vio cumplido el sueño de todo hombre de club de entrenar al primer plantel del equipo de sus amores. La mala noticia es que la nave iba más a la deriva de lo que se presagiaba y esta magnífica oportunidad le ha llegado en un entorno dramático, con un pie sobre el abismo. Y más si este domingo cae en el Mendizorroza vitoriano ante el Araberri, otro rival que camina por el 'lado salvaje' de la tabla. «Perder en Vitoria sería el descenso mental», confiesa y avisa el técnico placentino. Poco más que añadir.

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-Una lástima que se cayera ante el Bilbao Basket.

ASÍ VE LO QUE LE QUEDA AL CÁCERES

  • Araberri-Cáceres (J29) El colista (31-03-19)

  • El próximo partido, y ante el último clasificado, «es la esperanza para seguir creyendo», comenta el técnico Roberto Blanco.

  • Palencia-Cáceres (J30) Séptimo en la tabla (05-04-19)

  • Mirar más allá le cuesta mucho, pero sería «renovar ilusiones».

  • Cáceres-Río Ourense (J31) Sexto (12-04-19)

  • «La Liga tiene uno de los niveles más altos de los últimos años Sería volver a creer».

  • Melilla-Cáceres (J32 Cuarto (20-04-19)

  • «Lo veo tan lejos.. Melilla sigue arriba y tuvo una gran racha»

  • Cáceres-CGranada (J.33) Quinto (26-04-19)

  • «Granada no es una sorpresa, todos sabíamos el grupo que tienen»

  • Real Canoe-Cáceres (J34) Puesto 14 (03-05-19)

  • «Ojalá sigamos vivos»

-Sí. Necesitamos una victoria rápido, un punto de inyección moral que nos hace falta para que el equipo crea en las posibilidades. La verdad es que estuvimos muy cerquita ante Bilbao y al final se nos escapó.

-¿Una de las claves fue el mal inicio de la prórroga?

-No tomamos buenas decisiones en ataque. Igual estuvimos un poco temerosos de lo que al final nos pasó pese a que nos recompusimos. Navegamos para quedarnos en la orilla, como se suele decir.

-Y una pena mayor por el gran ambiente que hubo en el Multiusos fruto del acuerdo con la Asociación Española Contra el Cáncer. Da gusto ver el pabellón así.

-Sí. Era un día importante para el baloncesto y para la sociedad cacereña porque se movilizaba contra esa enfermedad que a tantas familias afecta. Era un puntito más de motivación para intentar dar una alegría a la afición. Lo tuvimos ahí.

-Un buen ambiente que está en serio peligro. ¿Crees que todo el mundo debería ser un poco más consciente de lo que en realidad hay en juego?

-Yo creo que todo el mundo es consciente, pero hay maneras de afrontarlo. Tengo claro que la situación del equipo es muy difícil y que el baloncesto de élite masculino en la ciudad está en serio peligro, pero esperamos seguir teniendo oportunidad después de este fin de semana.

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-Al menos ante el potente Bilbao se vio la cara positiva del Cáceres, la que es capaz de competir incluso con rivales superiores.

-Ya dimos la cara contra el Betis, con opciones de victoria y ante Bilbao llegando a la prórroga con un juego entretenido y vistoso. Pero es verdad que contra rivales de 'nuestra liga' no hemos dado la talla. Debemos encontrar ese equilibrio.

-¿Crees que esa mejora en la actitud del domingo puede hacer que la directiva reconsidere un posible cambio en el banquillo como última apuesta o solución?

-Bueno... Siempre digo que soy un empleado del club. Llevo aquí muchos años, seis como entrenador ayudante antes de esta oportunidad, y me siento empleado del club. Siempre he intentado ayudarle en muchos apartados, desde la cantera al primer equipo, y lo que haga la directiva yo iré de la mano, aunque me gustaría que el proyecto saliese adelante conmigo al frente y no hubiese cambio. Y si lo hay, yo estaré ahí para apoyarlo.

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-¿Qué te llega al respecto, te han puesto como ultimátum el Araberri?

-Si tienen que tomar alguna decisión, la tomarán. Y lo harán con naturalidad y por el bien del club. Los comentarios dentro del club y la junta directiva hasta el momento son de apoyo y ánimo, de empujar hacia la victoria que todos necesitamos.

-Una de las conclusiones que se extraen de tus ruedas de prensa es que eres optimista. ¿Lo sigues siendo?

-Soy una persona positiva porque creo mucho en el trabajo. Cuando uno trabaja tanto espera una recompensa o al menos tener la conciencia tranquila por hacer todo lo posible. Es evidente que estamos en una situación complicadísima y tenemos un partido vital el domingo, pero soy muy optimisma porque veo a los jugadores, veo como entrenaron ayer y creo que tendremos posibilidades.

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«Si la directiva piensa en un cambio lo apoyaré; hasta el momento los comentarios son de apoyo y ánimo»

-Matemáticamente no lo será, pero una derrota en Vitoria sería prácticame el descenso virtual?

-Supondría sin ninguna duda un descenso mental. Una de las máximas que tengo para esta semana es que los jugadores tengan limpia o clara la mente y estén concentrados. Intentar evadirnos, aunque no nos olvidemos de esta fatídica situación.

-Ya sé que vas a decir que solo piensas en ganar el primero, el domingo, pero, ¿qué cuentas haces hacia una posible salvación?, ¿cuántas victorias se necesitan?

-(Risas). Es la pregunta que todos me hacen y que todos se hacen. Siendo sincero, no podemos pensar más allá del domingo porque cualquier cábala se viene abajo si perdemos en Vitoria. Es vital. Y está claro que hay que ganar después un alto porcentaje de los partidos que restarían -otros cinco y está a dos partidos de la salvación-, pero se puede.

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-Hace tiempo que los partidos del Cáceres los adjetivamos como 'finales'. No quiero ni pensar Vitoria.

-Está claro que la categoría de 'final' ya la hemos superado. Estamos muy por encima.

El grupo y lo personal

-Tras la concentración de tres partidos en menos de diez días ahora tenéis una semana larga. ¿Es positivo o negativo?

-Nunca se sabe. Tres partidos en nueve días es mucha carga para jugadores importantes y como entrenador me viene bien porque tienes más tiempo para prepararlos. Los jugadores tienen día libre después de jugar pero los entrenadores tenemos un día más para trabajar. De todas formas, yo no soy de quejarme.

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«Sigo siendo feliz con mi trabajo cada día que abro la puerta de la oficina para estudiar al rival»

-¿Cómo está el ánimo del vestuario? Puede haber ayudado el buen ambiente del otro día.

-Sí, sí. Sin duda fue sensacional porque ven la dimensión de lo que hacen, aunque sea con el apoyo de una asociación. Vieron que el baloncesto en Cáceres está vivo y no quieren que ellos y los técnicos seamos los culpables de que una liga tan bonita como esta se pierda.

-Y en el plano personal, ¿cómo lo afrontas, porque no has vivido algo así al menos a este nivel?

-Yo soy feliz haciendo lo que hago. Disfruto del trabajo y del día a día. No me pongo etiquetas en mi mente a la hora de afrontarlo. Me lo tomo como un entrenador que tiene una gran oportunidad, aunque cada día es más épico lo que tenemos que hacer. Esto es un master para mí, y lo estoy haciendo en el club que ha apostado tanto por mí estos años.

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-La pena es que este master te llegue en una tesitura tan dura...

-Yo creo que el club me ha ido preparando para esto y yo también lo he hecho, aunque nadie deseaba que se destituyera a Ñete. Hay que ser valiente porque ser entrenador de baloncesto es lo que siempre he deseado, y más aquí en el Cáceres.

-¿Cuál ha sido la mayor decepción que te has llevado estos partidos?

-Hay momentos. Si escuchas mis ruedas de prensa ves que no puedo evitar el disgusto o el enfado.

-Alguna 'rajadita' has soltado...

-Sí, pero porque yo soy así, me gusta estar muy cerca de los jugadores y hay que tocar ciertas teclas. El momento más duro fue al 100% el regreso de Prat por el duro viaje y la forma en que perdimos. No pude dormir. Fue muy duro, pero lo asumí con una ducha y trabajando.

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-¿Y la mayor alegría?, porque debe haberla...

-Mi debut ante el Barcelona, por como respondió el equipo y la afición. Uno trabaja muchos años por momentos y emociones así. Después del Barça las cosas salieron peor, pero sigo siendo feliz con mi trabajo cada día que abro la puerta de la oficina y me pongo a estudiar al rival con mi ayudante Sergio.

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