Floriano, el campeón forjado en agua y oro

En la natación adaptada lo ha sido todo y nueve años después de retirarse emprende un nuevo desafío en remo. Sin salirse del agua. O al menos como hábitat natural de un campeón sin límites. De la piscina cubierta a los lagos y embalses en plena naturaleza. Enrique Floriano se despidió por todo lo alto con una plata en los Juegos Paralímpicos de Londres. Su novena medalla en sus cuatro participaciones paralímpicas. De Sidney 2000 a Londres 2012. Y casi una década después de colgar el bañador y el gorro quiere volver para meter la quinta en Tokio a golpe de remo.

El deportista pacense competía en la modalidad de deficientes visuales en la clase S12. En sus primeros Juegos en el año 2000 se colgó dos oros, una plata, un bronce y batió dos récords del mundo; en Atenas 2004 conseguía dos platas y un bronce, en Pekín 2008 añadía otro subcampeonato paralímpico a su palmarés y en Londres ponía broche de plata a una exitosa trayectoria como uno de los grandes de la natación española. Ahora su destino es Tokio 2021. Pero quiere llegar a bordo de un bote. Serían sus quintos Juegos. «Nos estamos preparando como hace diez años en Londres», cuenta. El deportista pacense ya ha dado el primer paso. Enrique Floriano forma parte de la selección española de remo que buscará la clasificación paralímpica del 3 al 5 de junio en Gavirate (Italia). «Sueño con ir a mis quintos Juegos», apunta.

A este pacense de 38 años le picó otra vez el gusanillo de la competición y el remo se cruzó en su vida por casualidad. No había tenido contacto nunca antes con esta especialidad. Pero se tiró al agua de nuevo. «Salieron unas convocatorias paralímpicas en remo que consistían en unos test de ergómetro y como se me daban bien esas máquinas me apunté». La prueba resultó favorable. «La Federación Española de Remo celebró la primera concentración en agosto de 2020 con el objetivo de seleccionar el equipo para una posible clasificación para Tokio y se me dio bien. El remo se estaba implantando como deporte paralímpico y me ilusionaba formar parte de este proyecto», relata.

Y del agua otra vez al podio. «Aunque ahora voy por encima, pero siempre termino mojado», bromea. En febrero, Enrique Floriano se proclamó campeón de España de remo en distancia larga de 6 kilómetros. Y después lograba otro título nacional en indoor y hace dos semanas en Castrelo de Miño el oro en la Copa Primavera. Compite junto a su guía Clara Stefenalli con el Club de Remo Madrid Velocidad. En el Open clasificatorio de Bañolas tuvieron unos problemas con el bote y se tuvieron que conformar con el segundo puesto. Su psiguienteobjetivo después de los Juegos es el Mundial de Shanghai en octubre.

El equipo nacional de remo es mixto y lo forman cuatro deportistas, dos con discapacidad visual y dos con discapacidad física de ambos sexos. Enrique Floriano ya tiene asegurado el puesto fijo en la selección formada por 4 titulares, entre los que se encuentra el pacense, y 2 suplentes. En el preolímpico de Italia en junio están en juego dos plazas para Tokio. «España tiene posibilidades por tiempo y capacidad para optar a una de esas plazas, pero es complicado porque hay países muy potentes y de mayor tradición como Alemania, Brasil o Corea. Para España es la primera vez». El sistema de competición es duro y selectivo. «Es una regata en la que se van eliminando países y los dos primeros van a los Juegos», explica Floriano. Una exigencia y presión a la que está acostumbrado. «El haber competido en élite muchos años puede ser un factor importante», sostiene.

Reside en Madrid desde que entró en el programa paralímpico para entrenar en el Centro de Alto Rendimiento. Ahora trabaja como responsable de un proyecto del Grupo Social de la ONCE. Echaba de menos la piscina y probó de nuevo. «Sufrí un problema de corazón debido a dejar el deporte por completo. Me puso en alerta para volver y ya está todo bien. He vuelto a recuperar mi estado de forma». Aquello fue en 2018. «Intenté ir al Campeonato de Europa y me quedé a tres décimas. Me frustré bastante. Fue un palo muy duro». Pero le quedó el poso de la adrenalina de la competición y se pasó al remo. «He ganado porque la piscina es más aburrido y el remo es una pasada, en el lago y entre valles».

La tierra le tira. «Con la pandemia no voy desde diciembre de 2019. Ahora ya hay menos problemas, mis padres están vacunados y cuando acabe la clasificación volveré a Badajoz», comenta. Entre las cosas por hacer a su vuelta a casa tiene una marcada en su agenda personal. «Tengo pendiente una salida con Elena Ayuso. Me haría ilusión lanzar el bote al Guadiana». Enrique Floriano es uno de los deportistas más laureados de la capital pacense y como reconocimiento la piscina climatizada del complejo deportivo La Granadilla lleva su nombre.